Ana es una de las supervivientes de la violencia de género. Su historia es una de muchas. Todas importantes. Cuando decidió separarse, sus hijas tenían 2 años y 9 meses respectivamente. Ahora ambas ya han cumplido los 11 y 10 años. Siguen siendo el motor de su vida: “Lo más importante, me levanto por ellas”, dice Ana emocionada.  

La violencia de género es un tipo de violencia que en este año 2022 ya ha provocado la muerte de 38 mujeres. Si se atienden a las cifras con las que se cuentan desde 2003, la situación es más compleja: asciende a 1.171, según informaciones del Ministerio de Igualdad. El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se pone el foco en sensibilizar y detectar la violencia de género. Todos los años. Una vez más.  

En Cruz Roja se lleva a cabo el Programa de ‘Mujeres en dificultad social’, que engloba distintas iniciativas. Así, contribuye en la mejora de las diversas situaciones de dificultad social que afectan a mujeres y sus hijos/as (fundamentalmente las generadas por distintas formas de violencia, desigualdad de trato y discriminación); desarrolla medidas que fomentan la autonomía y el empoderamiento de mujeres; facilita una atención integral a mujeres en situaciones de dificultad social; apoya en la disminución del impacto de la violencia y vulnerabilidad en el núcleo familiar; facilita espacios de acogida temporal; o lleva a cabo acciones de sensibilización y colaboración comunitaria por la lucha contra la violencia de género, entre otras acciones.  

‘Alzando la voz’ desde dentro 

Las hijas de Ana forman parte de ‘Alzando la voz’, un proyecto de participación infantil y juvenil de Cruz Roja donde niños, niñas y adolescentes hijos e hijas de mujeres víctimas de violencia de género son el centro. “Queremos que superen, poco a poco, situaciones traumáticas vividas y puedan enfrentarse a la vida adulta sabiendo que tienen derechos y que esos derechos deben ser respetados”, explica Maite Gutiérrez, técnica del Programa de Infancia en Dificultad Social de Cruz Roja, y una de las coordinadoras del proyecto. 

A través de talleres grupales, ‘Alzando la voz’ trabaja con niños, niñas y jóvenes en el marco de los derechos de la infancia. Se promueve la expresión de sus sentimientos (sus sueños, alegrías, miedos y tristezas) con el objetivo de tomar conciencia de las situaciones vividas y de sus derechos vulnerados, para transformarse en verdaderos agentes sociales y mejorar la respuesta institucional que se les ofrece desde las Administraciones Públicas y Entidades Sociales. También se busca reforzar el vínculo entre la infancia atendida y sus madres y darles herramientas a niños y niñas para que sean conscientes de sus derechos. 

‘Alzando la voz’ trabaja con niños, niñas y jóvenes en el marco de los derechos de la infancia

“Es bastante completo”, opina Ana, “sobre todo me resulta interesante el tema de plantear todo desde el respeto”. Además, el encontrarse con otros niños y niñas que han vivido situaciones parecidas ayuda a normalizar y en cierto modo aceptar sus circunstancias. “Mis hijas se ven menos cohibidas. Con sus amigas del cole, en el parque, les cuesta hablar de ciertas cosas porque no las entienden. Es difícil explicar que tienes un padre, pero no tienes relación con él”, añade. 

“El estar y compartir experiencias, y luego ver que pueden ayudar a sus madres también trabajando su propio autocuidado es importante”, dice Maite Gutiérrez. El pasado septiembre se realizó el II Encuentro Estatal de ‘Alzando la voz’, donde participaron mujeres e hijos e hijas. Se dispusieron espacios de trabajo en torno a las emociones, el autocuidado y la escucha personal, así como espacios de ocio compartido y rutas por la naturaleza. 

También, en el marco del proyecto, se organizan encuentros y actividades de ámbito territorial que incluyen actividades grupales para los niños y las niñas, pero también momentos compartidos con sus madres como excursiones o actividades de tiempo libre.  

Cuando desviar la mirada no es una opción 

‘No desvíes la mirada, la violencia no se cuestiona’ es el lema que rige la campaña de Cruz Roja Juventud, y a la que se une toda la Organización, para conmemorar este 25 de noviembre. Esta campaña surge de la necesidad de continuar visibilizando la existencia de la violencia machista, especialmente entre los hombres jóvenes de entre 15 y 29 años, entre los que ha aumentado la creencia de que no existe. Una violencia que no solo puede suponer un daño físico, sino también psicológico o económico a través de formas de violencia más sutiles y normalizadas, pero igualmente graves.  

Un estudio, presentado a finales de 2021 por el Barómetro de Juventud y Género de la Fundación FAD Juventud, indica que desde 2019 ha aumentado notablemente el porcentaje de chicos varones jóvenes que manifiestan que la violencia de género no existe, por lo que concienciar sobre este tema se convierte en especialmente necesario en estos momentos. Precisamente, uno de los grandes factores que influyen en la violencia de género es la falta de educación. “Estos datos nos animan a continuar en la lucha a través de la realización de campañas de sensibilización en materia de igualdad de género y a utilizar la educación como principal herramienta para que las personas jóvenes no olviden que la violencia machista existe y que es nuestro deber erradicarla para siempre”, concluyen desde CRJ.