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Defender el Orgullo después de los 50
Actualidad
jun
28
2022
28 junio Defender el Orgullo después de los 50

El miedo es una emoción primitiva que posibilita nuestra supervivencia como especie. Nos alerta de las situaciones de peligro. Es un mecanismo que nos permite adaptarnos y reaccionar para protegernos.

Desde ese punto de vista hay que considerarlo como algo sano, sería temerario no tenerlo. Sin embargo, cuando se vuelve exagerado y disfuncional se convierte en un problema para nosotros mismos y para los demás.

El miedo extremo y fuera de control a lo diferente en cualquier aspecto de nuestra vida (cultural, religioso, social, sexual, etc.) ha generado y genera actitudes estigmatizantes y discriminatorias que nos llevan a cometer muchas injusticias con nuestros semejantes.  

Desde hace medio siglo los colectivos LGTBI, GBHSH y todas las organizaciones que defienden la libertad sexual, gracias a su trabajo incansable han logrado que el Orgullo se convierta en una fuerza que protege a cualquier persona que sea discriminada, incluso, más allá de los límites de lo inherente al sexo.

Quienes tuvieron que conquistar los derechos sexuales y ahora son mayores de 50 años saben que, aunque los vientos actuales son favorables, queda una larga tarea de concienciación y derribo de prejuicios.

Aún les resulta difícil la inserción en la sociedad, suelen tener más dificultades para acceder a la sanidad y menos poder adquisitivo. Los índices de soledad, depresión y ansiedad son más elevados que en el resto de la ciudadanía.

A todas estas dificultades se les suma una más a las personas que conviven con el VIH ya que el temor al rechazo, a perder el trabajo, a quedarse sin pareja, hace que en muchas situaciones no se animen a contar que tienen la infección. Esa tendencia a ocultarla es también una de las causas por las que no se pueden prevenir futuras infecciones.

Se han realizado campañas dirigidas a esta población, como la del 2020 a cargo del Ministerio de Sanidad y las distintas entidades que colaboran frente al VIH, bajo el lema Muchas maneras de cuidarse. En ella se informó, entre otros puntos, sobre la importancia de las medidas de prevención, el uso correcto de la PrEP y el chequeo rutinario de todas las ITS.

No obstante, para las personas mayores GBHSH la vida cotidiana sigue siendo un aspecto fundamental a resolver ya que no se sienten tratadas como es debido. Por citar un ejemplo: si necesitan recurrir a una residencia, en general, no les resulta fácil ni el ingreso ni la permanencia debido a los prejuicios que aún existen con respecto a su condición sexual.

El derecho a envejecer saludablemente y con dignidad es universal, pero como todo derecho una vez conseguido debe ser ejercido y cuidado para no volver a perderlo. Lo mismo sucede con los avances en el terreno de la libertad sexual donde queda mucho por hacer.

La educación, la tolerancia y el respeto a todas las personas deben ser los pilares fundamentales para que podamos mostrarnos tal como somos y sentimos nuestra sexualidad.

Es hora de desterrar la discriminación hacia cualquier minoría porque las personas que están incluidas en ellas quedan expuestas a más estrés mental, victimización y aislamiento social.

Las personas mayores GBHSH seguirán siendo muy vulnerables mientras el resto de la sociedad no las trate como iguales. Seguirán padeciendo una soledad no deseada y dañina para su salud mental.

Quienes hoy son mayores de 50 años se han enfrentado a innumerables situaciones complejas de rechazo, vergüenza, violencia e incomprensión. Tampoco han tenido referentes en los que apoyarse.  

En su mayoría tuvieron que emigrar a las grandes ciudades (algo que se ha denominado sexilio) donde podían pasar más inadvertidas, lo que provocó el desarraigo de sus familias.

A pesar de que en los países desarrollados la esperanza de vida supera los 80 años la edad sigue siendo un factor de discriminación para toda la población. Con más razón lo es para las personas GBHSH mayores que se sienten desprotegidas y sin apoyo familiar.

Como asignaturas pendientes queda la de generar espacios adaptados a sus necesidades, donde puedan compartir sus vidas, el ocio, sus inquietudes culturales, viajes y todo lo que sea efectivo para evitar la soledad y el aislamiento. 

En el ámbito sanitario es imprescindible la formación de profesionales sensibles en todo lo relacionado con la diversidad sexual, familiar y de género.

En definitiva, el respeto y la aceptación son los dos ingredientes esenciales para lograr una sociedad más justa. Vivimos en el mismo planeta, tenemos los mismos derechos, los mismos sueños, inquietudes similares; pero en todos los aspectos también somos individuales y diferentes. Si incorporamos esas diferencias, con la riqueza que ello implica, podremos vivir en armonía con esa pluralidad.

Fuentes
Ministerio de Sanidad

¿Qué es el miedo? Características de esta emoción (psicologiaymente.com)
Inicio - F26D (fundacion26d.org)
Federación Estatal LGTBI+ - FELGTBI+

 

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