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Actividades cotidianas y palabras que consuelan

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ACTIVIDADES COTIDIANAS Y PALABRAS QUE CONSUELAN

Actividades cotidianas y palabras que consuelan
Algo tan sencillo como ir al supermercado o a la farmacia o asistir a una consulta médica puede convertirse en una odisea para personas mayores con movilidad limitada. Cruz Roja las acompaña en su día a día para ayudarlas en estas tareas tan rudimentarias.

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parte 1 cr ayuda compra

Las estimaciones son claras: en nuestro país cada vez va a haber más personas mayores. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, dentro de 15 años la población de 80 y más años crecerá en un 47,5%. De los cerca de tres millones de personas mayores que hay registradas en 2024 se pasará a 4,35 millones en 2039. No es una predicción estanca del futuro, pero sí un escenario más que posible si las tendencias demográficas continúan su curso como hasta ahora, y que incluso tiene en cuenta organismos como las Naciones Unidas, que también intuía ya en 2022 que, en 2050, “una de cada cuatro personas en Europa y América del Norte tendrán 65 años o más”. 

Envejecer es un verbo que produce sentimientos de todo tipo, especialmente si pensamos en esas actividades cotidianas que, conforme pesan los años, cuesta más realizar. Algo tan sencillo como ir a comprar, pasarse por la farmacia o tomarse un café puede convertirse en toda una odisea cuando la salud ya no es lo que era, los ánimos decaen o la movilidad comienza a convertirse en una barrera más.  

Según ‘El supermercado de proximidad: la experiencia de las personas mayores en Galicia’, un estudio realizado por Cruz Roja junto con otras entidades, “la accesibilidad a servicios de proximidad es especialmente importante para los grupos de población vulnerables, como las personas mayores y sobre todo las muy mayores, que suelen hacer sus recados a pie y pueden tener problemas de movilidad”. En este sentido, se remarca que un gesto tan cotidiano como ir al supermercado puede configurar “entornos amigables, favorecer la inclusión social y aumentar la calidad de vida” al promover el “mantenimiento de la autonomía” y facilitar “la adaptación al proceso de envejecimiento en su entorno habitual”.   

“Los acompañamientos a citas médicas es la mayor demanda del servicio”

Permitir que las personas mayores que presentan dificultades para realizar actividades cotidianas de la vida diaria puedan seguir haciéndolas es uno de los ejes del proyecto de ‘Ayuda a Domicilio Complementaria’ de Cruz Roja. Cristina Méndez, directora provincial de personas mayores de Cruz Roja en A Coruña, explica que, bajo el amparo de este programa, se “acompaña a las personas que lo solicitan” y se ofrece una red de apoyo que en algunos casos resulta escasa o “insuficiente”. 

Un supermercado, sin ir más lejos, puede presentar muchos obstáculos para personas mayores: dificultades a la hora de acceder al aparcamiento; dificultades a la hora de manejar carros o alcanzar las estanterías altas; dificultades físico-funcionales, como subir los productos a la línea de caja; o dificultades sensoriales, por ejemplo para leer tickets o letreros o asociar los descuentos a los productos. Todo ello también se evidencia en el estudio ‘El supermercado de proximidad: la experiencia de las personas mayores en Galicia’. El personal voluntario de Cruz Roja apoya en este sentido, cargando con las bolsas de la compra, o llegando a productos a los que las personas usuarias no pueden acceder. 

Las citas médicas y las gestiones bancarias también son actividades rudimentarias que se pueden hacer más difíciles con el paso del tiempo. “Los acompañamientos a citas médicas es la mayor demanda del servicio”, explica Cristina Méndez, que puntualiza que muchas personas usuarias llegan derivadas del servicio de teleasistencia, también de Cruz Roja, o de otros recursos, y que a todas se les hace una valoración integral para valorar sus principales necesidades. 

En lo que va de 2024, en A Coruña se han realizado 112 acompañamientos. “Las personas mayores que atendemos tienen esa seguridad y confianza de que no van a estar solas”, indica Méndez. Ana María Bastida acaba de cumplir 70 años, y es una de las personas usuarias del servicio. Al otro lado del teléfono cuenta que está “muy contenta” con la ayuda de Cruz Roja, y que siente que puede “confiar” plenamente en las personas que la acompañan. “Te hacen la compra si tú no puedes, van al supermercado… a lo que quieras. Y son muy amables”, dice. 

parte 2 cr ayuda compra

Juntas y unidas 

Dolores tiene 89 años y, aunque su voz suena algo temblorosa, se expresa con convicción. “Begoña es lo mejor que me ha podido pasar”, menciona al referirse a la voluntaria que suele hacerle compañía bajo el marco de los programas de compañía para evitar la soledad no deseada de Cruz Roja en Baleares. “Viene, salimos a pasear, o si tengo que ir a la farmacia o a comprar algo, vamos juntas. Me ayuda bastante, porque yo estoy sola siempre. Estoy muy contenta”, cuenta Dolores. 

"Si puedo aportar algo, lo aporto"

Begoña se ha dedicado durante 20 años a la ayuda a domicilio. Cuando se jubiló, decidió que quería seguir haciendo algo por los demás, y ese fue el principal impulso para hacerse voluntaria: “Me gusta, me siento bien; y si puedo aportar algo, lo aporto”, reivindica. A Dolores la va a buscar a casa, le lee la correspondencia (si la hay) y dan un paseo. “Ahora está algo pachucha”, admite, pero ni siquiera eso impide que salgan un ratito de casa, compren en el supermercado o la farmacia, o se tomen un café. 

“Saben que pueden contar conmigo”, expone Begoña, que añade que “el trato es de tú a tú”. Por ello, a las personas que acompaña las siente “parte de mi día a día”, concluye.  

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