La sexta edición de #ConversacionesHumanitarias generadoras de Talento de Fundación Cruz Roja Española abordó el impacto emocional del contexto geopolítico en un mundo hiperconectado. Bajo datos tan llamativos como que casi 3 de cada 10 personas identifican los conflictos internacionales como fuente directa de malestar emocional, y el 40,5% señala la situación política y la sobreexposición informativa como causas de estrés, se desarrolló la conversación entre el analista geopolítico, Angel Gómez de Ágreda y la psicóloga y divulgadora, Meri Gómez.  

Si no puedes ver el vídeo, haz clic aquí.

Un mundo en constante alerta informativa 

“El cambio fundamental es la velocidad”, explicó Gómez de Ágreda. “Queremos estar al día en todo momento, aunque las noticias no cambien, y eso nos genera ansiedad y una sensación constante de urgencia”. Ambos coincidieron en que la sobreexposición a la información, sumada al ruido digital, está transformando la forma en que comprendemos el mundo y nos relacionamos con la realidad. “En la red hay muy poca información real y mucho ruido”, advirtió Gómez de Ágreda. “No solo desinformación, sino grandes cantidades de contenido vacío que dificultan el pensamiento crítico.” 

Si no puedes ver el vídeo, haz clic aquí 

De la guerra de datos a la guerra emocional 

En el corazón de la conversación surgió un concepto revelador: la geopolítica emocional. Según Gómez de Ágreda, “la guerra ya no se libra en el campo de batalla, sino en la mente”. Cada día estamos expuestos a mensajes diseñados para alterar nuestras emociones, provocar miedo o apatía. 

Ante ello, propuso incorporar “pausas conscientes” y una higiene informativa. 

Desde la psicología, Meri Gómez planteó que el antídoto pasa por educar la mente y las emociones: “Desarrollar el pensamiento crítico no significa desconectarse de la realidad, sino aprender a mirarla sin que duela tanto.” 

Si no puedes ver el vídeo, haz clic aquí 

Cuidar la mente en tiempos de ruido 

Ambos expertos ofrecieron claves prácticas para una conexión más consciente: 

• Dosificar el tiempo de exposición informativa. 

• Contrastar fuentes antes de opinar. 

• Reflexionar antes de reaccionar. 

• Aceptar la posibilidad de equivocarse como parte del aprendizaje. 

“Cuidar la mente también significa cuidar cómo y con qué nos conectamos al mundo”, resumió Meri Gómez en el cierre del encuentro. 

Esta conversación, fue una invitación a detenerse, respirar y repensar la forma en que nos vinculamos con la información. En tiempos en los que todo parece urgente, este diálogo recordó que la serenidad también es una forma de resistencia. Aprender a escuchar sin miedo, a informarse sin saturarse y a pensar sin dejarse arrastrar por el ruido son pequeños gestos que fortalecen nuestra salud emocional y colectiva. 

Ver Nota de Prensa aquí. 

Las opiniones expresadas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la posición de la Fundación Cruz Roja Española y/o de Cruz Roja Española.