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Salud mental y VIH, una compleja interacción
Actualidad
oct
21
2022
21 octubre Salud mental y VIH, una compleja interacción

Todo lo que somos, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos, depende de uno de los órganos que configura un estratégico centro de mandos: el cerebro.

Es el que recibe la información de los sentidos y la procesa. Posibilita el aprendizaje, la percepción. Desarrolla el complejo mundo de nuestras emociones y conductas. Regula funciones tan cotidianas y necesarias como respirar, dormir y comer, entre otras.

Así como el cerebro es un órgano concreto (tangible) la mente es abstracta y es sinónimo de nuestros pensamientos, conciencia, voluntad, etc. El trabajo que realizan mente y cerebro podríamos catalogarlo casi de mágico, teniendo en cuenta que, para la ciencia, con todos los avances logrados, siguen siendo en gran proporción dos extraños.

Cuando el equilibrio perfecto entre cerebro y mente se altera influye directamente en nuestra salud mental y debemos recurrir a profesionales de la psicología y psiquiatría para buscar soluciones.

La pérdida de un trabajo, la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, un diagnóstico grave nos generan un impacto emocional de difícil gestión.
Es lo que sucede al recibir la noticia de haber contraído el VIH. Ansiedad, depresión, insomnio, necesidad de aislarse, son algunos de los trastornos que aparecen y es imprescindible actuar para no dejar que avancen.

Los/as especialistas ya le dan la misma importancia a la carga emocional que a la carga viral en relación a las personas que viven con VIH, porque no hay ninguna duda de que no pueden acceder a una calidad de vida adecuada si no tienen una buena salud mental.

El hecho de que aún sea una infección tratable, pero no curable y el estigma que aún ocasiona, expone a las personas que conviven con el virus al doble de posibilidades de padecer trastornos psicológicos y de sufrir alguna enfermedad mental grave.

En la fase aguda (inicial) de la infección las enfermedades oportunistas pueden afectar al sistema nervioso y el propio VIH causar daños neurológicos.
Es lógico que cualquier diagnóstico que nos den relacionado con una enfermedad crónica (para toda la vida) genera un impacto muy profundo porque se nos pueden esfumar las expectativas de futuro y en el caso del VIH hay que agregar el sentimiento de culpa que muchas veces aparece y el miedo a la estigmatización.

Es difícil, en muchas ocasiones imposible, hablar del VIH por lo que a la conmoción que produce recibir el diagnóstico se le agrega la incertidumbre de con quién se puede compartir.

El tratamiento antirretroviral y la salud mental deben ir de la mano porque si hay trastornos mentales severos no se podrá cumplir como está pautada la toma de medicamentos (olvidos, mala organización, tomar más dosis de las indicadas o dejar de medicarse por falta de motivación).

Cualquier situación en la que nos sintamos aislados, incomprendidos y sin falta de apoyo emocional nos puede llevar a decidir equivocadamente. La colaboración entre los especialistas clínicos y quienes se ocupan de la salud mental es elemental a la hora de tratar a pacientes con VIH.

Un mismo tratamiento no a todas las personas les puede resultar de la misma efectividad y, además, los propios medicamentos pueden provocar efectos secundarios de depresión y alteración del sueño.

Aparte de una terapia antirretroviral adecuada son aconsejables la meditación, el yoga, una dieta saludable, dormir las horas necesarias y practicar alguna actividad física. 

Un enfoque multidisciplinar en el que la o el paciente sean el centro de la atención es lo mejor para que la convivencia con el VIH sea llevadera dentro de una vida normal. 

En realidad, el famoso cuarto 90 en lo que a la lucha frente al VIH se refiere, debe estar aplicado al principio del diagnóstico porque en esta infección, como en cualquiera, lo fundamental es comprender a la persona con sus miedos y dudas.

Este año para el Día Mundial de la Salud Mental se eligió el siguiente lema: 'Dale like a la salud mental. Por el derecho a crecer en bienestar'.

Intentando un juego de palabras: hay que lograr que la carga viral sea indetectable y la carga emocional sea saludable.

 

Fuentes
 

Salud mental | Vivir con el VIH | Información básica | VIH | CDC

OPS/OMS | Salud Mental y VIH (paho.org)

¿Conoces la diferencia entre cerebro y mente? - Mejor con Salud (as.com)

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