La menopausia es un cambio fisiológico normal que se produce en las mujeres a partir, aproximadamente, de los 50 o 52 años que da por finalizada la etapa de fertilidad. Este proceso implica el cese permanente de la menstruación y la disminución de estrógenos, entre otras.

Los estrógenos son hormonas que tienen funciones esenciales en la salud femenina: preparan el aparato genital para la ovulación y fecundación, protegen los huesos, disminuyen la tensión arterial y estimulan la libido (deseo sexual), entre otras.

Al disminuir los estrógenos se pueden originar: depresión, trastorno del sueño, descalcificación de los huesos (osteoporosis), sequedad vaginal, sensación de calor en el pecho, más probabilidades de infecciones urinarias y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

En el aspecto médico todavía no hay unanimidad de criterios para saber si los síntomas vinculados con la menopausia agravan la salud de las mujeres mayores de 50 años que toman tratamiento antirretroviral. Pero si existe mayor coincidencia científica acerca de que aquellas mujeres que conviven con el VIH registran valores de CD4 inferiores a 200 copias por mililitro de sangre, inician antes la menopausia, a una edad promedio de 42 años.

Cómo reducir los síntomas

La menopausia precoz se asocia a un incremento del riesgo de diabetes, enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y osteoporosis. Por eso, identificar el inicio en las mujeres que conviven con el VIH es clave para aplicar la estrategia terapéutica más idónea.

También se sabe que muchos síntomas relacionados con la menopausia se pueden confundir con los efectos secundarios de la terapia antirretroviral como la dislipemia (concentración elevada de colesterol y triglicéridos), la diabetes y el deterioro cognitivo.

Los procedimientos para mejorar la calidad de vida del periodo menopáusico son los mismos en mujeres que viven con VIH que en cualquier otra mujer. Detectar a tiempo un estado depresivo en esta etapa es muy necesario para que no influya negativamente en la adherencia al tratamiento antirretroviral y para que no haya interacciones negativas entre los medicamentos.

La terapia hormonal sustitutiva (THS) reemplaza a las hormonas que han disminuido de forma natural. Igualmente, el uso de estrógenos tópicos puede aliviar los síntomas vaginales de picor o sequedad.

Las actividades físicas (incluidos ejercicios para fortalecer la musculatura), el ocio, una dieta equilibrada (rica en calcio) y evitar el tabaco y el alcohol complementarán las rutinas del abordaje terapéutico.

Algo más de la mitad de la población mundial con VIH es femenina, el desafío sigue siendo encontrar la mejor estrategia, investigar cómo influyen a largo plazo las comorbilidades y conocer exhaustivamente los síntomas de la menopausia en el contexto de la infección por VIH.

El asesoramiento sexual para las mujeres en esta situación tiene que ser un proceso continuo. Debe estar enfocado no solo en la prevención relacionada con la práctica sexual con respecto al VIH y demás ITS, sino basarse en el aspecto holístico que promueva una sexualidad placentera, igualitaria y saludable.

Fuentes

• https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/documentos/Mujer_y_VIH_DEFI.pdf

• Menopausia: Síntomas, diagnóstico y tratamiento. Clínica Universidad de Navarra (cun.es)

• Cómo te puede afectar la menopausia si tienes VIH - EresVIHda

• VIH y menopausia – Revista Multidisciplinar del Sida