Sostener cuando no hay red - Ahora

• Las personas sin hogar pueden verse abocadas a la calle por multitud de motivos. No contar con una red familiar o social a su alrededor es sólo uno de ellos. En Zaragoza, Cruz Roja es plenamente consciente de esta realidad y acaba de realizar su último recuento de personas sin hogar para conocer su evolución y situación actual.  

Jueves 24 de noviembre. 20:30h de la noche. Miguel Ángel Labarta, voluntario de Cruz Roja en Zaragoza, llega a la sede de la Organización dispuesto a salir de nuevo en cuestión de minutos. ¿El objetivo? Realizar, junto con sus compañeros y compañeras, el recuento de personas sin techo que lleva a cabo Cruz Roja en la capital aragonesa para conocer su evolución y situación actual en la ciudad cada dos años. No es la primera que participa. Tampoco, quizá, sea la última. 

Lleva 10 años de voluntario y ante “la pregunta del millón” (por qué decidió hacerse voluntario), sonríe y se explica: “Tengo la suerte de tener una estructura familiar, laboral, de amigos… de los que puedo tirar cuando necesito ayuda. Pero mucha gente no la tiene. Me parece buena idea colaborar con una institución que trabaje con personas sin hogar porque no tienen nada. De hecho, me decidí por Cruz Roja hace una década precisamente por este proyecto”.  

El recuento del pasado 24 de noviembre demuestra que dormir bajo en un parque, bajo un puente, en un cajero o en un polígono industrial es una realidad para muchas personas. En concreto, en esta ocasión se han localizado a 128 personas en esta situación; la gran mayoría hombres (111). Con respecto al anterior censo de 2018 (120 personas sin hogar), se ha evidenciado un ligero aumento. Además de contabilizar el número de personas sin hogar, también se han realizado encuestas a las personas que han accedido a ello. Sus respuestas se recogerán posteriormente en un estudio sociológico que servirá como herramienta de trabajo para mejorar la intervención de Cruz Roja. En total, 82 personas aceptaron someterse al cuestionario, más que en 2018, según indican desde Cruz Roja en Zaragoza. 

Este recuento es el único estudio sobre personas sin hogar que se realiza por Cruz Roja con carácter bienal y en todo el territorio. Referente para otras ciudades españolas, la pandemia de 2020 impidió que se efectuara un nuevo censo y estudio que ahora, por fin, se ha podido retomar. La noche del pasado jueves 24 de noviembre más de 350 personas, ciudadanos y ciudadanas y entidades sociales salieron a la calle en Zaragoza y se distribuyeron por los distintos distritos de la ciudad para configurar este censo.  

"Cada vez que una persona sin hogar consigue salir de esa situación me produce una felicidad absoluta"

Independientemente del estudio, todas las noches el voluntariado de Cruz Roja atiende a las personas sin hogar. Es una realidad para Miguel Ángel. “A mí me aporta muchísimo. Cada vez que una persona sin hogar consigue salir de esa situación me produce una felicidad absoluta”, cuenta este voluntario de Zaragoza. Técnico sanitario de profesión, conoce muy bien a las personas que duermen bajo el cielo nocturno. “Tenemos unas rutas marcadas y ya hay personas a las que conocemos e intentamos orientar para que salgan de esa situación. Llevamos mantas, sopas, bocadillos… y café. El café calentito en invierno es ideal para iniciar una conversación”, dice. 

Recuerda, además, que cualquier persona puede acabar en la calle, rompiendo así los clichés o estereotipos que existen al respecto. “Personas que trabajaban en hostelería y han perdido su trabajo; gente con estudios universitarios; trabajadores de la construcción que se han quedado en paro… a veces no tienen familia, o no quieren explicarles su situación por vergüenza. Y también hay personas con problemas con el alcohol, por ejemplo”, señala.  

¿Lo más gratificante? Esas pequeñas historias de personas que ya han conseguido romper ese círculo. Miguel Ángel Labarta tiene una en la retina: “Conocí a un chico extranjero que llevaba poco tiempo en la calle. Entró enseguida en el itinerario de Cruz Roja. Acabó de carnicero en un supermercado”. Y es que, cuando alguien se encuentra en la calle, no siempre es fácil darle la vuelta a su situación. 

“El hecho de estar en la calle (por la experiencia que yo tengo) es que te desconecta totalmente de la sociedad, de tu alrededor: de todo. Cosas tan sencillas como preparar una entrevista”, indica. Por eso, llevar a las personas sin hogar a los centros habilitados para ello, o facilitarles distintos procesos, como se hace desde Cruz Roja, resulta vital.  

“La labor de las trabajadoras sociales es inmensa”, explica Miguel Ángel, que también colabora cuando puede en esa parte. “Cuando llevan tiempo sin preparar un currículum para las personas sin hogar se convierte en un mundo, no les apetece, no les gusta… En ese sentido, la labor que hace Cruz Roja es maravillosa”, concluye el voluntario.