De vivir en la calle a encontrar la salida - Ahora
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- Un total de 28.552 personas sin hogar viven en España. José Ramón y Elianis, los protagonistas de esta historia, pasaron por esta situación y consiguieron salir de ella. Nos cuentan cómo lo hicieron con ayuda de Cruz Roja.
José Ramón, es de Torrelavega (Cantabria). Tras una relación incompatible con su hermano, se vio obligado a vivir durante dos meses en su coche. El protagonista venía de una mala experiencia con las adicciones, pero tras cinco años en “Proyecto Hombre” y la fortaleza de querer cambiar consiguió salir de esa espiral. “Un día decidí acudir a Cruz Roja, únicamente porque tenía hambre”, se sincera. La acogida que le dio la organización fue muy diferente a lo que José Ramón esperaba. Estudiaron su caso de manera individual y le ofrecieron quedarse en una pensión hasta que encontrasen solución, debido a su situación de sinhogarismo.
La situación del sinhogarismo es la expresión más grave de la exclusión en la que puede encontrarse una persona. Muchas de ellas no cuentan con herramientas para gestionar una realidad complicada que pasa por la pérdida de trabajo, rupturas familiares o problemas de adicciones. Cuando sus recursos personales se terminan pasan a verse en una situación de vulnerabilidad extrema. “Llegué a Santander con una maleta y un bolso, nunca me había visto en una situación de tanta soledad”, inicia Elianis al abrirse a contar su historia. Elianis es colombiana y decidió venir a España para encontrar una nueva vida. “Tenía miedo de que me devolvieran en el aeropuerto, no tenía dinero para regresarme”, comenta la colombiana.
Elianis tras pisar Madrid, se dirigió también a Torrelavega (Cantabria), allí pasó un día en la calle y al segundo día una señora le acogió en su casa. “Me despertó muy pronto y me dijo que fuese a la Cruz Roja que me iban a ayudar”, asegura Elianis. Cruz Roja, desde el Programa de Atención Integral a Personas Sin Hogar trata de detectar qué ocurre en cada caso, como los ejemplos de José Ramón y Elianis y darles así, una atención lo más directa e inmediata posible, acorde a la realidad concreta.
Actualmente, Cruz Roja gestiona algo más de 700 plazas de alojamiento en albergues y pisos de acogida temporal de personas sin hogar. Estos alojamientos están distribuidos en 16 provincias de 10 comunidades autónomas.
Elianis, después de unos primeros días complicados, acudió a Cruz Roja de Torrelavega. Allí, la trabajadora social de Cruz Roja que llevó su caso le comentó que no le podían acoger por el momento porque las plazas con las que contaban en el recurso de personas sin hogar eran ocho y estaban ocupadas y sin espera de salidas próximas. Por suerte, le pudieron acoger en Cruz Roja de Santander durante cuatro días, aunque Elianis pasó aquellos días con el miedo de no saber qué sería de su situación más adelante.
“Durante ese tiempo de incertidumbre me sentía totalmente sola, lloraba mucho”, afirma Elianis. “Nunca esperas verte así”, defiende José Ramón. Finalmente, tras la labor de Cruz Roja de atender a la persona y estudiar su caso en profundidad y no limitarse a lo puntual, a pesar de las dificultades iniciales, los caminos de José Ramón y Elianis fueron viendo la luz.
En el caso de José Ramón, Cruz Roja junto a los servicios sociales de la localidad trabajaron en su situación y le facilitaron la opción de poder solicitar ayudas para mejorar su estado y poder valerse por sí mismo, alejándose de la calle. “Ahora, desde hace un año y cuatro meses me encuentro en un piso compartido gracias a las ayudas que Cruz Roja me ayudó a tramitar”, confiesa emocionado.
“Para mí Cruz Roja ha sido una bendición”, defiende Elianis. Actualmente se encuentra en un piso compartido gracias, también, a la labor de Cantabria Acoge, una de las entidades sociales con las que trabaja de manera conjunta Cruz Roja, y espera pronto poder resolver su situación administrativa, “quiero demostrar de lo que soy capaz, ahora trato de vivir el ahora, estoy de pie y sigo”, dice Elianis como una forma de mostrar por lo que ha pasado y cómo se encuentra ahora gracias a su voluntad y al respaldo de la organización.
José Ramón no deja de formarse con los cursos que Cruz Roja ofrece, “quiero valerme por mí mismo y encontrar un trabajo, siento que la organización ha confiado y confía mucho en mí y yo quiero que estén satisfechos conmigo, que sea algo mutuo”, concluye José Ramón. Él agradece toda la labor que Cruz Roja ha hecho con su situación desde aquella primera visita que sin esperarlo, como a Elianis, les cambió la vida.
CruzRojaConecta: Cuando el techo es el cielo
El pasado 25 de enero, Cruz Roja organizó unos de sus encuentros mensuales donde se abordó desde diferentes territorios cómo Cruz Roja actúa cuando el frío del invierno hace más compleja la situación de las personas que no tienen hogar. Las personas voluntarias se enfundan el chaleco, en todas partes, para dar mantas, café, alimentos, abrigo, cobijo y humanidad.
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