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La felicidad de un baño en el mar
VOLUNTARIADO
La felicidad de un baño en el mar
19/09/2023
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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Cruz Roja
  • Esta semana acaba el verano. Un verano en el que, por segundo año consecutivo, y gracias a la labor del voluntariado de Cruz Roja en Ibiza y al programa ‘Mar de Amores’, las personas mayores con movilidad reducida han podido disfrutar de las playas de la isla balear. 

El verano es para muchas personas una época para descansar, compartir y disfrutar. Sin embargo, para muchas otras, sobre todo para las personas mayores, pueden ser unos meses complicados donde la soledad no deseada se hace todavía más patente al reducirse las interacciones sociales mientras que familiares, amistades y vecinos pasan las vacaciones lejos de casa. Si a ello le añadimos que muchas de estas personas tienen problemas de movilidad reducida, las posibilidades de disfrutar de los planes tradicionalmente veraniegos todavía disminuyen más.  

Cruz Roja en Ibiza ha puesto en marcha por segundo año ‘Mar de Amores’, un programa en el que el voluntariado acompaña cada semana a personas mayores con movilidad reducida a darse un chapuzón en las playas de Ibiza.  Susi es voluntaria del programa de personas mayores y una de las personas que cada lunes ha acompañado a usuarios y usuarias a Cala Llonga para que pudieran disfrutar de esta playa. “Los recogemos en casa, paseamos con ellos y ellas por la orilla, los ayudamos a ponerse la crema y a que se bañen si les apetece, nos tomamos algo y sobre todo charlamos y les hacemos pasar un día agradable. Se lo pasan genial”, explica la voluntaria. La mayoría de las personas participantes del programa tienen movilidad reducida, pero son autónomas.  

Catalina es una de ellas. Este verano pudo disfrutar de esta actividad junto a otras compañeras con las que habitualmente coincide en Cruz Roja. “Yo nunca voy a la playa pero desde hace dos años me animan para que vaya y me apunto siempre. Pasamos un rato estupendo y paseamos, nos mojamos, y el trato con las voluntarias es una maravilla”, cuenta Catalina.  

 Las personas que han podido participar “están super felices de que se acuerden de ellos. Son personas que tienen muy difícil acceder a la playa y esos ratos, poder estar y hablar con gente joven, hace que se sientan muy bien”, añade Susi, que además de ser voluntaria en este programa, durante el año también dedica su tiempo a otras actividades que realiza Cruz Roja con personas mayores, niños y niñas, o en el programa de banco de alimentos. “Si me necesitan, allí voy”, concluye.  

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