El domingo 20 de agosto se inició una nueva ola de calor, concretamente la cuarta que afecta a España en estos meses de verano del 2023. Durante esta ola, más de 60 zonas del territorio español estuvieron en aviso naranja y territorios del medio Ebro, las depresiones del nordeste, el sur de los Pirineos, el extremo nororiental de Cataluña, el valle del Guadalquivir y el oeste de Andalucía alcanzaron temperaturas entre los 38 y los 40º.  

Un calor que traspasa fronteras 

Las altas temperaturas y el calor extremo se han convertido en los protagonistas de un verano complejo y asfixiante no solo en España, sino en todo el continente europeo. Si hacemos un repaso por los países vecinos observamos como en Francia se están alcanzando récords de temperatura en el territorio, en Italia, temperaturas por encima de los 38º y en Suiza se ha emitido a través de la oficina federal suiza de meteorología, una alerta de nivel 4 a causa de haber alcanzado cifras superiores a los 36 º, algo poco habitual en este país.  

Según indica la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos, las olas de calor se darán cada vez con más frecuencia, serán más calurosas y presentarán una mayor duración. Esta situación es, en gran medida, consecuencia de los efectos del cambio climático.  

El mundo se ha calentado 1.1º C desde el período preindustrial, es decir, antes de que la humanidad empezara a quemar combustibles fósiles. Un estudio realizado por la World Weather Attribution demostraba que las olas de calor que azotaron Europa y Estados Unidos durante el pasado mes de julio habrían sido imposibles de no ser por el cambio climático. Este aumento de la temperatura global ha provocado que se intensifiquen las olas de calor, lo que deja claro que si se mantienen las tendencias actuales y no evitamos el aumento de la temperatura global, las olas de calor extremo podrían sucederse con mucha mayor frecuencia.  

¿Hacia dónde vamos? 

El efecto “isla de calor urbano” es un fenómeno que se produce en las áreas urbanas donde las temperaturas son significativamente más altas que en las áreas rurales. Esto se debe a la combinación de factores relacionados con la actividad humana y la infraestructura en las ciudades.  

Por este motivo, en momentos de calor extremo como el que estamos viviendo durante estos meses de verano se puede observar una mayor concentración de temperatura en los núcleos urbanos que en las zonas rurales, pudiendo alcanzar hasta 6º más en las ciudades. Esto hace que a medida que pasen los años y si no evitamos que la temperatura global deje de subir, el cambio climático hará que esta situación se agrave y la vida en la ciudad se verá más perjudicada si no se anticipa a lo que podría venir.  

Existen diferentes propuestas que podrían ser clave a futuro para ayudar a reducir el impacto del calentamiento global en los núcleos urbanos en los que a día de hoy más población se concentra.  

• El aumento de zonas verdes, ya que no solo reducen la contaminación urbana, sino que absorben CO2 a través de los árboles, proporcionan sombra y aportan grandes beneficios para el bienestar y la salud de las personas.  
• Instalar jardines en los tejados podría ser una forma de absorber parte de la contaminación ambiental producida en el edificio, ayudaría a refrescar las temperaturas y retendría las precipitaciones sobre la fachada.  
• Las aceras y el asfalto pueden alcanzar en verano temperaturas superiores a los 60ºC. Por ello, apostar por suelos permeables para conseguir filtrar parte del agua de las lluvias puede ser un cambio que con el tiempo permita una mejor estancia en las ciudades.  

Ante #OlaDeCalor… Protégete, protégelos 

El calor puede ser potencialmente mortal. Según los datos del Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Estatal de Meteorología, el verano pasado el calor se cobró en España al menos 12.000 vidas y este verano ya son más de 6.000 personas las que han fallecido como consecuencia de las altas temperaturas.  

Pero el calor también puede prevenirse con acciones sencillas y de bajo costo, es por ello que los efectos del calor no han de ser menospreciados. Por eso, todos los años, durante los meses de verano, Cruz Roja realiza la campaña de información y sensibilización para la promoción de hábitos saludables básicos (hidratación, alimentación, exposición al sol…) que contribuyen a reducir o evitar el impacto negativo que generan las altas temperaturas en nuestro organismo.  

Cruz Roja, con la campaña #ProtégeteDelCalor, se dirige a la población general, pero especialmente a los colectivos más vulnerables como son las personas mayores y más si viven solas o son dependientes, población infantil, personas con enfermedades crónicas, personas con diversidad funcional, mujeres embarazadas o personas con obesidad o exceso de peso.  

Entre las actividades que se están llevando a cabo a partir de la campaña se encuentran:  

• Información y sensibilización a través de redes sociales y web institucionales. 
• Actividades de información en la vía pública (playas, piscinas, centros comerciales…) para prevenir a la población ante el calor extremo. 
• Talleres con grupos organizados.  
• Llamadas telefónicas proporcionando información y consejos a personas mayores o con enfermedades crónicas con las que Cruz Roja trabaja habitualmente.  

Consejos ante el calor  

Ante el calor, mantén tu cuerpo fresco e hidratado: 

• Bebe agua regularmente, evitando las bebidas azucaradas, alcohólicas o con cafeína.  
• Haz comidas ligeras (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos…), que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos). 

 Ante el calor, viste o usa: 

•  Ropa ligera, de colores claros y que transpire. 
•  Sombreros, gorras, etc. que cubran la cabeza, cara, orejas, sienes... 
•  Calzado fresco, cómodo y que transpire. 
•  Gafas de sol adecuadas (protección 100% frente a rayos ultravioletas y radiación azul visible). 
•  Protección solar en zonas expuestas de la piel 

Organiza tus actividades en la calle, el campo… 

•  Centraliza las actividades en el exterior durante las primeras o últimas horas del día, al atardecer. 
•  Evita salir y realizar actividades extenuantes (correr, pasear, hacer ejercicio, etc.) durante las horas centrales del día. 
•  Si tienes que permanecer en exteriores procura permanecer a la sombra o lejos del calor;  usa la ropa, complementos (sombrero, gafas de sol, etc.) y el calzado recomendado para el calor  aplica protección solar adecuada a tu piel (incluyendo labial) previo a la exposición (30 minutos antes de salir de casa) y renuévala regularmente; bebe agua regularmente; come ligero; refréscate la cabeza… 

Al salir de viaje 

•  No dejes a niñas, niños, personas mayores ni animales en vehículos estacionados. 
•  Viaja con el aire acondicionado o abriendo las ventanas. 
•  Ten cuidado con los cambios bruscos de temperatura que se producen al entrar o salir del coche. 
•  Hidrátate abundantemente durante el viaje. 

Ante problemas de salud 

•  Consulta con tu médica o médico de referencia acerca de las medidas suplementarias a adoptar si padeces alguna enfermedad de riesgo.  
•  Sigue tomando tus medicamentos de acuerdo a las recomendaciones médicas. No te automediques 
•  Mantén el contacto con las personas consideradas más vulnerables (llamadas o visitas) para poder valorar su situación concreta y prevenir efectos graves de las altas temperaturas. 

Vivir en la calle durante una ola de calor 

Durante estos períodos de calor las personas mayores que viven solas corren especial riesgo. En el mes de junio en lugares como Canarias, los equipos de la organización comenzaron a realizar llamadas de prevención llegando a 1.350 personas contactadas. Pasado el mes y dadas las contínuas olas de calor ampliaron e intensificaron sus equipos para llegar así a más de 4.000 personas atendidas. Este protocolo se ha puesto en marcha en todo el territorio nacional para llegar al mayor número de personas posibles con el objetivo de contribuir al máximo en su salud y bienestar.  

En Melilla, el voluntariado de las Unidades de Emergencia Social (UES) perteneciente al Proyecto de Atención Integral a Personas sin Hogar tiene un papel muy activo durante el verano, especialmente durante estos días de calor extremo. Además de repartir alimentos de primera necesidad donde el agua y el líquido tienen especial relevancia, el voluntariado se encarga de informar y aconsejar a las personas sin hogar a "buscar lugares donde se puedan cobijar del sol y evitar los peligros de la deshidratación o insolación".  Pero Melilla no es el único territorio donde operan estos equipos. Las UES están desplegadas en más de 30 provincias y están conformadas por equipos que integran distintas disciplinas como el trabajo social, la asistencia sanitaria, la psicología, etc.