La soledad no deseada es un fenómeno complejo que afecta a la salud física, emocional y social de las personas mayores. La tecnología ofrece una alternativa prometedora para ampliar el acceso a intervenciones que mejoren su bienestar.

En el marco del proyecto LAR contra la soledad no deseada, desde Cruz Roja hemos explorado una experiencia innovadora: el uso de robots sociales como herramienta de acompañamiento emocional y estimulación cognitiva para personas mayores en situación de vulnerabilidad psicosocial.

Por este motivo, se desarrollaron unos living lab comunitarios (bancos de pruebas) cuyo objetivo era testar y observar la eficacia y eficiencia de la robótica social para reducir la soledad no deseada, evaluando su contribución a los aspectos emocionales y sociales de las personas mayores.

Estas acciones con personas mayores y varios robots sociales se desarrollaron en el mes de octubre de este año. Por un lado, participamos en el evento “El valor de la experiencia” que se celebró en A Coruña el día 16. De los 250 asistentes, 193 eran personas mayores, y la valoración de la experiencia con los robots fue muy buena en el 89,22 % de los casos. Por otro lado, el día 20 realizamos una sesión en A Pastoriza, Lugo, con 12 participantes de la cantina social, que hicieron una valoración positiva en todos los casos. Una conclusión importante de esta jornada es la integración exitosa de los robots en experiencias en el entorno rural.

Algunas conclusiones

En estos bancos de pruebas se observó cómo la interacción con robots puede facilitar la comunicación, generar curiosidad y promover el bienestar psicosocial, y cómo su presencia puede mejorar la participación social y reducir el aislamiento. La tecnología, cuando se pone al servicio del cuidado, puede abrir nuevas vías de relación y bienestar.

La robótica social demostró ser una herramienta eficaz para promover interacciones significativas, reducir la soledad y reforzar la innovación sostenible.