Unos minutos con Juan Carlos Domonte - Cruz Roja
BANNER - UNOS MINUTOS CON JUAN CARLOS DOMONTE
Unos minutos con...
Juan Carlos Domonte
SUBTÍTULO - JUAN CARLOS DOMONTE
“Me rompe el dolor de los niños”
Juan Carlos Domonte
CWB - INTRO MINUTOS CON JUAN CARLOS DOMONTE
Su vida profesional ha sido un largo viaje entre el horror y la esperanza. Porque Juan Carlos Domonte (Madrid, 1963) ha trabajado, de una u otra forma, en las principales emergencias que han sacudido a nuestro país en los últimos 45 años, los mismos que ha estado trabajando en la organización humanitaria.
Atentados terroristas (tanto de ETA como de corte islamista), accidentes aéreos, inundaciones como la de Biescas, incendios (forestales y urbanos, como los que destruyeron la discoteca Alcalá 20 de Madrid o los Almacenes Arias de Madrid) o todo tipo de grandes siniestros, allí estaba siempre Juan Carlos Domonte, en terreno o trabajando desde el Centro de Coordinación de Cruz Roja.
Domonte también ha aportado su granito de arena ante algunas tragedias de ámbito internacional, como la guerra de Kosovo (en la que trabajó como logista en un campo de refugiados), el terremoto de Marruecos de 2004 o el tsunami del sur de Asia de finales de ese mismo año.
Ahora, con 61 años y una discapacidad del 78 por ciento, con muy poco resto visual, Juan Carlos da un paso a un lado y se jubila: “Esta casa me ha dado de todo, alegrías, disgustos, penas, pero, sobre todo, me he encontrado con grandes personas, y que quieren hacer su trabajo de manera excepcional, por y para los demás”, comentaba hace unos días en sus redes sociales.
Durante la entrevista, a la que acude con su perro guía, Xindú, Domonte habla de Cruz Roja como ‘la casa’. Sin lugar a dudas, para él así lo ha sido.
CWB - ENTREVISTA MINUTOS CON JUAN CARLOS DOMONTE
Juan Carlos, ¿cuándo empieza esta larga relación con Cruz Roja Española?
El 10 de septiembre de 1979, por equivocación.
¿Perdón?
Sí, ese día acudí a una sede de Cruz Roja en Madrid para renovar mi título de socorrista.
Pero, sin darme cuenta, firme mi incorporación como voluntario, entonces como premilitar, y, hasta hoy.
¿Qué funciones has desarrollado en Cruz Roja a lo largo de estos años?
Pues, más bien, casi de todo. He trabajado como ordenanza, conductor de ambulancia, administrativo en un centro de Toxicomanías, logista en emergencias internacionales, coordinador del Centro Provincial de Coordinación, coordinador de proyectos, técnico de accesibilidad...
¿Qué es lo que más valoras de esta experiencia?
Todo lo que Cruz Roja me ha enseñado, y las personas que he conocido y me han apoyado, siempre. Empezando por mi mujer, Puri, a la que también conocí aquí, en ‘la casa’.
Habrás atesorado infinidad de momentos especiales, de esos en los que sonríes sin casi saberlo...
Sí, sobre todo cuando sientes que salvas vidas, cuando sacas a alguien de una parada, cuando apoyas en un parto...
Aunque, por el contexto en el que trabajas, no faltarán experiencias o situaciones especialmente complejas o ‘duras’
A mí lo que me rompe es el dolor de los niños.
Recuerdo como, por ejemplo, tras el atentado del restaurante ‘El Descanso’ (1985, 18 personas muertas), poco a poco dejamos de escuchar voces entre los escombros. Pero, finalmente, sacamos a un niño pequeño vivo. Ese niño, ese abrazo que te da. Te rompes, sin más.
¿Has pasado miedo en alguna situación de emergencia?
Sí, desde luego. Como durante un reparto de ayuda tras el terremoto de Alhucemas (Marruecos, 2004). Ante la extrema necesidad, nunca sabes cómo pueden reaccionar las personas que lo han perdido todo y que necesitan ayuda de forma urgente.
Y llega el 30 de diciembre de 2009...
Estaba trabajando en el Centro de Coordinación de la sede central de Madrid. Los ictus y las enfermades les tocan siempre a otros. Hasta que te toca a ti. No quise reconocerlo, de hecho, quise incluso permanecer en el Centro.
Te quedas sin movilidad, sin habla, sin vista.
Y, lo peor de todo, me costó mucho reconocer lo que me pasaba, sobre todo que me había quedado sin vista. No quería asumirlo.
¿Cuándo asumes realmente lo que te pasa?
Cuando mi mujer me plantea el divorcio si no voy a solicitar ayuda a la ONCE. Puri, siempre.
Y empieza otra de las vidas de Juan Carlos Domonte.
Con mucho esfuerzo y rehabilitación, me fui recuperando, aunque tenga actualmente una incapacidad visual y una discapacidad del 78 por ciento. Sí, dejo entonces la coordinación de sala y paso a ser coordinador de proyectos dentro del propio Centro de Coordinación, hasta hace 3 años que pasa al área de Servicios Tecnológicos Digitales, colaborando especialmente en distintos trabajos sobre accesibilidad para apoyar a otras personas en mi situación, con algún tipo de discapacidad.
Domonte, con todo lo que has visto y vivido y, con el panorama incierto que tenemos actualmente, con varios conflictos armados y otras crisis humanitarias, ¿tienes esperanza en la condición humana?
Sé que ‘la casa’ responderá, lo hará, pase lo que pase.
Sí, ¿pero tienes esperanza en la condición humana?
Las personas responderán, siempre lo hacen.