Hacia un futuro de los cuidados adaptado y accesible a todo el mundo - Ahora
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Hacia un futuro de los cuidados adaptado y accesible a todo el mundo
HACIA UN FUTURO DE LOS CUIDADOS ADAPTADO Y ACCESIBLE A TODO EL MUNDO
Cruz Roja
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parte 1 futuro cuidados
Basta con echar un rápido vistazo a las tendencias demográficas y sociales para entender, no solo que existe una acuciante necesidad de formular nuevos modelos de cuidado que respondan a las demandas y preferencias de un número cada vez más creciente de personas mayores, sino que esta debería ser una prioridad. Porque no se trata solo de vivir más, también de que todo el mundo pueda hacerlo en las mejores circunstancias posibles. Es en este punto donde entran en juego un conjunto de variables, como la arquitectura, la sostenibilidad, la economía, la innovación o la tecnología, que combinadas y puestas al servicio de las personas mayores tienen el potencial de garantizar ese ansiado y merecido envejecimiento pleno.
parte 2 futuro cuidados
Una necesidad tan actual como futura
Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), actualmente un 19,6 por ciento de la población española tiene más de 65 años, y el porcentaje está destinado a ir en aumento. Hasta el punto de que, de mantenerse la tendencia actual, se estima que en el año 2035 este grupo supondría un 26,5 por ciento del total; una cifra que ascendería hasta el 31,4 por ciento en 2050, y que implicaría, además, un mayor volumen de personas centenarias (de los más 12.500 de la actualidad a los cerca de 217.300 proyectados para 2070).
Actualmente un 19,6 por ciento de la población española tiene más de 65 años, y el porcentaje está destinado a ir en aumento
Otro dato que conviene tener en cuenta cuando se habla de envejecimiento es un indicador denominado años de vida saludables, definido por el INE como “el promedio del número de años esperados que vive una persona disfrutando de buena salud (en ausencia de limitaciones funcionales o de discapacidad)”. En España, según la información correspondiente al año 2019, las mujeres a los 65 años viven en condiciones de buena salud el 53,6 por ciento de lo que les resta de vida, frente al 63,5 por ciento de los hombres.
Resulta lógico, por lo tanto, que ofrecer una amplia variedad de modelos de cuidado centrados en las necesidades de este periodo vital sea una prioridad social, sin dejar de lado la evidente inversión económica que supondrá para particulares y gobiernos. ¿La tendencia en este ámbito? Que conserven su autonomía, en la medida en que su estado de salud lo permita, pero también escuchar sus deseos, ofreciéndoles la oportunidad de elegir entre un cada vez más creciente abanico de innovadoras posibilidades.
parte 3 futuro cuidados
Casos de éxito
Entre las opciones que mayor desarrollo ha experimentado en los últimos años se encuentra el cohousing, la fórmula nacida en Dinamarca en la década de los 70 y basada en la creación de una comunidad de personas que, aunque disponen de una vivienda o espacio privado, comparten vida y zonas comunes, si así lo desean. Una alternativa en continua evolución y exploración que cada vez eligen más personas mayores por dos motivos principales, les permite conservar su autonomía y mantenerse socialmente activos.
Precisamente, si hay un aspecto común a todos los nuevos modelos de cuidado es esa búsqueda de soluciones a la soledad a la que se enfrentan muchas personas mayores. En este sentido, Holanda se ha erigido como uno de los países más proactivos, con las viviendas intergeneracionales como una de sus principales apuestas. Sirvan como ejemplo Humanitas, un centro residencial en el que estudiantes universitarios comparten casa con personas mayores, o un proyecto lanzado en la ciudad de Beekmos por una asociación juvenil y una corporación especializada en viviendas asequibles que conecta en un mismo recinto a jóvenes y madres solteras con mujeres mayores quienes usan su experiencia vital para brindarles apoyo y asesoramiento.
Pero, ¿qué sucede cuando la persona tiene una condición médica que le obliga a vivir continuamente atendido o vigilado? Estar internado en una residencia convencional o asistido en casa no tienen por qué ser las únicas alternativas, tal y como demuestra el que quizá sea uno de los modelos de referencia más inesperadamente innovadores: Hogeweyk en holandés, que traducido al español significa Villa Olvido o Villa Demencia. Así se ha bautizado a una especie de urbanización situada en la localidad de Weesp, a poco más de 20 minutos en coche de Amsterdam, pionera en ofrecer un nuevo modelo de cuidado a las personas con condiciones asociadas a la pérdida de la memoria, como demencia o la enfermedad de Alzheimer.
Si hay un aspecto común a todos los nuevos modelos de cuidado es esa búsqueda de soluciones a la soledad a la que se enfrentan muchas personas mayores
A todos los efectos Hogeweyk funciona como un pequeño pueblo. Dispone de varias decenas de casas, calles, plazas e incluso un restaurante y un supermercado; también de actividades de todo tipo, desde clases de baile hasta un teatro. Eso sí, para garantizar la seguridad de todos sus habitantes está completamente delimitado y dotado de instalaciones y personal médico especializado las 24 horas del día, aunque sus residentes pueden salir de él siempre que lo hagan acompañados. El concepto es el sueño de pacientes y familiares: que quienes padecen este tipo de dolencias puedan llevar una vida lo más normalizada posible. Y la prueba de que la fórmula es un caso de éxito es que ya se ha extendido a países como Francia, Canadá o Estados Unidos.
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La tecnología de los cuidados
Aunque estas innovaciones europeas se encuentran en pleno desarrollo y expansión, los modelos de cuidado de personas mayores y dependientes más extendidos continúan siendo las residencias asistidas y la atención en casa, con todas las posibilidades que implica, desde la ayuda a domicilio hasta la teleasistencia, pasando por diferentes servicios tecnológicos. Unos campos, estos últimos, en los que Cruz Roja lleva décadas siendo pionera.
Siguiendo la estela iniciada hace más de 30 años con el lanzamiento de su célebre botón rojo, y de la mano de la Fundación de Tecnologías Sociales (TECSOS), constituida hace 25 años junto a Fundación Vodafone, Cruz Roja Española continúa avanzando en el desarrollo de servicios tecnológicos sociales pensados para poner solución a las necesidades de personas usuarias y sus cuidadores y cuidadoras. Entre ellos destacan modelos pioneros en constante desarrollo como la teleasistencia móvil accesible, la primera aplicación de este tipo certificada como accesible universal; un avatar afectivo inspirado en un ser querido, que aparece en su dispositivo para realizar recordatorios (citas con el médico, toma de medicinas…); o Smart Assist, el proyecto que personaliza la atención desarrollando soluciones inteligentes a partir de la integración de teleasistencia móvil y domiciliaria.
Mención especial merece otra iniciativa puesta en marcha hace 5 años por la Fundación TECSOS bajo el nombre Orientatech y dedicada, a grandes rasgos, a realizar un análisis exhaustivo de tecnología social, desde teléfonos para mayores o asistentes virtuales hasta auriculares con audífonos o un software para la estimulación y rehabilitación cognitiva, entre otros muchos. Según explica Álvaro Sánchez García, ingeniero de proyectos en TECSOS, la idea partió de las peticiones y consultas que recibían por parte de los potenciales usuarios y usuarias, lo que les llevó a darse cuenta del vacío que existía en este campo.
Cruz Roja Española continúa avanzando en el desarrollo de servicios tecnológicos sociales pensados para poner solución a las necesidades de usuarios y sus cuidadores y cuidadoras
La solución fue crear una página web que cuenta con unas 3.000 visitas al mes y casi 200 reviews de productos destinados no solo al uso de personas mayores, con discapacidad o dependientes, también de inmigrantes y mujeres víctimas de violencia de género. Todos son probados desde un punto de vista técnico por parte de especialistas en tecnología y alumnos de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid, y un equipo de personas voluntarias mayores o con discapacidad que hacen la valoración desde un punto de vista social “Lo que evitamos es que los cuidadores y cuidadoras o los usuarios adquieran productos sin saber su potencial, facilitando que puedan tener una comparativa para no comprar soluciones que no están destinadas a sus necesidades reales”, asegura Sánchez García.
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La importancia de formar a quienes cuidan
Pero para que todas las evoluciones tecnológicas lleguen a quienes más las necesitan y su potencial se aproveche al máximo resulta clave la formación de los profesionales del cuidado. Con este propósito Cruz Roja y la Fundación TECSOS se han unido a varias entidades europeas en el proyecto Housing Care, que tiene el objetivo principal de formar a los cuidadores y cuidadoras en todas las soluciones tecnológicas que tienen a su disposición.
La intención de esta iniciativa es doble. Por un lado, que todas las innovaciones disponibles se extiendan al mayor número de personas posible; por el otro, contribuir a la formación de los profesionales de un sector con una demanda constante y creciente de trabajadores y trabajadoras, como es el de los cuidados. “El hecho de carecer de estas habilidades les hacen no posicionarse como podrían en el mercado laboral”, explica el experto de TECSOS Álvaro Sánchez García. “Sobre todo, teniendo en cuenta cómo se plantea el futuro en base a la tecnología que ayuda a personas mayores o con discapacidad. Muchas empresas están desarrollando esta tecnología y ellos tienen que estar preparados para adaptarse al mundo digital”, concluye.
Si algo tienen muy presente en Cruz Roja es el empujón definitivo que todos sus cursos suponen para las carreras de los aspirantes a profesionales del cuidado. Este es el caso de Eva Malavia quien, motivada por la técnico laboral de Cruz Roja de la localidad valenciana de Mislata, realizó una formación para el cuidado de personas dependientes, gracias a la cual ya ha conseguido trabajo. “Es un curso en el que te enseñan que es igual de importante el bienestar físico como el mental, de esto te das más cuenta cuando trabajas, y es muy gratificante poder ayudar a los demás, sobre todo si se trata de personas dependientes”, destaca Malavia.
Para que todas las evoluciones tecnológicas lleguen a quienes más las necesitan y su potencial se aproveche al máximo resulta clave la formación de los profesionales del cuidado
“Mi experiencia ha sido muy positiva”, confiesa. “A nivel profesional, porque hacer este curso me ha proporcionado un puesto de trabajo, y a nivel personal he hecho nuevas amistades y me siento mejor conmigo misma”. Y por ello, no duda en recomendarlo a todas aquellas personas que, como ella, buscan una oportunidad laboral en el sector.
En un punto similar se encuentra Cheron Alexandra dos años después de su llegada a España desde Colombia. Su experiencia como voluntaria y su vocación para el cuidado de personas mayores le llevó a formarse en un curso de cuidados y atención domiciliaria de 140 horas organizado por el Plan de Empleo de Cruz Roja. “Fue una experiencia super maravillosa, muy nutritiva y pude aprender muchas cosas”, asegura Cheron Alexandra. “El curso es muy completo, fue un equipo extraordinario y si hay otro vuelvo”.
Según sus propias palabras, este certificado le ha abierto las puertas al sector de los cuidados de manera profesional, permitiéndole, por el momento, trabajar durante casi un año con una persona mayor. ¿Su deseo? Continuar capacitándose de la mano de Cruz Roja: “Es una de las entidades que más ha ayudado a que las personas se formen, no tenemos palabras para agradecerles lo que hacen”.
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