El proyecto tiene como objetivo reducir la pobreza laboral en los segmentos más vulnerables de la población ocupada, impulsando el acceso a empleos más decentes, con mejores ingresos y mayor estabilidad, que prevengan la desactivación del mercado laboral.

Hoy en día, tener empleo no siempre garantiza una vida digna. Cada vez más personas —especialmente mujeres, migrantes y hogares con baja intensidad de trabajo— se enfrentan a situaciones de pobreza a pesar de estar trabajando. Por eso, es urgente repensar los itinerarios de acompañamiento, ir más allá de la inserción laboral y centrarnos en la calidad del empleo como derecho y motor de inclusión.

Este proyecto apuesta por modelos innovadores de intervención, con itinerarios personalizados y flexibles, desde un enfoque holístico, preventivo, comunitario, participativo e interseccional, que permitan a las personas salir de la pobreza laboral de forma sostenible.

Para ello, se articula en torno a tres pilares:

• Análisis del estado de la cuestión, identificando los factores estructurales y perfiles más afectados por la pobreza laboral.

• Experimentación de tres tipos de itinerarios, combinando colectivos vulnerables y sectores con alta prevalencia de empleo precario.

• Evaluación de impacto, midiendo los efectos reales en personas y familias, así como el retorno social para las administraciones y la sociedad.

Además, fomenta alianzas estratégicas con actores del ecosistema laboral —servicios públicos, entidades sociales, empresas y grupos expertos— para recuperar el carácter inclusivo del empleo y construir comunidades más fuertes, resilientes y cohesionadas.

Este proyecto no solo busca acompañar, sino transformar el modelo de inserción sociolaboral, demostrando que el empleo, cuando es digno e inclusivo, puede ser la puerta de salida a la pobreza.