“La hepatitis no puede esperar” - Cruz Roja
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“La hepatitis no puede esperar” es el lema de este año para actuar de manera urgente y eliminar, de aquí a 2030, esta enfermedad que se ha convertido en uno de los problemas globales más importantes de salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada 30 segundos fallece una persona por síntomas relacionados con las hepatitis víricas
Objetivos 2021
El programa establece las siguientes acciones específicas.
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Fortalecer la prevención, detección y control de la hepatitis viral y sus enfermedades relacionadas.
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Aumentar la cobertura y la integración de la hepatitis B en los programas nacionales de inmunización.
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Coordinar una respuesta global a la hepatitis para incrementar el acceso al tratamiento.
En esta jornada la OMS hará un debate mundial entre la comunidad política y científica para encontrar el modo de avanzar con mayor celeridad en la eliminación de la hepatitis de aquí al 2030.
Contenido de la campaña
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Las personas que viven con hepatitis viral sin saberlo no pueden esperar para hacerse la prueba.
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Las personas que viven con hepatitis no pueden esperar a recibir tratamientos que les salven la vida.
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Las mujeres embarazadas no pueden esperar para la detección y el tratamiento de la hepatitis.
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Los bebés recién nacidos no pueden esperar a recibir la dosis de vacunación al nacer.
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Las personas afectadas por la hepatitis no pueden esperar para acabar con el estigma y la discriminación.
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Las organizaciones comunitarias no pueden esperar a una mayor inversión.
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Los responsables de la toma de decisiones no pueden esperar y deben actuar ahora para que la eliminación de la hepatitis sea una realidad a través de la voluntad política y la financiación.
En España
En España, la hepatitis es una Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO), es decir, tiene que notificarse al Sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria, componente básico de la Red de Vigilancia Epidemiológica.
Casi medio millón de personas son portadoras del virus B o C de la hepatitis, aunque sólo el 10% han sido diagnosticadas.
Si bien en la actualidad se dispone de tratamientos efectivos, la detección precoz y la instauración de un buen control y seguimiento favorecen el éxito de la evolución.
Los tipos B y C son los más graves
Aproximadamente 1 de cada 12 personas en el mundo vive con hepatitis B o hepatitis C. Si no se tratan adecuadamente pueden conducir a la cicatrización hepática avanzada y otras complicaciones, incluyendo cáncer de hígado o insuficiencia hepática.
En ausencia de vacunación, la B es el tipo más frecuente de hepatitis diagnosticada que, en la mayor parte de los casos, supone una infección aguda que se resuelve totalmente, aunque en ocasiones pueda hacerse crónica. La C es la que más se cronifica y evoluciona a cirrosis con mayor frecuencia.
El tratamiento apropiado de las hepatitis B y C puede evitar la aparición de las graves complicaciones, potencialmente mortales, de las hepatopatías crónicas: la cirrosis y el cáncer de hígado.
Reclamos de las personas afectadas
Entre las peticiones que realizan las asociaciones de enfermos de hepatitis para garantizar una vida digna están las de:
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Realizar un mayor número de campañas de difusión para conocimiento y prevención de la enfermedad.
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Formar a médicos de atención primaria en el conocimiento genérico de esta enfermedad.
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Seguimiento integral multidisciplinar de quienes estén afectados por los problemas psicológicos que puedan derivarse de este padecimiento y un reconocimiento por parte del Estado del carácter crónico de la hepatitis C.
Un poco de historia
El 28 de julio de cada año se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis en homenaje al médico y bioquímico norteamericano Baruch Samuel Blumberg (nació ese día en Nueva York, en 1925 y murió en Mountain View, California, en 2011).
Blumberg descubrió en 1966 la proteína (antígeno) que indicaba la presencia del virus de la Hepatitis B por lo que fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
Investigó, además, el papel del virus en el cáncer de hígado y colaboró en el desarrollo de la vacuna contra la Hepatitis B que se empezó a comercializar en 1982.
Mensaje para los gobiernos
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No podemos esperar más para establecer objetivos nacionales sobre la eliminación de las hepatitis víricas ya que, para lograrlo en todo el mundo en 2030, hay que empezar trabajando en todos los países.
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No podemos esperar más para atender a las personas más vulnerables con hepatitis. Por ejemplo, los recién nacidos o los consumidores de drogas inyectables están más expuestos y corren más riesgos. Debemos salvarles la vida.
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No podemos esperar más para establecer objetivos nacionales sobre la eliminación de la hepatitis. Para eliminar las hepatitis víricas del mundo en 2030 hay que empezar trabajando en todos los países.
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No podemos esperar más para establecer servicios esenciales contra la hepatitis.
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No podemos esperar más para movilizar a las comunidades contra la hepatitis.
Conclusiones
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Las infecciones por el virus de la hepatitis se han extendido y afectan a 400 millones de personas en todo el mundo, más de 10 veces el número de quienes están infectadas con el VIH.
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Mundialmente, alrededor de 1,4 millones de personas muere cada año a causa de esta enfermedad.
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Se estima que sólo el 5 % de las personas con hepatitis crónica sabe que tiene la infección y menos del 1 % accede al tratamiento.
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La hepatitis sigue siendo una enfermedad en gran medida olvidada o desconocida.
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La hepatitis es prevenible y tratable: existen vacunas y fármacos efectivos para la B y más del 95% de las personas con la variante C pueden curarse con el tratamiento.