Usuario, voluntario y, ahora, trabajador - Ahora
Publicador de contidos
- Ahmed tiene 22 años, es de Marruecos y desde hace más de dos años vive en Almería. Cuando llegó a España desconocía la labor de Cruz Roja y ahora, tiempo después, se ha convertido en su hogar y en su lugar de trabajo.
El protagonista de hoy salió de su país sin expectativas, sin recursos y sin saber lo que le esperaría al otro lado. Al tiempo y con un inicio complicado que quedará guardado en su mochila vital, llegó a Cruz Roja en Almería. A partir de ese momento, las cosas para Ahmed empezaron a cambiar. “Antes de llegar a España yo no sabía lo que era Cruz Roja, me encontraba muy perdido y desde el principio, muchas personas de la Organización me ayudaron”, confiesa.
Tras su llegada, Ahmed comenzó a recibir la ayuda de Cruz Roja, aprendió el idioma y poco a poco empezó a involucrarse más en la Organización. Al tiempo, y mientras esperaba el permiso de trabajo, dio un pasito más y se hizo voluntario. “Me han ayudado mucho y yo quería hacer lo mismo. Me lo ofrecieron y me animé, aquí he conocido una parte de mí que no sabía que tenía”, defiende el protagonista.
Ahmed al hablar de la ayuda recibida no puede evitar nombrar a Ani y Amal, dos personas que para él han significado refugio, aprendizaje, información, acompañamiento y conocimiento. “Aquí he descubierto lo que es sentirse una persona, he sentido cosas maravillosas”.
Y quizás por eso, por no ser consciente de su potencial y por ir trabajando sin hacer ruido, pero ofreciendo la mano a quien la necesitara, su camino continúa junto a la Organización que tanto le ha ayudado desde que dejó su país. A día de hoy, Ahmed lleva cuatro meses como técnico del Centro de Acogida de Emergencia y Derivación de Cruz Roja en Almería. Porque sí, porque hay veces que los tornos cambian de un día para otro y las oportunidades llegan. Ahora Ahmed da la mano a las personas que llegan y que como él buscaban a alguien en quien confiar para poder volver a empezar.
“Jamás me imaginé siendo voluntario, ni mucho menos trabajando. La labor de la gente en el centro CAED (Centro de Acogida de Emergencia y Derivación) me enseñó que yo también tenía mi granito de arena que debía de aportar. Una valía que yo no me vi. Estar aquí como un técnico más, es magia”, ríe emocionado.
El 5 de octubre de 2021, Ahmed Rahmouni llegó a Cruz Roja cargado de dudas, miedos y desconfianza. Ahora, dos años después no deja de mejorar y de conocerse personalmente para poder aportar lo que en su día recibió. “Han sacado todo de mí, todavía me miro al espejo y no me lo creo, es algo mágico, no sé definirlo de otra manera”, concluye.
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