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Expertas en bienestar digital abogan por un trabajo compartido entre empresas, familias y centros educativos para garantizar un uso saludable de la tecnología
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Bajo el título: “Bienestar Digital y Vulnerabilidad: conectando con salud”, en este encuentro de #ConversacionesHumanitarias generadoras de talento, analizamos cómo el uso de la tecnología puede afectar a la salud física y mental.
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Contamos con Mar Cabra Valero, periodista y experta en bienestar digital y cofundadora y directora ejecutiva de ‘The Self-Investigation’, la doctora Eva Rimbau Gilabert, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya y la doctora Adoración Díaz López, investigadora en el Instituto de Transferencia e Investigación de La Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
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Las expertas destacaron el importante papel de las empresas que diseñan productos y plataformas, que deben llevar a cabo sus desarrollos poniendo siempre a las personas en el centro.
Expertas en bienestar digital abogaron por una responsabilidad compartida entre empresas, familias y centros educativos para garantizar un uso más saludable de la tecnología. El bienestar digital, según señalaron, pasa por acordar momentos para la desconexión tanto en el ámbito laboral como en el personal, especialmente con la infancia y adolescencia.
Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en el VI encuentro de las #ConversacionesHumanitarias generadoras de talento que, bajo el título: “Bienestar Digital y Vulnerabilidad: conectando con salud” dedicamos a entender las consecuencias que un uso no consciente de la tecnología puede generar en la salud física y mental de las personas y, muy especialmente, de aquellas que además se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
En este encuentro participaron Mar Cabra Valero, periodista y experta en bienestar digital y cofundadora y directora ejecutiva de The Self-Investigation; la doctora Eva Rimbau Gilabert, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya y la doctora Adoración Díaz López, investigadora en el Instituto de Transferencia e Investigación de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). La jornada estuvo moderada por la periodista Macarena Berlín.
Equilibrio, consciencia y seguridad
Las tres expertas destacaron las oportunidades que los avances tecnológicos presentan a la sociedad, pero subrayaron la importancia de poner “intencionalidad” a la forma en la que nos relacionamos con el mundo digital; de buscar un equilibrio en el uso de la misma a través de la gestión del tiempo y de la aplicación de la normativa en el ámbito laboral; y de garantizar un uso seguro para minimizar los riesgos, principalmente entre los menores.
La hiperconexión, a la que estamos sometidos en todos los ámbitos, como señalaron las especialistas, genera riesgos físicos, psicológicos y sociales entre los que citaron: el llamado tecnoestrés, que afecta al bienestar emocional de quienes lo padecen, el FOMO (Fear Of Missing Out), una patología psicológica derivada del “temor a perderse algo”, la ansiedad o diversos problemas de autoestima.
Empresas responsables de los desarrollos tecnológicos
Todas coincidieron en la responsabilidad de progenitores y de educadores, en el caso de los menores, y de las empresas, fundamentalmente las responsables de llevar a cabo estos desarrollos tecnológicos, para garantizar un uso realmente saludable de la tecnología.
En opinión de Mar Cabra es muy importante el rol que tienen las empresas tecnológicas que diseñan productos y plataformas, algo sobre lo que señaló que “la tecnología debe cuidar de las personas y debe ser diseñada poniendo verdaderamente a las personas en el centro, desde nuestras vulnerabilidades, para no caer presa de sistemas económicos que se olvidan de nuestra humanidad”. En este sentido, la periodista también destacó que las redes sociales quieren maximizar, sobre todo, la interacción y el tiempo de conexión. “Si tenemos un modelo de algoritmo que intenta mantenerte activo el mayor tiempo posible y no diferencia si algo es bueno o malo, ¿se puede asegurar el bienestar de los usuarios?”, se preguntaba.
“Diseñar la tecnología poniendo a las personas en el centro y lograr desarrollos que consideren las vulnerabilidades”
Mar Cabra. Cofundadora y directora ejecutiva de The Self-Investigation
En el ámbito laboral, como señaló Eva Rimbau Gilabert, la desconexión es un aspecto importante en el bienestar digital, y las empresas son las que deben velar por ello. Se debe exigir un desarrollo ético, aseguró la investigadora, quien también apostaba por una “cultura del trabajo más equilibrada”. En su opinión, la intensificación del trabajo ha llevado problemas de hiperconexión y sobrecarga, y, aunque se está mejorando en la desconexión digital y en cómo se utiliza la tecnología en el ámbito laboral, aún queda un amplio camino por recorrer.
“Crear una cultura de trabajo más equilibrada que ayude a hacer un uso más razonable de la tecnología”
Dra. Eva Rimbau. Dirección de Personas, Trabajo Flexible y Transformación Digital en la Universitat Oberta de Catalunya
Según señaló, el informe de Infojobs de 2023 señala que 72% de los trabajadores españoles aseguran no desconectar del trabajo fuera del horario laboral y un 62% responde a llamadas y mensajes en vacaciones. Rimbau afirmó que el derecho a la desconexión digital pasa por contar con protocolos dentro de las empresas y limitar los tiempos de uso. La experta recordó que el derecho a desconectar está tipificado y que España fue uno de los primeros países en aprobarlo.
Para la investigadora existen importantes diferencias entre las empresas que tienen políticas de desconexión digital y las que no cuentan con ellas. En su opinión, debemos y podemos exigir que se pongan en marcha estos modelos que cuentan con importantes beneficios.
Consumo responsable y conocimiento de los riesgos
La hiperconexión también es uno de los factores de riesgo en los jóvenes y adolescentes. Como destacó Adoración Díaz López, la edad media en España de acceso al teléfono móvil es de 10 años y el uso medio de internet en adolescentes es de casi ocho horas al día.
En el caso de menores el principal factor de bienestar pasa por la educación, dotar de un mayor conocimiento de los riesgos derivados de su uso, limitar el tiempo de exposición y crear espacios seguros dentro del hogar. “No hay que demonizar la tecnología”, señaló la experta en el uso de la tecnología en la infancia, “pero la sociedad debe ser consciente de sus riesgos. El bienestar digital aplicado a la infancia y a la adolescencia, además de impulsar un consumo responsable y un equilibrio, pasa por garantizar la seguridad”, incidió Díaz López.
“Invocar a la responsabilidad compartida que los entornos social y educativo tienen para potenciar un consumo adecuado de la tecnología”
Dra. Adoración Díaz. Investigadora en el Instituto de Transferencia e Investigación de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR)
Los riesgos de los jóvenes por un mal uso de la tecnología pueden ser tanto relacionales (con ejemplos como el “ciberbullying”, el “sexting” o el “grooming”, que se han disparado) como funcionales (con patologías como la “nomofobia”, que representa el miedo a no tener móvil o estar desconectado de internet). Todos estos factores pueden derivar en problemas sexuales, de adicciones, falta de descanso, descenso de los resultados escolares o autolesiones, entre otros.
Para Mar Cabra, en el caso de los menores, pero también en los adultos, “es importante minimizar el nivel de estímulos y poner límites de tiempo”, una opinión compartida por Adoración Díaz López, que subraya que “los progenitores deben establecer pautas, normas y horarios de forma consensuada con los menores para lograr un uso adecuado de esta tecnología”.
Tecnología inclusiva
La gerente de la Fundación Cruz Roja, Mari Satur Torre, cerró este encuentro recordando que el acceso y el uso de la tecnología debe hacerse de una forma responsable, equilibrada y segura, pero también debe ser inclusivo y una herramienta que ayude a aquellas personas que están en situación de vulnerabilidad y no genere nuevas brechas.
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Publicado el 17 de octubre de 2024 en la web de Cruz Roja
Las opiniones expresadas en este artículo son de las personas participantes en el encuentro y no reflejan la opinión de la Fundación Cruz Roja Española.