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Por una ciencia más igualitaria
EDUCACION
Por una ciencia más igualitaria
07/02/2022
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
  • El próximo 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una nueva oportunidad para derribar brechas y prejuicios en este campo de conocimiento.

Raquel supo, desde muy pequeña, que su vocación eran los ordenadores. “Tenía uno muy básico, y me hacía muchas preguntas sobre cómo funcionaba todo: sobre la relación que había entre lo que yo hacía con el ratón y lo que se veía en pantalla; el cómo funcionaban los videojuegos…”, cuenta. Con 20 años, Raquel estudia en la actualidad la carrera de Ingeniería Informática en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática en Sevilla. “Me gustó tanto como esperaba”, asegura. “Me encanta que usando unas pocas herramientas puedas llegar a crear todo lo que puedas imaginar, no hay límites”, añade.

Bea, por otro lado, confiesa que siempre ha tenido una curiosidad irrefrenable: “Siempre me ha gustado conocer más sobre todo: saber cómo funciona. Y creo que la mejor forma para conocerlo es, precisamente, la ciencia”, explica. Ella, con 24 años, estudia para convertirse en técnica de Emergencias Sanitarias. Anteriormente, además, también se formó en técnica de Laboratorio de Análisis Químico. 

 

“La mejor forma de conocer cómo funciona todo es la ciencia”

 

En el caso de Marina, su amor por la biología y la química acabó conduciéndola hasta la carrera de Medicina. “También el tener el poder de ayudar a los demás. Verme en un futuro profesional, acompañando y curando a los demás”, dice. Con 19 años, se encuentra en estos momentos estudiando el segundo año de la carrera. Y no le faltan ganas.

Raquel, Bea y Marina son solo algunas de las voces que aparecen en la campaña de Cruz Roja Juventud de este año para concienciar sobre la importancia de las mujeres y las niñas en la ciencia. Y resulta especialmente significativo reivindicarlo en estas fechas, pues el próximo 11 de febrero se celebra, precisamente, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. 

El informe Científicas en cifras de 2021 del Ministerio de Ciencia e Innovación evidencia que, aunque se avanza, todavía queda un largo camino por recorrer. Según los datos recogidos, se ha detectado una menor presencia de estudiantes e investigadoras en áreas STEM (por su siglas en inglés, Science, Technology, Engineering, Mathematics), con un descenso “especialmente preocupante” en ingenierías y tecnologías. A ello se suman, entre otros aspectos, que las mujeres no participan de forma plena e igualitaria en la toma de decisiones en el sistema de ciencia (solo hay un 23% de rectoras y directoras de institutos de investigación).

Bea reconoce, en este sentido, que sí se ha enfrentado a algún prejuicio relacionado con estudiar una carrera científica. “Lo cierto es que yo misma lo pensé. Cuando comencé, creí que sería la única chica o una de las pocas, pero me llevé una sorpresa, porque éramos casi más chicas que chicos en clase”, expresa. En términos similares se posiciona Marina: “En la carrera de Medicina, como en Enfermería y Odontología, existe una mayoría de alumnado mujer, así que la situación será muy distinta a lo que puede vivir alguien que estudie, por ejemplo, alguna ingeniería”, expone. Por ese mismo motivo, “de manera directa no recuerdo haber vivido ninguna situación de prejuicio por el momento”. De los tres cursos que lleva Raquel estudiando Ingeniería Informática, por último, señala que tampoco recuerda a nadie que la haya “prejuzgado por ser mujer”.

En cualquier caso, las tres tienen claro que hay que alentar a que más niñas y chicas se aproximen a carreras científicas. Para Bea, los medios de comunicación cumplen un papel clave: “La mayoría de científicos que salen hablando son hombres; y mujeres que tienen el mismo cargo o superiores, sin embargo, no tienen voz. Eso y las propias aulas, que deberían incentivar a más gente a estudiar ciencias”, dice. 

Raquel, por otro lado, menciona que les diría a las niñas que “desde pequeñas, jueguen a todo y experimenten con todo, que nadie les diga que las experiencias y los juegos tienen género. Y si pueden jugar y probarlo todo, ellas mismas sabrán qué es lo que quieren estudiar, sea de ciencias o no, pero la elección que hagan será desde la experiencia y no desde la influencia”.

Para Marina, por último, “sin vocación no se puede hacer nada”. “Pero a esas chicas que quieran dedicarse a esto, deberíamos darles modelos, mentoras, metas que seguir si viven en un entorno en el que les echan para atrás en sus objetivos en carreras científicas; y esto se puede hacer desde que son pequeñas”, recalca. 



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