5 peticiones para que las vacunas contra la COVID-19 lleguen a todos los rincones - Ahora
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- El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha hecho un llamamiento conjunto para evidenciar que la distribución equitativa de la vacuna contra la COVID-19 es una prioridad política, moral y económica. Por ello, piden que llegue a todas partes sin fronteras de ningún tipo.
En junio de 2020, unos meses después del inicio de la pandemia de la COVID-19, las Naciones Unidas y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja pidieron conjuntamente a gobiernos, sector privado, organizaciones internacionales y sociedad civil acelerar sus esfuerzos para desarrollar, probar y producir una “vacuna popular” segura y asequible para proteger a todos y todas en todas partes. ¿El objetivo? Poner fin a la crisis sanitaria.
Quince meses después, sin embargo, este objetivo está lejos de alcanzarse. No por ello desde el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja han cesado en su empeño de conseguirlo. Por ello, han recordado que la distribución equitativa de vacunas es una prioridad política, moral y económica. “Una vacuna popular debe proteger a las personas ricas y pobres, a las mayores y a las jóvenes, a aquellas desplazadas por la fuerza, migrantes independientemente de su situación migratoria y a otras poblaciones a menudo desatendidas, tanto en las zonas urbanas como en las comunidades rurales”, ha precisado la Organización en un comunicado.
Aunque más del 48% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna, ese porcentaje se reduce a apenas el 3% en los países de bajos ingresos
Y es que, aunque más del 48% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna, ese porcentaje se reduce a apenas el 3% en los países de bajos ingresos. La situación es particularmente preocupante en los países en crisis humanitaria que necesitan casi 700 millones de dosis más para alcanzar el objetivo de la Organización Mundial de la Salud de vacunar al 40% de su población antes de fin de año.
A ello hay que sumar que más de la mitad de los países con un llamamiento humanitario no tienen dosis suficientes para vacunar ni siquiera al 10% de su población. De hecho, siete de los más pobres del mundo solo tienen dosis suficientes para llegar a menos del 2% de su población (Burundi, Camerún, Chad, República Democrática del Congo, Haití, Sudán del Sur y Yemen).
“Es un imperativo humanitario y nuestra responsabilidad compartida garantizar que las vidas en todas partes estén protegidas, no solo en los pocos países que tienen los medios para comprar protección”, han incidido desde el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Por todo ello, el llamamiento a gobiernos, socios, donantes, sector privado y otras partes interesadas recoge las siguientes cinco peticiones:
1. aumentar el suministro de la vacuna COVID-19 y el acceso a COVAX, incluso a través de donaciones de países de altos ingresos para donar vacunas a aquellos países y regiones que siguen recibiendo servicios de manera desigual;
2. aumentar el financiamiento y el apoyo a los actores locales para garantizar que las vacunas salgan de los aeropuertos de la capital y lleguen a todas las personas, ya sea a través de la inversión tanto en los sistemas de salud locales necesarios para la entrega como en la participación de la comunidad para mejorar la aceptación y la confianza en las vacunas COVID-19 (y en otras vacunas en general);
3. fortalecer la capacidad de producción y distribución de la vacuna COVID-19 en todo el mundo, particularmente en países de ingresos bajos y medianos;
4. acelerar la transferencia de tecnología y conocimientos: las inversiones realizadas ahora durarán mucho más allá de esta emergencia de salud pública y fortalecerán la capacidad mundial de respuesta a futuras epidemias y pandemias;
5. solicitar el levantamiento de todas las barreras restantes (por parte de los fabricantes) para permitir que las agencias humanitarias accedan a las dosis de COVID-19, incluso mediante la exención del requisito de indemnización, particularmente donde las poblaciones más vulnerables solo pueden ser alcanzadas por las agencias humanitarias que utilizan el Búfer Humanitario (que, a su vez, forma parte de la instalación COVAX y es una medida de último recurso para garantizar que se llegue a las poblaciones desplazadas y a otras vulnerables del mundo con las vacunas contra la COVID-19).
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