Salir de la prisión por un día - Ahora
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- Recoger setas y luego cocinarlas. Una actividad habitual durante el otoño que no tendría nada de particular a no ser que seas un persona con adicciones y estés privado de libertad. Entonces se convierte en una oportunidad extraordinaria para reconectar con los espacios seguros y saludables de los que te habías alejado.
Salir al monte y realizar una actividad alejada de nuestra rutina nos permite recargar pilas, descubrir nuevos lugares y experiencias, pero quizás no seamos conscientes de la importancia que puede tener para ciertas personas que no pueden disfrutar de ello. Algunos reclusos del Centro Penitenciario de Soria que están dentro del programa de Cruz Roja de Atención a Personas con Inadecuada Gestión de Adicciones en prisión han realizado una actividad al aire libre que ha supuesto mucho más que una vía de escape.
La salida ha consistido en una excursión por los montes de Soria para recoger setas y posteriormente cocinarlas, todo ello con el acompañamiento del personal del centro y de José Miguel Altelarrea, experto en micología de la Fundación Cesefor, con el que iban compartiendo y aportando datos de interés. “Para ellos y ellas, salir de la prisión por un día, salir de su cabeza y tratar con gente diferente es como quitarse un mes de condena”, comenta Marina González, trabajadora social del programa y organizadora de la actividad.
Muchas veces las personas que sufren una adicción se alejan de aquellos lugares que les proporcionan unos hábitos saludables, así como unos espacios sanos y seguros. Por tanto, recuperar y encontrar esas zonas perdidas y favorables es uno de los objetivos del programa y de dinámicas al aire libre como esta. “Es el primer año que hacemos este tipo de actividades, ya hemos hecho dos y la respuesta está siendo muy positiva”, afirma Marina.
“Para ellos y ellas, salir de la prisión por un día es como quitarse un mes de condena”
Estas excursiones están pensadas como una manera de preparar a las personas para cuando puedan vivir fuera y a su vez gestionar y controlar cómo se sienten fuera de lo que ahora es el lugar en el que se desarrollan y conviven. “Salen a la actividad con miedo o desmotivados y vuelven renovados”, defiende la trabajadora social.
Este programa pone el foco en la reducción y la prevención de las adicciones, por ello cuenta con un personal médico del centro que se encarga del diagnóstico de la enfermedad adictiva y Cruz Roja complementa este servicio con un equipo de trabajadores sociales, personal voluntario y psicólogos que se encargan de ese acompañamiento individual y grupal. A esta actividad en concreto, se sumó la colaboración de Caritas y la Fundación Cesefor, todo ello con la finalidad de generar un ambiente sano entre las personas del centro, así como aportarles cierta luz y dinamismo dentro su rutina habitual.
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