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Cruz Roja Responde: personas a las que se ayudó en 2020 - Ahora

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“En el mismo instante en el que nos contagiamos, Cruz Roja llamó para saber si necesitábamos algo”

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“EN EL MISMO INSTANTE EN EL QUE NOS CONTAGIAMOS, CRUZ ROJA LLAMÓ PARA SABER SI NECESITÁBAMOS ALGO”

“En el mismo instante en el que nos contagiamos, Cruz Roja llamó para saber si necesitábamos algo”
Ya han pasado tres años desde que se pusiera en marcha el Plan Cruz Roja Responde frente a la COVID-19. Un plan de atención integral que ha sido fundamental desde la declaración del estado de alarma, y que a día de hoy, sigue dando respuesta a las necesidades de las personas a las que la pandemia les cambió la vida.

Humanidad

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Cruz Roja

Texto 1: El principio de todo

El principio de todo

El 30 de enero de 2020 aparecía el primer caso de Covid-19 en España y el 14 de marzo el gobierno nacional decretaba el estado de alarma en todo el país para hacer frente a la expansión del coronavirus. En ese momento, desde Cruz Roja se ponía en marcha la mayor operación de su historia en cuanto a la movilización de recursos, capacidades y personas.

Tras tres años de incansable trabajo, el objetivo principal sobre el que se sustentó el plan RESPONDE sigue vigente: reforzar los mecanismos de atención y ofrecer una respuesta integral en todas las áreas de actuación de Cruz Roja: Socorros, Salud, Inclusión Social, Empleo, Educación y Medio Ambiente. Un proyecto que surgió para plantar cara a las consecuencias de la pandemia; que en una segunda fase focalizó sus esfuerzos en la mejora del acceso al empleo y la lucha frente a la brecha digital, entre otras intervenciones clave en áreas como la respuesta sanitaria y de emergencias; y que en su tercer año de existencia sigue atendiendo las demandas de la población, en este caso, las consecuencias derivadas de la pospandemia, la inflación, el cambio climático y el conflicto en Ucrania.

Si durante 2020, sobre todo por el peso del periodo del confinamiento, el principal perfil atendido fue el de personas mayores que vivían solas o en situación de dependencia con escasa red de apoyo en el entorno inmediato, en 2021 y 2022 emergieron con fuerza otros perfiles con necesidades diversas: colectivos más jóvenes, con necesidades de empleabilidadpequeños autónomos afectados por las restricciones en sus negocios y, sobre todo, familias con menores de edad, entre las que destacan por la especial virulencia con las que ha afectado esta nueva crisis, las monoparentales encabezadas por mujeres, con escasos ingresos y dificultades de conciliación, y las familias migrantes con situación administrativa irregular o precaria. 

Parte 2: Tres años marcados por las cifras

Tres años marcados por las cifras

A pesar de que estos últimos años han ido acompañados de cifras y porcentajes, nunca hay que olvidar que detrás de cada número existe una persona, una historia, y por lo tanto una necesidad a la que dar respuesta.

Impulsado por esta premisa, el periodista Antonio Pampliega, presentó hace dos años ‘Regueiros’, un documental que refleja cuáles fueron las labores realizadas por Cruz Roja durante la pandemia. “El documental capta una etapa de nuestras vidas en la que el miedo y la incertidumbre estaban presentes, y recoge a la perfección las sensaciones y sentimientos que vivimos en el pasado, pero que vivimos en el presente también, ya que muchos de los hechos que se plasman siguen vigentes en nuestras vidas”, explica Pampliega.

 

Grabado en mayo de 2020, durante el confinamiento, el documental recorre la vida de seis protagonistas que reflexionan sobre cómo ha sido su día a día desde el comienzo de la pandemia y cómo Cruz Roja ha estado presente, ya sea mediante el apoyo para cubrir necesidades básicas, el acompañamiento telefónico durante las semanas de confinamiento, el apoyo para continuar con las tareas escolares online o mediante atención psicosocial a pacientes Covid-19 y sus familiares. Manuel y Rebeca de Betanzos; Erika, vecina de Sada; Beatriz de Ordes; y Manuel y Udexis de A Coruña. Todos y todas ellas vivían diferentes vidas, pero compartían un sentimiento en común: el de la incredulidad. El de pensar que todo aquello no estaba pasando, que no era real.

Parte 3: Sada, un pueblo unido por la solidaridad

Sada, un pueblo unido por la solidaridad

Erika llegó con su familia desde Venezuela en el año 2017 y se instalaron en el pequeño municipio de Sada, un pueblo costero enmarcado en la Ría de Betanzos. Nada más poner un pie en el que se iba a convertir en su nuevo hogar, Cruz Roja apareció en sus vidas. “Su ayuda la tuvimos desde el principio, prácticamente desde que llegamos. Mi esposo y yo habíamos conseguido un empleo, pero a consecuencia de la pandemia, todo cambió”, explica Erika.

Una situación que haría tambalear millones de hogares españoles y rompería miles de estructuras familiares, sobre todo a nivel económico. “Tanto mi marido como yo, nos infectamos de Covid y tuvimos que coger la baja laboral. Al tener contrato temporal, perdimos nuestros empleos ya que al intentar incorporarnos, el contrato ya había terminado”, una situación crítica en el hogar, que empezó a ver la luz al final del túnel con la llamada de Cruz Roja.

Vivíamos todos en casa, mi suegra, nuestras tres hijas… fueron momentos durísimos. Ellas eran adolescentes y el confinamiento les afectó psicológicamente; por otro lado mi suegra tampoco entendía por qué no podía salir… Mentalmente fueron episodios críticos”, asegura Erika.

"Hemos sido una voz detrás del teléfono que acompañaba a las personas”

Fue entonces cuando su teléfono volvió a sonar, “en el mismo instante en el que nos contagiamos, Cruz Roja llamó para saber si necesitábamos algo”. En el caso de la familia de Erika, la asistencia de la Organización se centró en la ayuda económica para poder hacer la compra. “Nos traían la compra a casa, se preocupaban cada día por nosotros. No nos soltaron la mano hasta que finalmente acabó el confinamiento y volvimos a conseguir un empleo”.

Un abrazo solidario que se extendió a cada uno de los vecinos y vecinas de Sada, tanto por parte de Cruz Roja, como de los mismos habitantes. Erika recuerda con emoción la ayuda que recibieron por parte del vecindario, aunque apunta que “ya fueron solidarios con nosotros antes de la pandemia”. “Todo el mundo estuvo pendiente de llamarnos, de darnos alimentos de sus huertos, incluso el dueño del piso donde vivíamos nos traía alimentos de su restaurante, el que también tuvo que cerrar en esos momentos. Agradezco muchísimo todo lo que hicieron por nosotros”, concluye.

"En el mismo instante en el que nos contagiamos, Cruz Roja llamó para saber si necesitábamos algo"

El caso de Erika y su familia refleja a la perfección cómo a través del Plan Cruz Roja RESPONDE se canalizaron todos los esfuerzos en torno a tres claves: flexibilidad a la hora de reinventar y adaptar la forma de trabajar, potenciando en todos los aspectos posibles los canales virtuales; eficacia para llegar de la mejor manera posible a todos los rincones -ya que hasta en las zonas más despobladas había personas vulnerables que necesitaban alimentos o medicamentos-; y la canalización de la solidaridad de miles de nuevas personas voluntarias, personas socias y empresas que decidieron aportar su tiempo y sus recursos para ayudar a aliviar la situación.

Uno de los psicólogos voluntarios que estuvo al otro lado del teléfono en este programa fue Juanjo Méndez. “Se vieron casos complicados, pero sobre todo mucha soledad en los momentos de duelo y sin la posibilidad de velar a los fallecidos. Atendí a una señora de 80 años que se quedó sola tras fallecer su marido por la COVID-19, pero también casos entre los jóvenes como el de un chico que tenía pensamientos suicidas. Hemos sido una voz detrás del teléfono que acompañaba a las personas”, explica el voluntario.

 

 

Parte 4: Los retos del futuro

Los retos del futuro

Ante la fatiga pandémica, común en muchas personas que están cansadas por lo que ha provocado la COVID-19, hay muchas reacciones y comportamientos, Fátima Cabello, subdirectora del área de conocimiento de Salud de Cruz Roja apunta que la tarea más importante de Cruz Roja al respecto es informar y acompañar, así como sensibilizar y aportar herramientas para gestionar de la mejor forma posible la situación.  “La pandemia de la COVID-19 puso el foco en la importancia de la salud mental y emocional”, apunta, por eso mismo, hay que seguir trabajando en esa línea.

 “El aprendizaje más valioso es saber que se pueden hacer muchas cosas, muy sencillas y en todas partes para ayudar. Es el mejor mensaje que nos ha quedado”

Para Toni Bruel, coordinador general de Cruz Roja hasta hace unas semanas “todas las lecciones aprendidas del plan RESPONDE nos son ahora útiles para la organización de la ayuda: flexibilidad, agilidad, mejora en las comunicaciones, y muchas otras cosas que ahora damos por hechas y no existían hace tres años”. De los meses de confinamiento, y la pandemia en general, señala que “el aprendizaje más valioso es saber que se pueden hacer muchas cosas, muy sencillas y en todas partes para ayudar. Es el mejor mensaje que nos ha quedado”. 

 

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