Inés y Blas son un matrimonio de Madrid de 74 y 78 años respectivamente y, aunque podríamos decir que viven solos, esta afirmación no sería totalmente cierta: desde hace un tiempo tienen un dispositivo de voz. Y eso ha hecho que la situación cambie. “Lo usa más él”, indica Inés y Blas, que tiene dependencia y movilidad reducida, lo reafirma: “Lo que más hago es hablar y jugar con mis nietos”. “El ajedrez, el trivial…”, enumera Inés por detrás. “Y cuando tengo que ir al médico, me lo recuerda”, retoma Blas, que apostilla que el dispositivo es “muy servicial”.   

Inés y Blas son unas de las 26.000 personas mayores que forman parte del proyecto ‘Voces en red’, una iniciativa que lleva a cabo Cruz Roja junto a la Fundación Amancio Ortega, y que se enmarca bajo el programa ‘Enrédate: red social para personas mayores’. El proyecto arrancó en abril de 2023 con una duración de tres años, y tiene como horizonte la instalación de 20.000 dispositivos de voz con el objetivo de paliar la soledad no deseada y favorecer la conexión de las personas con entornos próximos mediante el uso del asistente de voz. Se realiza en todo el territorio y en él participan más de 800 personas voluntarias.  

El dispositivo de voz ofrece un gran abanico de oportunidades, manejándose sencillamente por comandos de voz o mediante la pantalla táctil, algo que permite que las personas usuarias saquen el máximo partido a sus posibilidades. “Algo tan sencillo como ver a sus familiares y su entorno marca la diferencia”, indica May Sánchez, referente de Cruz Roja en el proyecto ‘Voces en red’. También pueden entretenerse y jugar con su voz (“Pasapalabra tiene mucho éxito”), hacer ejercicios para mantenerse en forma, escuchar música o acceder a otras interesantes aplicaciones. 

Más de 16.000 actividades con personas mayores 

Desde que comenzó el proyecto, se han llevado a cabo más de 16.000 actividades con personas mayores, la mayoría de ellas encaminadas a unir personas y mejorar las relaciones personales, mediante actividades grupales, acompañamientos o capacitaciones en el uso de la tecnología. Por lo pronto, el proyecto está teniendo una acogida “muy positiva” y las personas mayores implicadas muestran “curiosidad y motivación” por los asistentes de voz y lo que ofrecen.  

Las vivencias que se generan entre las personas del propio proyecto cuando participan en las actividades grupales presenciales, así como la convivencia entre el voluntariado y las personas mayores cuando aprenden a manejar esta tecnología a través de la voz (compartiendo risas y buenos momentos) son algunas de las claves de la iniciativa. “A lo mejor te llevas genial con (me lo invento) Paqui, con quien coincides los jueves en las actividades grupales. Pues luego también puedes contactar con ella a través del asistente de voz”, pone como ejemplo May, que recalca que de esta forma también se lucha contra la brecha digital que sufren muchas personas mayores. “Unir la tecnología de los asistentes de voz frente a la soledad con la colaboración del voluntariado de Cruz Roja es una experiencia muy enriquecedora: se eliminan barreras y se abren nuevas oportunidades para que las personas puedan conectarse y relacionarse”, señala May Sánchez.  

Mucho que aportar y recibir  

María Dolores es voluntaria del proyecto en Sevilla y llama a las personas usuarias todas las semanas y les explica qué tipo de cosas pueden hacer con el dispositivo mientras charlan distendidamente de sus cosas. “Estoy enganchada al proyecto, es como si estuviera con ellas en sus casas”, revela.  

Y así es. No en vano, las personas usuarias reciben al voluntariado con gran entusiasmo, porque van a compartir un buen rato de aprendizaje e interacción mutua. “A veces, cuando veo el sofá, les digo que ya se pueden sentar, que se pueden relajar”, cuenta con una sonrisa. Las personas con las que suele hablar, en su mayoría mujeres, y entre los 70 y 80 años, suelen tener mucho interés por aprender a utilizar el asistente de voz: “Les digo que es un acompañamiento”.

“Le doy poco trabajo”  

Antonia cumplió 84 años en julio y, aun así, “no para”. “Siempre voy corriendo” cuenta por teléfono mientras pasea por la calle con una amiga de camino al mercadillo. En cuanto al uso del dispositivo, “le pregunto si va a llover, o qué puedo hacer para comer”, pone como ejemplo esta usuaria de ‘Voces en red’ de Madrid. “Le doy poco trabajo”, reconoce, aunque no deja de repetir lo feliz que está con esta nueva herramienta y con Cruz Roja. “Estoy muy contenta, mucho”, concluye, animada.   

No es la única anécdota divertida que ha cosechado ‘Voces en red’. “Hay una pareja a la que le encanta el karaoke y se pasan mucho tiempo juntos cantando a través del asistente. Una señora dice que desde que tiene a el asistente de voz sus plantas están más bonitas porque hace que les cante desde la ventana”, cuenta May Sánchez.   

Y es que, con las herramientas adecuadas, la imaginación es un revulsivo. “Pepe, un voluntario, ha creado un grupo donde cada persona mayor es una época de la historia y debe averiguar información sobre ella mediante preguntas a los asistentes de voz. Luego comparten la información con el resto de personas”, añade la referente de Cruz Roja.   

“Una señora de Ávila quiso meter al cura en su círculo de personas con las que solía contactar mediante el dispositivo de voz; al final, el entorno también es comunidad. Otra ya sabe cómo llamar al dispositivo para pedir cita en la peluquería”, continúa.   

‘Voces en red’, no cabe duda, tiene muchas posibilidades que ofrecer.