María de Quesada: un enfoque holístico para prevenir el suicidio - Ahora

Según datos del INE de 2020, 3.941 personas (7,4% más que en 2019) se quitaron la vida en nuestro país; 11 personas al día, el triple de hombres que de mujeres. Por cada persona asesinada se suicidaron 11,8 más, entre ellas catorce menores de 15 años (siete niños y siete niñas). 

Con máximos históricos en número de suicidios y sin poder contabilizar de manera fiable los intentos de suicidio ni las propias muertes, a veces tapadas como accidentes, es necesario tomar medidas urgentes para paliar el sufrimiento que nuestra población manifiesta. Detrás de cada suicidio hay una historia de dolor emocional y una familia y amistades de supervivientes que sufrirán un duelo muy difícil por la pérdida de su ser querido. Y mañana te puede tocar a ti o a alguien de tu entorno. De hecho a mí ya me pasó. Tuve pensamientos e ideaciones hasta que intenté suicidarme. Tengo la inmensa suerte de estar aquí escribiendo hoy cuando once personas no la tendrán dejando un dolor inmenso. La verdad, me hubiera gustado saber que no me pasaba a mí sola, que era posible aliviar el sufrimiento que sentía, que podía pedir ayuda y había recursos para mí.  

La pandemia ha agravado la situación social de muchas personas y nuestra Salud Mental se ve afectada directamente. Sin embargo, el problema ya lo teníamos antes, por lo que si queremos cambiar esta realidad, urgen acciones para visibilizar el problema desde todos los sectores sociales y sobre todo, recursos para evitar el mayor número de muertes posible. La buena noticia es que el suicidio se puede prevenir si despertamos al problema, lo miramos de frente y ponemos soluciones.  

Más recursos  

Hasta hoy, en España no se invierte en los recursos necesarios, ni en la sanidad pública ni en otros sectores como la educación, para crear intervenciones preventivas eficaces. Aunque sí se han creado expectativas como las promesas de aumento de personal sanitario y la puesta en marcha del número gratuito de tres cifras 024 para la prevención del suicidio, que se puso en marcha en mayo de 2022. En este sentido, ya existían otros recursos como el ya conocido Teléfono de la Esperanza (717 003 717), el Teléfono contra el Suicidio de la Asociación La Barandilla o el más reciente Cruz Roja Te escucha (900 107 917), un servicio para ofrecer apoyo y acompañamiento psicosocial a través de llamadas anónimas y gratuitas. El objetivo de este último es aliviar, dentro de lo posible, el malestar y el sufrimiento de las personas y dentro de los protocolos de actuación para casos de posibles suicidios, se encuentra también el aviso a los servicios de emergencia o el hecho de mantener la llamada en activo. Además, muchas veces se contacta de manera periódica a la persona para saber cómo se encuentra y si evoluciona favorablemente su situación.  

Sin embargo, es frustrante derivar a quienes más sufren a un sistema público que, colapsado y con recursos insuficientes, no puede soportar el cada vez mayor número de pacientes que llegan a sus consultas. El recurso de medicar a las personas por norma, aunque muchas veces sea necesario, no resuelve casi nunca el origen del malestar emocional. Según los datos del informe Mental Headway 2023, España (junto con Bulgaria) son los dos países de Europa con menos profesionales de la Salud Mental, si sumamos psiquiatras, psiquiatras infantiles, psicólogos/as y enfermeras/os especializadas/os: 25 por cada 100.000 habitantes, muy lejos de Suecia, que tiene 150 y Finlandia con 200. Además, España gasta apenas el 5.16% de su inversión sanitaria en Salud Mental, la mitad que Alemania, Francia o Suecia que invierten el 10% Por todo ello, es necesario identificar qué estrategias de prevención deben priorizarse para lograr un mayor impacto en la reducción de los intentos de suicidio y las muertes por suicidio en nuestro país. 

Un enfoque holístico del problema 

El suicidio es un problema causado por múltiples factores, lo que hace que sea difícil de tratar con métodos únicos, sean médicos, psicológicos, educativos, sociales o políticos. Los programas nacionales de prevención del suicidio se iniciaron en los años 90 ya en países como Noruega, Suecia, Finlandia, Nueva Zelanda o Australia con el objetivo de adoptar un enfoque holístico para combatir el suicidio. Hoy 38 países en el mundo cuentan con estrategias nacionales de prevención del suicidio, entre ellos: Reino Unido, Canadá o Japón. Además, estudios como el de U. Lewitzka, C. Sauer, M. Bauer & W. Felber en la revista de investigación BMC Psychiatry (2019), demuestran que una estrategia nacional es una herramienta eficaz para reducir las tasas de suicidio. Como se indica en el marco de la OMS "Acción de salud pública para la prevención del suicidio", es "imperativo que los gobiernos -a través de sus sectores sanitario, social y más- inviertan recursos humanos y financieros en la prevención del suicidio". Mirar hacia otro lado no ha servido y para bajar las cifras de suicidios necesitamos un plan estratégico y multidisciplinar en todo el país, pero, ¿vamos a esperar a tenerlo para hacer algo? Por supuesto que no.  

Una 'UPII Cicerón' en todas las CCAA 

La Unidad de Prevención en Intervención Intensiva en Conducta Suicida 'UPII Cicerón' fue inaugurada en septiembre de 2020 en el Hospital Costa del Sol de Marbella. Se trata de una consulta atendida por su coordinador y responsable, el psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental Comunitaria (USMC) de Marbella y actual responsable del Programa de Enlace de Salud Mental del Hospital Costa del Sol, Miguel Guerrero Díaz. Esta unidad, primera en Andalucía de estas características y hermana de otras muy buenas iniciativas llevadas a cabo en Galicia, Madrid, Asturias o Cataluña, es un proyecto de colaboración entre la Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria y el Hospital Costa del Sol, o sea impulsada por la sanidad pública.

Los objetivos de la UPII son, entre otros, «ofertar una intervención mediante una psicoterapia específica y un seguimiento intensivo para pacientes con conducta suicida de riesgo (ideación autolítica y/o tras realizar un intento de suicidio), garantizar la continuidad asistencial tras el alta del servicio de Urgencias del Hospital Costa del Sol y optimizar la detección precoz de la conducta suicida en los dispositivos sanitarios de salud mental y de atención primaria». Además, atienden a supervivientes -familiares de personas fallecidas por suicidio- con el fin de ofrecer un apoyo psicológico que facilite la tarea de reelaboración de un duelo sumamente complicado. Redondean su acción preventiva con ​​formación continuada para profesionales de la sanidad y no sanitarios/as que atienden en algún paso del proceso asistencial del paciente con conducta suicida para capacitarles con las competencias y habilidades necesarias que garanticen una atención «respetuosa, integral y de calidad». 

Desde luego, queremos una 'UPII Cicerón' en todas las CCAA. ¿Por qué las administraciones no ponen todos los mecanismos para prevenir más muertes? Me pregunto, ¿hay algo más importante que la vida?  

Líneas de ayuda para personas en riesgo de suicidio: 

• Teléfono 024 
• Cruz Roja Te Escucha: 900 107 917 
• Teléfono de la Esperanza: 717 003 717 
• Teléfono contra el suicidio de la asociación la Barandilla: 911 385 385  
• Teléfono gratuito de ayuda a menores de la Fundación Anar: 900 20 20 10