Nada puede frenar las ganas - Ahora
Publicador de contidos
- Adela, empresaria de hostelería en La Rioja, acoge a personas en prácticas de cursos de Cruz Roja. Lo que más importa para conseguir un trabajo, sostiene con firmeza, es la actitud.
A Adela un curso de camarera de eventos que realizó hace ya algunos años le cambió la vida. Hoy es propietaria de dos restaurantes y, desde la experiencia que le otorga su consolidada trayectoria, defiende lo importante que es acoger a personas de programas formativos como el de Cruz Roja. Y es que, asegura, todo el mundo merece una oportunidad.
Su historia, desde luego, es la de una persona que lucha por lo que quiere. Después del curso que hizo como camarera, trabajó durante seis años en el restaurante de un hotel. A partir de ahí, se lanzó por su cuenta, tomando las riendas para empezar el restaurante de un hotel más pequeño.
Ahora, al capitanear no una, sino dos empresas de hostelería, sigue echando la vista atrás para no olvidar lo más importante. “A mí me dieron la oportunidad de demostrar de lo que yo era capaz”, recuerda, “así que yo encantada de acoger gente en mis restaurantes”.
“A mí también me dieron la oportunidad de demostrar de lo que yo era capaz”, recuerda Adela
“Acojo a todas las personas que me puedan enviar de prácticas e intento transmitirles lo que yo aprendí: que, vayan donde vayan, den lo mejor de ellas o ellos para quedarse con un puesto de trabajo”, explica Adela. Entre su equipo, de hecho, ha habido personas de Cruz Roja; y, concretamente, una en situación de asilo político.
Aunque sabe que algunas personas que dirigen empresas son reacias, Adela es firme y, por eso, lanza un mensaje: “La persona que viene de prácticas se abre la puerta o se la cierra solita”. Ella, por ejemplo, guarda el contacto de gente que ha pasado por sus restaurantes porque nunca se sabe cuando puede surgir una oportunidad. “El día de mañana, si necesito a alguien, lo primero que hago es llamarles”, señala.
¿Actitud o experiencia?
“Mi jefe de cocina siempre me dice que quiere a alguien con experiencia… pero siempre le digo que pruebe a las personas que llegan de prácticas”, señala. Si bien es consciente de que a veces no tienen una formación tan completa como otras personas, Adela antepone las ganas y la actitud a todo lo demás, incluso a la experiencia. Y pone un ejemplo para demostrar por qué.
“Una persona en concreto llegó sin experiencia al restaurante, pero con muchas ganas de aprender. Al final, esta persona resulta mejor que otro perfil que tenga 5, incluso 10, años de experiencia”, evidencia la empresaria. Por ese motivo, no deja de poner el foco en las ganas de aprender, y concluye que, con estas, “todo está hecho”, puesto que son las que harán que se consiga un empleo tarde o temprano.
No solo eso: en la hostelería, por ejemplo, el boca a boca resulta importante. Por ello, Adela cuenta que ha recomendado a muchas personas que han pisado sus cocinas en otros lugares. “Te pueden sorprender”, vuelve a afirmar, tajante, mientras continúa recomendando que todo el mundo, como ella, dé una oportunidad a la gente que quiere trabajar. Desde luego, no hay nada que pueda frenar las ganas.
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