Cruz Roja entiende la eficiencia energética en sus actuaciones y actividades como una realidad: una necesidad irrebatible. Es un compromiso que se traduce en la reducción de emisiones, mediante la Estrategia CO(mpensa)2, pero también a la hora de utilizar los vehículos que componen su flota, e incluso en el funcionamiento de centros que dependen de la Organización. 

Todo ello pasa por la siguiente palabra: repensar. Apostar por una economía circular, incluir energías renovables o fomentar el autoconsumo se erigen como algunas de las opciones para ello. Pero también cambiar la iluminación por tecnología LED (e incluso instalar placas solares): no hay gesto pequeño o actuación poco importante para adquirir una responsabilidad medioambiental que, en estos momentos, requiere de todo nuestro compromiso individual y colectivo. 

Cruz Roja Alcorcón, la geotermia como principal fuente de energía 

A Saturnino Peña, presidente de Cruz Roja Alcorcón, se le ilumina el rostro al hablar de la sede que capitanea en el municipio madrileño. Y con razón. El centro donde desempeña su actividad Cruz Roja Alcorcón es “el primer edificio de arquitectura sostenible y bioclimática construido por Cruz Roja Española, y por cualquier otra entidad del tercer sector”. No es un asunto baladí. 

El cómo: a través de la geotermia. La geotermia es un tipo de energía renovable que aprovecha el calor del subsuelo para climatizar inmuebles (ya sean casas o edificios), así como para generar electricidad. Gracias a ella, como principal “fuente de energía”, y a la ventilación natural y los espacios polivalentes, la sede de Cruz Roja Alcorcón se diseñó, desde el primer momento, con la máxima exigencia bioclimática para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible número 7 (garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos) y número 8 (promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos).  

La sede de Cruz Roja Alcorcón es el primer edificio de arquitectura sostenible y bioclimática construido por Cruz Roja Española

“Desde el primer momento se apostó por los criterios medioambientales, destacando la apuesta de la Organización por aplicar estas medidas de ahorro energético”, advierte Saturnino Peña con orgullo. Han pasado 6 años desde la construcción de la nueve sede, y las convicciones siguen intactas: “Cruz Roja Madrid buscó que la ética, la coherencia y la disminución de nuestra huella de carbono primara frente a enfoques cortoplacistas a fin de cuidar la ‘casa común’ que es la naturaleza”, menciona.  

Los resultados no podrían ser mejores: ha habido una reducción de la demanda energética, un ahorro energético y una disminución de la huella de carbono, y una reducción de costes que ha repercutido en una recuperación más temprana de la inversión realizada. La sede de Cruz Roja Alcorcón se convierte, así, en un caso de éxito para la Organización. 

“Es un modelo luminoso, con ventilación natural y espacios que invitan al equipo humano (personal voluntario y técnico) a trabajar y desarrollar su actividad en él, sin olvidar el confort de las personas usuarias”, explica Peña. Un edificio “amable, bien aislado y en armonía con su entorno, incluido el Parque de la Rivota que se encuentra junto a la sede”, matiza el presidente de Cruz Roja Alcorcón. 

Nada se ha descuidado en su diseño y construcción, incluido el bosquete de Liquidámbar, que aporta colorido en las distintas estaciones. Sus espacios abiertos y transparentes, por último, representan la apuesta por la transparencia y los nuevos criterios que rigen la conciencia ecológica de Cruz Roja. 

Una flota más sostenible 

Los medios de transporte son imprescindibles para que Cruz Roja lleve a cabo su actividad y atienda las necesidades de los colectivos vulnerables, especialmente en momentos de emergencia, donde los vehículos (como los 4x4 o las ambulancias) dan respuesta a todo tipo de situaciones extremas. Generalmente, eso sí, la actividad de la Organización se caracteriza por la preponderancia de trayectos cortos o de carácter urbano e interurbano, algo que está ligado directamente con el futuro de la Organización en materia de movilidad sostenible. 

Las tendencias en cuanto a la gestión de flotas de Cruz Roja ya apuntan a que su futuro inmediato pasará porque estas sean eléctricas, porque se digitalicen los vehículos, por recabar más datos sobre su funcionamiento (con el fin de conseguir una mayor eficiencia energética y ahorro económico) y porque la gestión de la flota sea más integral (mediante un sistema que permita controlar todos los aspectos relacionados con la gestión de la movilidad y las flotas).  

Jaime Bará, al frente de Movilidad Sostenible en Cruz Roja, afirma que un 9,9% de la flota actual de la Organización ya tiene etiqueta eco o cero, mientras que en España, la media de la flota española se sitúa en torno al 2,5%, algo que le lleva a pensar que el camino que se está recorriendo es “el correcto”. Para ello, las personas referentes de Movilidad Sostenible, tanto a nivel provincial como estatal, están en constante contacto.  

Entre los objetivos que se persiguen, se encuentra eliminar los vehículos con más de 15 años de antigüedad y sustitución por tecnologías sostenibles; ir sustituyendo los neumáticos convencionales por neumáticos ecológicos en los próximos 5 años; reconvertir un tercio de la flota en los próximos 5 años a modelos híbridos, 100% eléctricos y el resto a gasolina; o fijar en el año 2050 el año de cero emisiones en la movilidad de Cruz Roja. “Los vehículos de más de 10 años provocan el doble de emisiones que un vehículo nuevo. Ya no es una cuestión únicamente de si es útil, o sigue funcionando, sino que es un tema medioambiental y de salud”, expresa Bará. 

“Los vehículos de más de 10 años provocan el doble de emisiones que un vehículo nuevo"

Pese a los retos que entraña, se contempla el futuro con optimismo. “Estamos en un momento interesantísimo, en un cambio de época, que no una época de cambios”, puntualiza el responsable de Movilidad Sostenible de Cruz Roja. “Una Organización como Cruz Roja, que trabaja por la defensa de los derechos humanos, de la salud, de la prevención de enfermedades… tiene que plantearse objetivos ambiciosos”, insiste.  

En el año 2035, sin ir más lejos, en Europa estará prohibida la venta de vehículos de combustión. En Cruz Roja, sin embargo, “no queremos esperar”. “En nuestras sedes ya estamos adquiriendo vehículos 100% eléctricos, híbridos, semi híbridos y que funcionan con gas (que seguirá siendo una alternativa durante años, porque produce menos emisiones y es menos contaminante)”, apunta Jaime Bará. 

Si bien todavía falta más convicción de las empresas por implantar, por ejemplo, puntos de recarga de coches eléctricos por todo el territorio, ni siquiera la falta de compromiso que se percibe en ciertas áreas es suficiente para detener el cambio imparable de Cruz Roja. “Tenemos una ventaja: los 1500 puntos de atención repartidos por España. En nuestras propias instalaciones estamos poniendo puntos de recarga. No vamos a esperar a depender de las infraestructuras montadas”, señala el portavoz de Cruz Roja.  

La hoja de ruta a seguir la marca el Plan de Movilidad Sostenible de Cruz Roja Española, un “documento vivo y en pleno proceso de elaboración” que estará listo hacia finales de año y cuyas líneas de actuación abarcarán hasta el 2030. Será una nueva muestra del compromiso de Cruz Roja con el medio ambiente, la salud y la seguridad, también clave a la hora de abordar estos temas. 

Reducción de emisiones 

En cuanto a las emisiones derivadas de su actividad, desde hace 4 años Cruz Roja ha reforzado su compromiso con el medio ambiente, implementando acciones en materia medioambiental encaminadas a la descarbonización (esto es, el proceso de reducción de emisiones de carbono a la atmósfera) e incorporando información relativa a los riesgos y oportunidades asociadas al cambio climático. La transición hacia una Cruz Roja baja en emisiones requiere de una transformación profunda que permita disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y acelere la modernización y dinamización de la Organización, siempre orientada hacia el crecimiento sostenible. 

Hasta el momento, distintos hitos subrayan ya estas convicciones. Ya hay una reducción del 90% de las emisiones por consumo de electricidad mediante GdO (Garantías de Origen Renovables), se está sustituyendo el gasóleo C por el gas natural (con una reducción de emisiones del 21,4%), se está produciendo la electrificación del parque de automóviles, y se han obtenido sellos tan prestigiosos como el CALCULO y el REDUZCO. Porque la eficiencia energética, al fin y al cabo, es un compromiso a largo plazo.