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Protegerse en verano

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PROTEGERSE EN VERANO

Protegerse en verano
En verano se pueden producir algunos accidentes en playas, parques naturales o simplemente por la calle ante las olas de calor (cada vez más frecuentes). Saber cuáles son las situaciones más habituales y cómo actuar frente a ellas resulta indispensable.

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parte 1 protegerse verano

Llega el verano y la gente se desplaza de un sitio a otro para disfrutar de las vacaciones. Algunos de los destinos más habituales son las playas, la montaña (como los parques naturales) o los pueblos. En cada uno de los sitios se pueden dar situaciones que conviene prevenir. Hoy viajamos a distintos puntos de la geografía española para repasar los accidentes más habituales del verano y cómo protegernos frente a ellos. 

parte 2 protegerse verano

En playas 

Einar Almeida lleva 18 años trabajando en Cruz Roja. Como actual responsable provincial de preventivos acuáticos de la Organización en Las Palmas (Canarias), y tras haber pasado antes por distintos puestos, conoce (y muy bien) los accidentes más comunes que se dan en las playas cuando llega el verano. Con una circunstancia añadida, eso sí: en Las Palmas la meteorología permite disfrutar de la arena y el mar durante todo el año, algo que provoca que muchas personas usuarias se “confíen”. Pese a ello, valora Almeida, “con el tiempo va mejorando la seguridad en las playas, las personas son más responsables y notamos un mayor respaldo social en nuestra labor”.  

Los accidentes más comunes dependen, fundamentalmente, del tipo de playa. “Las que tienen más oleaje pueden provocar golpes contra el fondo, contusiones en el hombro o dificultades para volver a la orilla”, expone Almeida. Similares circunstancias se dan en las playas de roca, donde “las caídas, los golpes y las heridas (y las consiguientes contusiones)” resultan más que comunes. En las playas más familiares, por otro lado, “las afecciones por las altas temperaturas, la deshidratación, que se extravíen o se pierdan niños y niñas, así como patologías cardiorrespiratorias” suelen ser aspectos a tener en cuenta. 

Frente a estos problemas: soluciones sencillas. Por ejemplo, “valorar las condiciones climáticas del día y elegir las horas de menor intensidad para ir a la playa (antes de las 12h o después de las 16h)”, señala el responsable de Cruz Roja. Hay consejos básicos que tampoco se pueden obviar ningún año y que, aunque suenen, siempre conviene reforzar: “Llevar agua fresca para hidratarse, gorra, protector solar, sombrillas, prendas de protección anti UV… tanto a la hora de ir como para estar en la playa”. Un día de mar, además, puede abrir el apetito, pero es importante tener presente que hay que evitar comidas muy copiosas.  

En el caso de ir con peques, “lo ideal es ir a playas con servicio de salvamento y socorrismo”, puntualiza Almeida, ya que en estos casos se pueden dejar los datos pertinentes. A título individual, es interesante que las familias enseñen a los menores a identificar lugares de referencia. También ayuda situarse siempre en el mismo punto de la playa para que, si se desorientan, les resulte más fácil explicárselo a los cuerpos de seguridad. En cualquier caso, advierte el responsable de Cruz Roja en Las Palmas, “no podemos perderlos de vista”. Ni siquiera, dice, 10 segundos. 

"Si nos vemos arrastrados, es mejor no ir hacia la orilla"

Respecto a los ahogamientos, uno de los accidentes más habituales en playas, Einar Almeida advierte de que el color de la bandera resulta fundamental, así como informar al servicio de socorrismo de la actividad que se quiere realizar y si resulta idónea para ese día concreto. “Si nos vemos arrastrados, es mejor no ir hacia la orilla. No tenemos que ir contra corriente si no tenemos suficiente capacidad porque no vamos a lograr vencer su fuerza. Deberíamos, en su lugar, nadar en paralelo a la orilla hasta que notemos que no nos arrastra, o nadar lo suficiente y levantar la mano para pedir ayuda”, expone.  

¿Y si nos pica una medusa? Es una pregunta que se repite año tras año. “Lo principal es no tocarnos con la mano desnuda, deberíamos hacerlo siempre con un guante o trapo para que no nos pase el veneno a otra parte del cuerpo. Además, tenemos que enjuagar la zona con suero fisiológico o agua de mar, pero no dulce, porque reactiva la toxina. Si optamos por agua de mar, debemos comprobar que en esta no haya más restos de medusas. También podemos aplicar frío durante 5 o 10 segundos, descansar un poco y volver a hacerlo hasta que disminuya la molestia”. En caso de que empeore, o se agrave (por ejemplo, si afecta a la respiración) es mejor acudir a un centro de salud.  

parte 3 protegerse verano

En parques naturales 

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es uno de los primeros espacios naturales protegidos de Europa. Una zona de alta montaña situada en Huesca (Aragón) que cuenta con paisajes deslumbrantes y con áreas que superan los 2000 metros de altitud. Se considera uno de los sitios más visitados de Aragón, con cerca de 600.000 turistas al año.  

Fernando Sarvisé es responsable del dispositivo de Cruz Roja en el Parque Natural de Ordesa y señala que hay dos principales accidentes que se dan en verano en estos lugares: “Los esguinces y lesiones de rodilla”. El por qué es sencillo: “Mucha gente viene sin prepararse muy bien, sin saber el recorrido y sin tener el calzado apropiado. A la hora de descender, por repetición, las articulaciones duelen”, menciona.  

Por otro lado, los cambios de temperatura también pueden afectar mucho a las personas que visitan Ordesa y Monte Perdido. “Puedes estar a 35 grados, con situaciones de golpe de calor y deshidrataciones, y luego que aparezca una nube o tormentón y tener 12 grados y situaciones de hipotermia. El año pasado ocurrió, en 3 o 4 horas cayeron 80 o 90 litros. El camino era un río”, dice. 

"Mucha gente viene sin prepararse muy bien"

El hándicap es que resulta difícil afrontar estas circunstancias cuando la gente que viene lo hace ya con una premisa en mente. “Es complicado que yo te quite la idea de hacer la senda de los cazadores (donde tienes que subir 700 metros en nada, en apenas 2 horas) cuando ya vas con otra idea. Debes conocer tu forma física, llevar el calzado adecuado, así como saco de dormir, un chubasquero… lo típico para la alta montaña. También hay que llevar un botiquín y saber utilizarlo; puede haber picaduras, esguinces, caídas…”, añade.  

parte 4 protegerse verano

Frente a una ola de calor 

“En los últimos años, con el cambio climático, se están dando más olas de calor”. Así de contundente se muestra Ángel García, director autonómico de Socorros y Emergencia en Cruz Roja en dicho territorio. Y es que lo que hoy en día se considera “ola de calor”, el pico máximo de temperatura, en cuestión de cuatro o cinco años será habitual, según menciona, reflexivo. “Lo leemos todos los días. Antes teníamos pocas olas de calor, y eran cortas… pero cada año están aumentando más”, estima. 

"Lo principal es el sentido común"

El 17 de julio de 2022 León hizo historia registrando su día más caluroso desde que se tienen datos. La localidad abulense de Candeleda, también en julio del año pasado, alcanzó los 45 grados; dos dígitos sin precedentes. Zamora, Ponferrada y Valladolid también batieron todos sus récords y rozaron los 41,8; los 41; y los 40,6 grados respectivamente. Saber cómo afrontar una ola de calor (salta a la vista) ya no es recomendable, sino necesario. 

“Lo principal es el sentido común”, indica Ángel García. “Plantearnos cuestiones como la vestimenta, que debe ser de colores claros y transpirable… ponerse gorra o cualquier artilugio que cubra la cabeza y las orejas. Llevar un calzado fresco y cómodo, gafas de sol y, por supuesto, protección solar”, señala. A ello se suman otros consejos, como permanecer en casa en las horas más fuertes del sol, no hacer actividad física en dichos momentos, y mantener la hidratación del cuerpo. “Beber agua de manera regular, porque cuando bebemos porque tenemos sed ya vamos tarde”, recuerda. A ello puede ayudar, además, tomar frutas o verduras que aporten líquidos. 

En Castilla y León, con una población mayor en ciertas zonas, “esto es todavía más importante”, advierte. “Se dan muchos consejos de este tipo constantemente y cada vez la incidencia es mayor, pero, al mismo tiempo, le perdemos el miedo. Igual que tenemos interiorizado que cuando vamos a la playa tenemos que ponernos crema porque la piel sufre, o tenemos que cubrirla… pasa lo mismo con las olas de calor”, apunta. No en vano, la deshidratación puede tener consecuencias muy graves en la salud.  

El verano es una época del año llena de oportunidades, con vacaciones, tiempo libre y ganas de disfrutar. Protegerse, sin embargo, depende de cada persona, y con este tipo de consejos y recomendaciones será más fácil hacerlo.  

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