Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, que se celebra cada 5 de diciembre, tenemos el placer de entrevistar a Elvira Barrio, responsable del área de Voluntariado y Desarrollo Territorial Autonómico de Creu Roja en Balears. Su trayectoria está marcada por un compromiso firme con el tercer sector, desde sus inicios laborales hasta hoy.

Hoy queremos hablar con ella sobre su visión del voluntariado y la importancia de éste en la sociedad actual.

¿Podrías presentarte y explicarnos sobre tu trayectoria profesional en Creu Roja? ¿Cómo vas a llegar a asumir el rol responsable de esta área?

Me llamo Elvira Barrio y soy de esas personas que desde su inicio laboral ha estado vinculada con la entidad y ya no ha querido salir de ella (¡y por suerte me han dejado seguir!) Poco después de terminar la carrera y algunos pequeños trabajos en el tercer sector, inicié mi camino en Creu Roja. Concretamente en el área de desarrollo territorial, que es aquella que tiene una vinculación directa con las oficinas locales que tenemos distribuidas en el territorio balear y que pretende ayudarlas en lo que necesiten, así como ampliar los espacios donde está la entidad.

Un tiempo después de empezar, tuve la suerte de poder promocionar internamente a la dirección del área, donde pasé unos cinco años dedicándome a ella. Finalmente, se unificó con el área de voluntariado dadas las vinculaciones que el propio desarrollo territorial tiene con la existencia y fomento de las personas voluntarias. Así pues, en total llevo cerca de 15 años formando parte de la casa.

¿Qué te motivó a dedicarte a la coordinación del área de voluntariado? 

Llegar a esta coordinación fue una casualidad, no lo puedo negar. No tenía la intención ni la idea mientras estudiaba trabajo social o cuando llegué a Creu Roja, pero fue una casualidad de esas que parecen hechas a medida para ti. Estoy muy agradecida por haberme podido formar tanto personal como profesionalmente dentro de esta área, la cual desprende unos valores impresionantes y a la vez, sustenta y apoya al resto de áreas.

¿Cómo funciona vuestra área en el día a día? ¿Podrías explicarnos el proceso para captar, seleccionar y formar a nuevos voluntarios? 

En voluntariado tenemos dos "día a día". Por un lado, en el ámbito local el voluntariado es un todo. Las compañeras de las oficinas locales conviven a todas horas con el voluntariado y hacen tanto las gestiones administrativas como las más personales. Ven a los compañeros y compañeras voluntarias cada día. 

Por otro lado, en cuanto a un área autonómica como es la nuestra, nos dedicamos a atender a todas aquellas personas que se acercan a nosotras para explicarles el valor del voluntariado, lo que conlleva, el compromiso... analizar su disponibilidad y nuestras necesidades y tratar de vincular las dos de la mejor manera posible. Realizamos charlas en grupos pequeños y entrevistas individuales donde podemos conocernos e iniciar una relación que esperamos que dure muchos años. 

A veces estas personas vienen solas, pero a veces tenemos que hacer un trabajo de investigación: utilizamos herramientas como la App de Cruz Roja para la publicación y difusión de actividades, realizamos charlas de captación de voluntariado en diferentes lugares, participamos en ferias... cualquier acción para dar a conocer las nuevas opciones de voluntariado que tal vez no son tan conocidas (voluntariado familiar, voluntariado para menores de edad o voluntariado corporativo...) pero que son igual de enriquecedoras.

 Una vez que estas personas ya están con nosotros/as, les pedimos que hagan una formación básica institucional para conocer la entidad, nuestra misión y visión y después, dentro de cada una de las áreas de voluntariado, se determina qué otra formación deben hacer para realizar el ejercicio de su actividad.

¿Qué representa el voluntariado para Creu Roja como organización? 

Creu Roja tiene siete principios fundamentales y uno de ellos es el "carácter voluntario". Esto demuestra la importancia que tiene para nosotros y nosotras que somos una entidad de voluntariado (y por el voluntariado). Las presidencias de las diferentes asambleas que tenemos en Balears las ocupan personas voluntarias y no conozco otro lugar donde se dé tanta responsabilidad a una persona voluntaria. Esto se debe a que para Creu Roja el voluntariado es el motor que lo mueve todo, el cerebro y el corazón a la vez. Es nuestro valor añadido, ya que, gracias a su participación sincera, las personas que nos necesitan y a las que atendemos reciben mucho más que una gestión administrativa o una respuesta a las necesidades. Reciben atención humana.

¿Y qué significa personalmente para ti? 

Entiendo perfectamente lo que es ser una persona voluntaria, ya que yo misma lo hice durante tres años de mi vida en otra entidad, y también participé en Creu Roja durante un tiempo. Sé, por tanto, lo que conlleva para una persona dedicar su tiempo libre (tanto la parte gratificante como la parte difícil que implica dejar de lado otras cosas que querrías hacer, otros modos de ocio o descanso). Por eso, conozco la gran aportación que hacen todas y cada una de las personas que solidariamente nos dan su tiempo para mejorar la vida de otros que lo necesitan. El voluntariado, al fin y al cabo, por lo que a mí respecta, me ha aportado la capacidad de reconocer en la gente unos valores tan necesarios como extraordinarios. Las personas que hoy en día se esfuerzan por ayudar, acompañar, apoyar, escuchar, organizar... se merecen todo mi respeto y admiración.

¿Cómo describirías la situación actual del voluntariado en Balears?

En Balears tenemos un amplio listado de personas voluntarias. No todas tienen la misma disponibilidad ni grado de activación, pero por suerte mantenemos un núcleo activo muy grande que nos posibilita desarrollar muchas de nuestras intervenciones. Si bien es cierto que en los últimos tiempos el perfil ha sufrido cambios que dificultan el ejercicio de algunas acciones que requieren una estabilidad y disponibilidad constante y más a largo plazo.

La vida ahora se basa en el concepto de la inmediatez: todo el mundo espera que todo se haga rápido y ya, y a veces hay acciones que requieren un tiempo para aprender procedimientos, para vincular emocionalmente con personas, para llegar a la excelencia. Si tuviera que hacer una carta a los Reyes Magos, pediría eso, personas con compromiso de futuro a medio plazo.

En cuanto a perfiles, teniendo la base de compromiso, responsabilidad y amor tenemos la mayor parte conseguida. Al margen de ello, los perfiles de ámbito social, sanitario o con carné de conducir son los más reclamados por las áreas de actividad.

En los últimos años, hemos enfrentado varias emergencias en las que el papel del voluntariado ha sido clave para responder a las necesidades de las personas afectadas. ¿Hay alguna situación o experiencia concreta que recuerdes especialmente y que haya marcado un antes y un después? 

Es evidente que todas las grandes crisis implican el inicio de algo. Sin ir más lejos una guerra y una batalla en Solferino sembraron las bases de nuestra entidad y del espíritu voluntario, pero tocando más cerca, claramente la pandemia de la COVID fue un revulsivo en cuanto al voluntariado. Fue la primera situación que he vivido en primera persona y que ha implicado un cambio social (no individual). En aquel momento el grado de la movilización de personas que no se habían planteado el voluntariado hasta entonces e incluso la organización solidaria de la vecindad fue abrumadora. El conflicto de Ucrania siguió el mismo camino. Es destacable que cuando más cerca está la emergencia, más fácil es la movilización de la gente.

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en hacer voluntariado, pero todavía no se decide? 

En primer lugar, le agradecería y reconocería el simple hecho de planteárselo, ya que es el primer paso para hacer algo muy bueno. Y, en segundo lugar, le diría que se acerque a una entidad, la que quiera y le llame la atención para hablar con ella y explorar opciones con sinceridad y valorando la responsabilidad que supone. Si encuentra una acción o un lugar que encaje con sus motivaciones y valores... adelante, lo recibiremos con los brazos abiertos y felices de compartir un futuro juntos. ¡Siempre hacen falta manos!