Tras tres años de incansable trabajo, el objetivo principal sobre el que se sustentó el plan RESPONDE sigue vigente: reforzar los mecanismos de atención y ofrecer una respuesta integral en todas las áreas de actuación de Cruz Roja: Socorros, Salud, Inclusión Social, Empleo, Educación y Medio Ambiente. Un proyecto que surgió para plantar cara a las consecuencias de la pandemia; que en una segunda fase focalizó sus esfuerzos en la mejora del acceso al empleo y la lucha frente a la brecha digital, entre otras intervenciones clave en áreas como la respuesta sanitaria y de emergencias; y que en su tercer año de existencia sigue atendiendo las demandas de la población, en este caso, las consecuencias derivadas de la pospandemia, la inflación, el cambio climático y el conflicto en Ucrania. 

Estos tres años han supuesto para Cruz Roja la mayor movilización de recursos, capacidades y personas de su historia con 5.860.855 de personas atendidas que han requerido de más de 41 millones de respuestas. 

Para Toni Bruel, coordinador general de Cruz Roja “todas las lecciones aprendidas del plan RESPONDE nos son ahora útiles para la organización de la ayuda: flexibilidad, agilidad, mejora en las comunicaciones, y muchas otras cosas que ahora damos por hechas y no existían hace tres años”. Años de continuo aprendizaje que han puesto de relieve la importancia de que hasta la ayuda más sencilla cuenta. “El aprendizaje más valioso es saber que se pueden hacer muchas cosas, muy sencillas y en todas partes para ayudar. Es el mejor mensaje que nos ha quedado”, concluye Bruel.

Tres años de solidaridad, la mejor de las respuestas 

Si durante 2020, sobre todo por el peso del periodo del confinamiento, el principal perfil atendido fue el de personas mayores que vivían solas o en situación de dependencia con escasa red de apoyo en el entorno inmediato, en 2021 y 2022 emergieron con fuerza otros perfiles con necesidades diversas: colectivos más jóvenes, con necesidades de empleabilidad, pequeños autónomos afectados por las restricciones en sus negocios y, sobre todo, familias con menores de edad, entre las que destacan por la especial virulencia con las que ha afectado esta nueva crisis, las monoparentales encabezadas por mujeres, con escasos ingresos y dificultades de conciliación, y las familias migrantes con situación administrativa irregular o precaria. 

Para actuar frente a las diferentes problemáticas, Cruz Roja diseña una respuesta integral centrada en varias líneas de acción: ayudar a las personas a superar una situación crítica, reducir los comportamientos de riesgo de las personas más vulnerables, o mejorar la gestión de enfermedades. Además, Cruz Roja continúa con el firme compromiso de servir a las personas más amenazadas por la situación de exclusión y pobreza, de promover la igualdad de oportunidades en materia de empleo y educación para facilitar el acceso al mercado laboral, y por supuesto, de actuar sobre el medio ambiente como factor de inclusión social y mejora de la calidad de las personas.  

Todo esto ha sido posible gracias a su capacidad de adaptar los servicios y proyectos a las necesidades de cada una de las personas usuarias. Por otro lado, se han adecuado las respuestas para la población general y los grupos en situación más vulnerable, además de haber multiplicado las capacidades y atribuido nuevas tareas al voluntariado. A todo eso, se le añade la importancia de las oportunidades que las nuevas tecnologías brindan dentro del Plan Cruz Roja RESPONDE, para actuar a través de formatos no tradicionales. ​ 

TODO ESTO HA SIDO POSIBLE GRACIAS A LA CAPACIDAD DE ADAPTAR LOS PROYECTOS A LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS 

En clave universal, el compromiso del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha sido más que evidente durante estos tres años del plan RESPONDE. No hay que olvidar que la pandemia de la COVID-19 sigue impactando en la vida de miles de millones de personas en el mundo, amplificando desigualdades, desestabilizando comunidades, aumentando vulnerabilidades, afectando la salud mental y amenazando los progresos hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y, frente a ello, la colaboración y la cooperación se erigen como las principales soluciones. 

La tecnología, la gran aliada 

Son muchos los proyectos tecnológicos que se han desarrollado durante el ciclo de vida del Plan RESPONDE y que se han convertido en grandes aliados a la hora de diluir las desigualdades y superar brechas sociales. Alexa, la skill que desarrolló Cruz Roja junto a Amazon, la Fundación Accenture y la Fundación Tecnologías Sociales (Tecsos), es un ejemplo perfecto de cómo la innovación mejora la calidad de vida de las personas dando solución a problemas como la soledad no deseada. Por otra parte, genera una conexión con las personas queridas ya que las video llamadas permiten conectarse con familia y amistades, y además, informa y entretiene a través de sus contenidos. “Alexa, tiene sobre todo, la ventaja de su facilidad de uso, que está ahí sin molestar y aparece cuando la necesitas. De alguna forma nos permite seguir estando junto a la persona aun cuando nuestro personal técnico o voluntario se ha ausentado”, afirma Carlos Capataz, director de Servicios Tecnológicos Digitales en Cruz Roja. 

"Una parte fundamental dentro del Plan RESPONDE de Cruz Roja desde el inicio de la pandemia fueron las llamadas de teléfono realizadas por los voluntarios y voluntarias"

Por otro lado, al poco de estallar la pandemia, Cruz Roja creó con el apoyo de Microsoft el denominado ‘Open Data del Plan Cruz Roja RESPONDE’, una iniciativa que permite mostrar y compartir con toda la sociedad, información actualizada de la operación en tiempo real (con actualizaciones diarias) en todo lo que se refiere a sus avances y logros. Así, empresas aliadas, personas socias, medios de comunicación, personas voluntarias, administraciones públicas y toda la ciudadanía en general han podido conocer a lo largo de estos tres años, la evolución y el alcance de la actuación de Cruz Roja. Un auténtico ejercicio de transparencia basado en la innovación tecnológica.  

Tecnología que precisamente, en aquel momento donde mantener la distancia física suponía una obligación, actuó como una herramienta eficaz para acercar a las personas, especialmente las más vulnerables y reducir el aislamiento. De ese modo, las videoconferencias y el acompañamiento a los mayores, que antes se hacía de manera presencial, se trasladaron al ámbito virtual y/o telefónico. “Una parte fundamental dentro del Plan RESPONDE de Cruz Roja desde el inicio de la pandemia fueron las llamadas de teléfono realizadas por los voluntarios y voluntarias, tanto a personas mayores como al resto de personas, para saber cómo se encontraban”, explica Olga Díaz Escalona, subdirectora del Departamento de Intervención Social de Cruz Roja. 

La pandemia no solo sirvió para volver a poner a prueba la capacidad de respuesta de Cruz Roja, sino que también ha valido para consolidar el voluntariado en otro ámbito: el universo online. Y es que es evidente que el voluntariado digital ha mejorado el acceso a las diferentes actividades a personas que viven en lugares remotos,  o tienen problemas de desplazamiento. Tal y como apunta Moisés Benítez, director de Voluntariado de Cruz Roja, esta oportunidad digital “ha permitido que a través de la pantalla los voluntarios y voluntarias se hagan presentes con la persona usuaria, allí donde fueran necesarias”.  

Ahora bien, es cierto que ante la apuesta de la tecnología al servicio de la humanidad, no hay que perder de vista la existencia latente de la brecha digital, un tema que preocupa especialmente a Cruz Roja. A la falta de competencias digitales, especialmente en personas mayores y jóvenes con baja formación, se le suma la brecha educativa, causa por la que muchos niños y niñas tienen problemas para seguir clases online debido a la carencia de equipos, la falta de conexión o la falta de competencias digitales de las personas adultas. 

La salud mental es vital  

La pandemia mundial afectó y afecta a la salud mental de muchas personas. ​Fruto de este contexto y con una firme vocación de ayuda, en 2020 nació Cruz Roja Te Escucha, un servicio para ofrecer apoyo y acompañamiento psicosocial, anónimo y gratuito, a través del teléfono 900 107 917, integrado dentro del Plan Cruz Roja RESPONDE. 

Al principio, la mayoría de llamadas estaban vinculadas, en su mayoría, con el miedo a la enfermedad. Pero progresivamente, se ha comprobado que se está atendiendo cada vez más a personas que están sufriendo el impacto socioeconómico de la pandemia.

“La pandemia de la COVID-19 puso el foco en la importancia de la salud mental y emocional”, subraya Fátima Cabello, subdirectora del área de conocimiento de Salud de Cruz Roja. “Muchas personas se han enfrentado a la enfermedad en sí mismas, en familiares; incluso al fallecimiento, sin hablar de las repercusiones sobre la salud física indirectas que también ha provocado la pandemia”, apunta.  

“La pandemia de la COVID-19 puso el foco en la importancia de la salud mental y emocional”

En 2022, ‘Cruz Roja Te Escucha’ experimentó un repunte que situaba la atención prestada en cifras que rondan más los datos pandémicos (2020) que los datos post-confinamiento (2021). Factores como el incremento de los precios, el impacto socioeconómico de la pandemia, los desastres asociados a la crisis climática o el conflicto de Ucrania están impactando negativamente en el bienestar de la población, especialmente en la más vulnerable. Por eso es tan importante la existencia de este servicio, porque si una persona está considerando pedir ayuda, hay que decirle que hay profesionales que gracias a las herramientas necesarias, ayudan a afrontar ciertas situaciones difíciles. “Hablar, desahogarse, aprender a manejar y gestionar nuestras emociones va a constituir una gran ayuda, en el momento actual y en el futuro, para poder tener una vida más plena y satisfactoria”, concluye la psicóloga y responsable del proyecto de ‘Cruz Roja Te Escucha’, Mar Echenique.