Una línea roja pintada con spray en el suelo del salón de actos de la sede central de Cruz Roja en Madrid por la periodista –y conductora del evento–  Ángeles Caballero se convirtió en una declaración de intenciones de las #ConversacionesHumanitarias que tuvieron lugar el pasado 20 de febrero. Cuatro conversaciones en las que personas referentes de ámbitos como la Salud, la Educación o los Derechos Humanos ayudaron a identificar y compartir las claves para un desarrollo y uso responsable y consciente de la tecnología, siempre en beneficio de todas las personas.

En un mundo lleno de información (y desinformación), tener una mirada crítica nos ayuda a no aceptar cualquier afirmación sin cuestionarla, fomentando así la autonomía, evitando la manipulación y favoreciendo tomar decisiones fundamentadas. Y esto es,  precisamente, lo que trata de impulsar Fundación Cruz Roja Española con este tipo de encuentros en los que se abordan las tendencias y los retos sociales actuales, muchas veces complejos, que requieren de respuestas colaborativas que integren múltiples perspectivas. En esta ocasión, las conversaciones giraron en torno a Tecnología y vulnerabilidad. “Hablaremos de la capacidad que tiene la tecnología de ser accesible, de llegar a todos y de fomentar la igualdad entre todas las personas. Para que la tecnología esté al servicio de las personas”, afirmó Ángeles Caballero al inicio del acto.  

Salud en clave digital

Durante la primera de las mesas se abordó cómo la tecnología está impactando en el ámbito de la salud con los avances digitales actuales y cómo afectan estos a una población cada vez más envejecida que en muchos casos padece una falta de alfabetización digital que puede repercutir negativamente en su bienestar. Para contestar a la pregunta de cómo puede la tecnología digital convertirse en una herramienta para mejorar la salud y defender los derechos en este ámbito intervinieron el científico y fundador de Spotlab Miguel Luengo-Oroz; Itziar de Lecuona, doctora en derecho y directora del Observatorio Cátedra UNESCO de Bioética de la Universidad de Barcelona y Cristina Bescós, directora de innovación de EIT Health.  

“Más allá de la digitalización, estamos entrando en la era de la Inteligencia Artificial (IA) en todos los ámbitos, salud incluida. Esto va a tener un impacto más grande todavía en la salud de todos”, explicó Luengo-Oroz, “esta revolución nos va a permitir desde diseñar nuevos medicamentos, innovar vacunas a nivel molecular, a nivel clínico dar diagnósticos más precisos para encontrar el tratamiento adecuado, va  permitir que haya información accesible para todo el mundo. Ahora, el paciente empieza a estar en la mesa. Esta revolución está pasando. Es importante que esto valga para democratizar el acceso a todo el mundo. Igual que los mejores hospitales tienen acceso a este diagnóstico de precisión, que los hospitales más pequeños que se ubiquen en zonas más desfavorecidas también lo tengan”.  

"Cuando hablamos de salud digital parece que solo poniendo tecnología ya se resuelven las cosas  y no es así"

“Es muy importante el efecto transformador que estamos buscando. Cuando hablamos de salud digital parece que solo poniendo tecnología ya se resuelven las cosas  y no es así”, apuntó Cristina Besncós. “Estamos en un momento con un potencial tecnológico impresionante con la IA, vamos a pensar ese elemento transformador para hacer las cosas más eficientes y no poner tecnología encima de procesos que están ya muy obsoletos. La gran oportunidad es arriesgarse para mejorar esos procesos, para tener esas mejoras de eficiencia e involucrar al paciente mucho más”, señaló.  

Itziar de Lecuona habló de situar en el centro los derechos de las personas. “Si hablamos de salud, digitalización e impacto de la IA, los derechos humanos internacionalmente reconocidos tienen que estar en el centro”, expuso. También se refirió a la responsabilidad de quienes tratan los datos. “La autonomía sólo puede ser ejercida y tomar decisiones libres e informadas en la vida analógica y digital a través de una capacitación por parte de aquellos que tienen el poder”, afirmó. “Alfabetización digital, educación, ciudadana sí… pero ¿cómo lo aterrizas? ¿qué hay de la responsabilidad de quienes están programando algoritmos, quienes están trabajando en los sistemas de salud?”, preguntó. 

A lo largo de la conversación se trataron otros asuntos sensibles como el de la privacidad que ya apuntaba Itziar de Lecuona, la seguridad, la infrarrepresentación de la mujer en las investigaciones, el momento geopolítico actual o la regulación de los sistemas sanitarios, una regulación “que debe servir para protegernos. Debemos aprender de lo que nos ha hecho eficientes en el pasado”, subrayó.  Y un último apunte de Miguel Luengo-Oroz más optimista ante la desconfianza que en ocasiones produce la tecnología: “educarse, tener espíritu crítico, pero también hay que confiar en ella”.  

Educación conectada 

¿Cuáles son las prioridades que exige la educación desde un punto de vista digital? Bajo este interrogante se articuló la segunda de las mesas en la que participaron Chelo Fernández Rodríguez, directora del Observatorio de Fundación Mobile World Capital Barcelona; Laura Cuesta Cano, profesora de Cibercomunicación y Nuevos Medios en la Universidad Camilo José Cela y Mariano Fernández Enguita, Catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid. 

“No partimos de cero, hay un diagnóstico hecho. Y lo que pasa es que es muy incómodo.  No es fácil y no es cómodo porque estamos hablando de una transformación que no es una evolución (…) Lo primero es un cambio de mentalidad importante. Hay que entender y aceptar que los modelos apuntan a lo que apuntan y que vivimos en la realidad que vivimos, que nuestros niños van a tener que desenvolverse en un contexto complejo y esa complejidad no va a ir a menos. Por mucho que nos incomode, esta es la realidad y hay que pasar a la acción. Es cosa de todos, no es cuestión de que alguien haga algo. Todos tenemos un rol y un papel”, comenzó explicando Chelo Fernández.   

Laura Cano coincidió con su compañera de mesa, e incluso fue más allá: “Las nuevas generaciones van a vivir un futuro digital y conectado y parece que vivimos en la falsa idea de que nuestra adolescencia y juventud fue mejor. Estamos viendo un retroceso que se ha politizado desde finales de 2023 y ha llevado a extremos a la sociedad hasta el punto de que hemos llevado a las familias a que se pregunten si tenemos que sacar la tecnología de las aulas. Cuando más tenemos que formar a nuestros alumnos a que sean competentes, desde la infancia a bachillerato, para realmente prepararles para lo que van a vivir”, afirmó Cano. La profesora de Cibercomunicación también recordó que la tecnología es ubicua y que no podemos pretender meter a los niños y niñas en una burbuja y decirles ahora que la tecnología es mala.  En su intervención defendió que ahora mismo los centros escolares son el lugar más seguro y más competente para muchas familias, “el único sitio donde se van a poder formar y educar para que no aumente más esa brecha social y digital que tenemos en estos momentos”.  Una opinión que también compartió Mariano Fernández. 

“Hoy educación quiere decir educación digital"

El catedrático emérito hizo un repaso por las transformaciones profundas que ha habido a lo largo de los últimos siglos en la información y la comunicación y que han afectado a la educación. “Lo que tenemos ahora distinto a lo anterior es un problema de ritmo”, apuntó. “Ahora la institución y la profesionalización vamos por detrás, y mientras tanto pasan cosas muy preocupantes”, añadió. 

Otro de los aspectos que se trataron durante la mesa fue cómo esta transformación que los tres citaron va a afectar a ese profesorado del siglo XXI. “Los docentes van a tener que ser polímatas, saber disciplinas distintas sacrificando la profundidad. Vamos a tener que ser más pragmáticos, más experimentales, estar abiertos a muchas ideas, no enfocarnos solo a la autoridad que lo transmite. Hay muchas otras formas de transferir ahora el conocimiento” comentó Chelo Fernández, para afirmar que el papel del docente no va a desaparecer, pero sí que debe adaptarse y evolucionar hacia unas habilidades que no tiene la IA.  

Durante esta charla, también  se habló de la responsabilidad de las plataformas, de la seguridad, de la corresponsabilidad de las familias o de la falta de recursos con que se encuentra el personal docente a la hora de capacitarse. Mariano Fernández fue el último en tomar la palabra: “Hoy educación quiere decir educación digital. La escuela debe asumir ese compromiso en la educación obligatoria”, concluyó.  

Derechos humanos en tiempos de IA 

La tercera de las mesas se centró en cómo los Derechos Humanos pueden verse afectados por el desarrollo de la IA y otras tecnologías relacionadas. Para hablar de este tema, Fundación Cruz Roja Española invitó a Enrique Ávila, director del Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil; Moisés Barrio Andrés, letrado del Consejo de Estado y María Cano Bonilla, experta en Ética e IA. Tres voces expertas en diferentes campos que abordan cómo están impactando los desarrollos tecnológicos en los derechos humanos, y sobre todo, si el avance en la protección de los mismos se produce al mismo ritmo que el tecnológico. 

El punto de partida que planteó Ángeles Caballero fue si realmente se están respetando como deberían esos derechos humanos, tanto los analógicos como los digitales y hasta qué punto las personas conocemos o desconocemos esos derechos. También si esa tecnología puede contribuir a una sociedad más democrática y más justa. Moisés Barrio se refirió a dos cuestiones cuando se habla de derechos, “una es el reconocimiento y otra el ejercicio. El reconocimiento lo tenemos resuelto, la Constitución, la Carta Europa de los Derechos Fundamentales o la Carta Española de Derechos Digitales ya establecen la regulación. El problema es el ejercicio. Tenemos dos retos que resolver, no solo en España sino en todos los estados. Uno, los tribunales están pensados para la era analógica mientras que en el mundo digital todo se caracteriza por la inmediatez (...), y la segunda es la asimetría de las partes.  De una parte, tenemos al ciudadano y por otra las grandes empresas tecnológicas. Es David contra Goliat. Son los dos retos que deberían resolverse. ¿Cómo? Deberían resolverse a escala internacional, pero con el panorama geopolítico actual esto no es posible, y lo segundo es resolverlas a nivel europeo”. 

Enrique Ávila habló de la importancia de la seguridad en esa estructura fundamental que sostienen los derechos “para asegurar el resto de los derechos humanos”, expresó.  “Todos los problemas que vamos a vivir en el futuro provienen de un elemento inicial, genético, que es que esta red que nos da soporte a todo el conocimiento actual está creada para la resiliencia y no para la seguridad”, señaló. Ávila incidió también en la responsabilidad que debemos adoptar la ciudadanía, “adquirir una cultura, que no una formación, una cultura transversal de a qué escenario nos estamos enfrentando”, expuso.  

"Hay que proteger la privacidad y ser conscientes de lo que compartimos"

Para María Cano, una de las cuestiones más importantes “debería ser cuestionarnos todo el rato todo lo que hacemos. Como ciudadanos digitales es muy importante que nos cuestionemos cómo lo utilizamos, para qué lo utilizamos y en qué posición nos deja utilizarlo”. En ese sentido, también Moisés Barrio fue firme: “Es fundamental cuestionar y ser críticos. Hay que cuestionarse sobre el propósito”, afirmó. “Hay que evaluar los riesgos. No hay que prohibir la tecnología, pero tenemos que evaluarla (...). Hay que desconfiar de la pretendida neutralidad. La tecnología no es neutral. La tecnología la desarrollan actores que reflejan los valores de esa corporación (...). Hay que proteger la privacidad y ser conscientes de lo que compartimos. Si nosotros vamos diseminando datos personales y metadatos nos enfrentamos luego a una situación de vulnerabilidad que hemos agravado nosotros”, expuso.  Por eso, según dijo Barrio, debemos seleccionar muy bien los servicios digitales que empleamos y priorizar aquellos que minimizan la recopilación de datos. 

Compartiendo oportunidades, construyendo futuro 

Para cerrar estas #ConversacionesHumanitarias, compartieron mesa la presidenta de Cruz Roja Española y su Fundación, María del Mar Pageo Giménez; Miguel Sánchez Galindo, director general de DigitalES y Senén Barro Ameneiro, director de CiTIUS (Centro Singular de Investigación en Tecnoloxías Intelixentes) de la Universidade de Santiago de Compostela. En este último tramo, se abordaron las oportunidades y compromisos para construir un futuro más inclusivo e igualitario, en el que  todas las personas estén representadas.  

¿Se está impulsando el desarrollo humano con el avance de la tecnología?, preguntó la presentadora para arrancar. La primera en tomar la palabra fue María del Mar Pageo: “Puede ser un motor de desarrollo humano. Sin duda. Y, además, continuamente se están abriendo nuevas ventanas y nuevas oportunidades que nos permite la tecnología para seguir desarrollándose a nivel humano y a nivel personal”, aseguró. Pageo dio algunos ejemplos de cómo esa tecnología está ya impactando en el desarrollo personal de las personas que lo necesitan –a veces, sin darse cuenta– desde la teleasistencia hasta las herramientas tecnológicas que utiliza Cruz Roja para mejorar la empleabilidad. La presidenta se refirió al cambio de paradigma que también está afectando a nivel humanitario: “hemos pasado de dar respuestas reactivas en la emergencia a dar respuestas anticipatorias (...) La tecnología es una herramienta que nos permite acercarnos a las personas y comunicarnos con ellas, no sustituir el contacto humano nunca. Estamos acostumbrados en Cruz Roja Española a investigar en tecnología y a trabajar con ella”, expuso para también afirmar que, a pesar de ser una herramienta de motor y mejora, también hay amenazas, riesgos y los derechos de las personas se pueden ver vulnerados.    

“En Cruz Roja hemos pasado de dar respuestas reactivas en la emergencia a dar respuestas anticipatorias"

“Estamos en un momento de polarización y de ver cómo nos puede afectar la geopolítica. Es un elemento importante que nos va afectar, desde las decisiones que se tomen en Estados Unidos a España, pero también las que tomemos en Madrid frente al ámbito rural”, reconoció Miguel Sánchez Galindo. “Desde Digital ES estamos colaborando con la Administración, trasladando el impacto que tiene la tecnología y sobre todo las buenas prácticas que podemos encontrar en diferentes sectores y ámbitos de la tecnología”, añadió.