Existen muchas maneras de vivir la soledad, casi tantas como personas ya que, como sabemos hay muchas soledades y también muchas maneras de abordar esas situaciones.
  
La soledad resulta de la diferencia entre las relaciones sociales deseadas y las que realmente tenemos. Es muy posible que a nuestro alrededor se produzcan situaciones de soledad no deseada y todas las personas podemos hacer algo para prevenir y reducir esa soledad que las personas sienten. 

Te dejamos algunas claves para cambiar nuestra forma de ver la soledad y ayudar a combatirla en nuestro entorno: 

Ponte las gafas de la soledad no deseada: lo primero que debemos hacer para identificar la soledad no deseada es cambiar nuestra forma de mirar y entender la soledad y ponernos en el lugar de las personas que la sienten. 

No normalices la soledad como algo inevitable o como el resultado de malas decisiones personales. Todas las personas podemos sentirnos solas en algún momento de nuestra vida y que las personas se sientan cada vez más solas tiene mucho que ver con la necesidad de construir sociedades más inclusivas y menos individualistas. 

La soledad no es un problema individual: cuando hablamos de soledad no deseada es importante tener en cuenta que no estamos ante un problema de cada persona, sino que es responsabilidad de toda la sociedad y todas las personas podemos hacer algo desde nuestro entorno más cercano para combatirla. 

No te dejes llevar por las apariencias: hay personas que viven solas y no se sienten solas, así como hay personas que se sienten solas aunque puedan estar rodeadas de gente. 
 
Identifica las señales: si la persona se entretiene más de lo normal y alarga las conversaciones o siempre dice que está bien cuando le preguntas, es posible que no quiera reconocer la situación. Si quieres ayudarle, mejor escúchale.  
 
Si la persona ha cambiado sus rutinas y hace tiempo que no la ves, interésate por su situación. Lo más probable es que no haya pasado nada, pero preguntar por ella puede hacer que sienta que su entorno se preocupa y se sienta reconfortada. 
 
La soledad no deseada es a menudo algo oculto, ya que sentirse solo/a no es algo de lo que las personas se sientan orgullosas y debemos respetarlo. 
 
No alimentes el estigma: la soledad no es una enfermedad, ni afecta sólo a las personas mayores. Ten en cuenta que muchas personas no buscarán ayuda si sienten vergüenza o creen que lo que les pasa es algo que deben ocultar. 
 
Elimina prejuicios y etiquetas en torno a las personas que se sienten solas. Mostrar comprensión, confianza y apoyo a hacia las personas que sufren la soledad, hará más fácil que puedan encontrar el apoyo que necesitan. 

Fomenta espacios amigables: cambia la forma de ver tu entorno y tu barrio y promueve siempre que puedas el encuentro y la relación con otras personas del vecindario, ofreciendo tu ayuda. 

Respeta siempre los derechos y las preferencias de las personas. Las personas que se sienten solas eligen si quieren o no estar en compañía de otras personas y el hecho de que estén solas no significa que tengan que aceptar lo que les proponemos. 

La soledad puede ser una oportunidad, siempre que la persona quiera, para mejorar y enriquecer la convivencia. Las personas que se sienten solas tienen mucho que aportar y esa soledad puede convertirse en una oportunidad para incrementar y mejorar las relaciones sociales. 
 
Si quieres ayudar frente a la soledad, descubre cómo colaborar con Cruz Roja Te Acompaña.

Y recuerda: si lo necesitas, contacta con el equipo de Cruz Roja Te Acompaña.
No te olvides de compartir este contenido entre tus contactos. ¡Gracias!