El empoderamiento económico que supone un empleo y el apoyo en las redes laborales puede constituir una estrategia de prevención para evitar que la violencia contra las mujeres ocurra.

La gran mayoría de las mujeres desempleadas víctimas de violencia considera que el empleo es un hito fundamental para recuperar las riendas de su vida y superar la situación de violencia de género. Contar con ingresos propios (suficientes y estables) es una condición necesaria, no solo para lograr su independencia económica sino también para alcanzar su autonomía personal e independencia emocional.

Pero también sabemos que la violencia de género constituye un factor de vulnerabilidad y discriminación para conseguir la igualdad en el ámbito laboral. A las brechas de género existentes hay que sumar las barreras y elementos de discriminación a los que se enfrentan las mujeres víctimas de violencia de género. Sufrir violencia de género hace a las mujeres más vulnerables respecto al empleo lo que constituye un factor de vulnerabilidad y discriminación para conseguir la igualdad en el ámbito laboral.

A medida que se van sumando condicionantes la vulnerabilidad hacia el empleo y la discriminación va aumentando y la línea de la salida hacia el empleo se va alejando intensificando el riesgo de pobreza y exclusión social.

Por todo ello es necesario implementar medidas específicas dirigidas a mejorar el empoderamiento personal, social, económico y laboral de las mujeres y promover el cambio de mentalidades para favorecer entornos inclusivos e igualitarios.

Cruz Roja Española desarrolla diferentes iniciativas de inserción laboral para personas en situación de vulnerabilidad social desde el año 2000.

Cruz Roja es entidad colaboradora de la iniciativa del Instituto de las Mujeres “Empresas por una sociedad libre de Violencia de Género”.
Cruz Roja, asimismo, realiza intervenciones estratégicas para abordar la desigualdad estructural de género, tanto a nivel individual y grupal, fomentando la autonomía personal y el empoderamiento de mujeres en situación de dificultad social, para promover el libre ejercicio de sus derechos en una vida libre de violencias. Por ello, siendo el empleo una dimensión clave para poder salir de las situaciones de violencia, se ponen en marcha iniciativas de mejora de la empleabilidad específicas para víctimas de violencia de género, y se les ofrece el apoyo, las claves y las herramientas para acceder al mercado de trabajo a través de acciones de empoderamiento personal, social y digital, de orientación especializada, de formación con prácticas en empresas muy sensibilizadas con la materia, y de intermediación de ofertas para facilitar su acceso al puesto de trabajo que puede suponer la clave para su cambio vital.

Ejemplo de ello es la iniciativa del SEPE implementada por Cruz Roja ‘En Clave de Cambio’,  una iniciativa del Servicio Público de Empleo con la colaboración de Cruz Roja para la inserción de mujeres víctimas de violencia de género o en situación de trata o explotación en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en la que 230 mujeres víctimas de violencia de género están realizando itinerarios de inserción con compromiso de contratación en 6 provincias Barcelona, Madrid, Las Palmas, Málaga, Sevilla y Zaragoza desde marzo de 2022 y Ceuta y Melilla se han incorporado a esta iniciativa en octubre.

La colaboración y compromiso de las empresas es imprescindible para acabar con la lacra de la violencia de género

Conoce la Iniciativa: Programas de formación e inserción con compromiso de contratación para mujeres víctimas de violencia de género o de trata y explotación sexual.

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