La crisis siria, abierta desde 2011, ha causado un fuerte impacto socioeconómico, político y humanitario en la Región de Oriente Medio incluido El Líbano. Este es un país con 6.750.746 millones de habitantes y un 25,53 % de su población refugiada (entre ella, millón y medio de personas refugiadas sirias y 210.000 palestinos registrados). Sus efectos combinados con las tensiones políticas internas amenazan la estabilidad del país y la seguridad interna.

Desde finales de 2019, Líbano ha estado lidiando con su peor crisis económica en décadas, a la que hay que sumar la tensión social. La situación empeoró con la pandemia Covid-19 que azotó el país en la primavera de 2020 (registrando hasta la actualidad más de un millón doscientos mil casos de personas afectadas) y que fue seguida de la gran explosión en el puerto de Beirut, en agosto del mismo año.

La crisis económica ha devastado el poder adquisitivo de la población y provocado una inflación sin precedentes. El desempleo es superior al 40% a nivel global (y al 60% en los jóvenes <25 años). Los salarios continúan estancados y los ahorros retenidos en las entidades bancarias, que únicamente permiten la disponibilidad de un mínimo porcentaje mensual de los mismos. Las restricciones de residencia y empleo han forzado a muchos refugiados a un estatus legal incierto. A medida que la situación se prolonga, estas poblaciones sufren el impacto acumulativo de unos ahorros agotados, una deuda creciente y una mayor dificultad para acceder a los ingresos. 

Ante estas realidades, Cruz Roja Española y Cruz Roja Libanesa trabajan para mejorar la empleabilidad de jóvenes (hombres y mujeres) y mujeres (de todas las edades) vulnerables desde el punto de vista socioeconómico en zonas urbanas (concretamente en Saida, una de las regiones en las que se ha venido trabajando desde 2013). De esta forma los jóvenes tendrán la oportunidad de participar en oportunidades de subsistencia sostenibles, mientras que las microempresas afectadas por la crisis se recuperarán, lo que mejorará la conservación del empleo y el desarrollo económico de la zona.

La población se enfrenta a cortes de electricidad de 22 horas al día. Muchas zonas del país sufren desabastecimiento de agua potable. Los precios de los bienes de primera necesidad continúan al alza. Productos como la carne o la leche han repuntado sus precios y muchas familias han comenzado a reducir el número de ingestas al día. Los niveles de pobreza e inseguridad alimentaria son elevados: el 80% de la población libanesa vive por debajo del umbral nacional de pobreza y el 89% entre la población refugiada siria, junto con el 93% de los refugiados palestinos en Líbano.

Gran parte de la población no puede permitirse pagar una atención médica. Más de la mitad no tienen seguro médico y los subsidios gubernamentales se han ido reduciendo. El frágil sistema de salud pública, que ya enfrentaba una escasez regular de medicamentos y otros suministros médicos y de combustible debido a la crisis financiera, ha llegado a situaciones de colapso. La crisis energética afecta al funcionamiento de servicios médicos esenciales (UCIs, incubadoras, quirófanos, administración de tratamientos oncológicos, centros de transfusión y bancos de sangre). Los distribuidores y las farmacias de Líbano no pueden cubrir la demanda y el país no cuenta con reservas ni con la capacidad necesaria para producir la mayoría de los estos medicamentos necesarios a nivel local. 
Las reservas de sangre a nivel nacional también se han visto limitadas comprometiendo tratamientos a pacientes con cáncer, intervenciones quirúrgicas, respuestas a situaciones de hemorragia postpartos, asistencia a accidentados o de urgencia incrementando la vulnerabilidad del sistema y de la condición de salud de la población. Por eso, CRE apoya a la Cruz Roja Libanesa en brindar una cobertura hematológica segura a la población en 19 hospitales desde sus desde 13 bancos de sangre.

Cada vez son más las personas que acuden a las consultas médicas tanto de los centros de atención primaria de salud como de los hospitales de las organizaciones humanitarias como la Cruz Roja Libanesa y la Media Luna Roja Palestina presente en el país. Desde 2019 los servicios médicos de ambas entidades que han venido siendo apoyados a través de Cruz Roja Española han realizado más de 100.000 servicios de atención médica. Estos servicios, cuyo funcionamiento se ha venido apoyando, con recursos humanos, equipamiento, medicamentos y material médico desechable han cubierto también los tratamientos de la población que registra problemas de salud crónicos, además de la atención médica reproductiva y servicios de salud mental. Fatima El Rahi usuaria de uno de los centros de salud de la Cruz Roja nos habla de la escasez de medicamentos y de su alto coste “estaríamos condenados si no fuera por la Cruz Roja. Debido a los altos costes de los cuidados prenatales, han aumentado los abandonos de bebés en los hospitales, porque los padres no tienen suficiente dinero para pagar sus cuidados. Mi vecino Mohammad tiene 65 años, tiene cáncer y no puede cubrir los costos de su tratamiento. La carencia de medicación está deteriorando su salud. Tú ves esta gente así por muchos meses y la situación sigue deteriorándose. Si esto continúa así, él y otros muchos terminarán muriendo. Nadie tiene dudas que la crisis está costando vidas”.

Para muchas personas en Líbano, locales, migrantes, refugiadas, a la situación descrita se suman eventos traumáticos y experiencias estresantes que han contribuido a perturbar su bienestar psicológico. De entre las personas atendidas muchas muestran síntomas relacionados con angustia emocional, depresión, ansiedad y desesperanza (en este país cada dos días, una persona se suicida). En este contexto de vulnerabilidad y fragilidad se han reforzado los conocimientos de la población dotándola a su vez de las herramientas necesarias para que pueda abordar en un primer momento su situación de salud creando a su vez redes comunitarias de solidaridad y cohesión social. Redes integradas a su vez por el voluntariado tanto de la Cruz Roja Libanesa como de la Media Luna Roja Palestina cuya capacidad viene siendo reforzada con la experiencia de Cruz Roja Española.

Se abordan las diferentes pandemias que afectan al país. Por un lado, se fortalece el sistema y estructuras sanitarias hospitalarias de respuesta ante el covid-19 con equipos médicos específicos. Y ante los 595 casos de cólera confirmados (2022), se lleva a cabo una campaña orientada a la población tanto en ámbitos escolares, comunitarios y a nivel de hogares de divulgación sobre procedimientos para su prevención y gestión.