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La infancia, uno de los colectivos más vulnerables ante un conflicto
EDUCACION
La infancia, uno de los colectivos más vulnerables ante un conflicto
04/04/2022
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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Cruz Roja
  • Cruz Roja Juventud ha atendido hasta la fecha a más de 3.800 niños y niñas procedentes de Ucrania. Para facilitar su adaptación, la Organización ha habilitado espacios dedicados a la infancia tanto en lugares de llegada (estaciones o aeropuertos) como en los centros de acogida temporal.

Artem, de 9 años de edad, ha pasado de jugar con sus amigos y amigas en el jardín de su abuela a recorrer miles de kilómetros con su madre y sus dos hermanas para escapar de Ucrania. Su historia es también la de los cerca de 4,3 millones de niños y niñas (más de la mitad de los 7,5 millones que se calcula que hay en el país) que se han visto obligados a dejarlo todo atrás y huir de la guerra.

La infancia, no en vano, es uno de los colectivos que se consideran especialmente vulnerables ante un conflicto armado, como recuerda el Derecho Internacional Humanitario (DIH), que puntualiza que los niños y niñas requieren de una “protección especial”. Solo hasta la fecha, en España Cruz Roja Juventud ha atendido a más de 3.800 niños y niñas (en su mayoría en compañía de sus familias) que han escapado del conflicto en Ucrania y que precisan de una atención ligeramente diferente a la de las personas adultas. 

Para responder a las necesidades planteadas, desde CRJ se ha creado un dispositivo de acogida resultante de la suma de dos proyectos. Por un lado, las ESIE están proporcionando un espacio de juego seguro (que consta con juguetes y materiales de ocio) mientras las familias realizan los trámites correspondientes en su llegada a España. Lugares que, además, cuentan en todo momento con el apoyo y la dinamización del equipo de voluntariado de CRJ, especializado en la atención de la infancia y la juventud en estos contextos. 

Por otro lado, también se está atendiendo a los niños y niñas procedentes de Ucrania en los espacios de ludoteca ubicados en los centros de acogida y alojamiento de las familias ucranianas, que ofrecen un entorno de ocio educativo, participación y tiempo libre para las niñas, niños y jóvenes alojadas en el recurso. En estos espacios, mediante la realización de actividades y dinámicas, se trabajan las competencias básicas y transversales, así como la interrelación entre iguales, la educación emocional, la cooperación, etc. En el proceso ayuda también un cuento pensado específicamente para facilitar esta transición; relato que está tanto en castellano como en ucraniano y que narra un breve y conmovedora historia.

 

Esteve Rams es voluntario y referente del ESIE en la provincia de Girona, donde ha tenido contacto en primera persona con los niños y niñas que vienen de Ucrania. Cuenta que, si bien a veces cuesta iniciar algún juego por el desconocimiento del idioma, poco a poco se ha ido avanzando, e incluso cuentan ya con palabras traducidas en un papel para entenderse con los pequeños y pequeñas. Respecto a su reacción, hay de todo: “Hay niños o niñas que ven una pelota y se vuelven locos porque quizá hace tiempo que no han podido pasar un rato agradable; a otros, les cuesta despegarse de su madre. Me acuerdo de un niño de 9 años que estaba agarrado a un peluche y no había forma de que lo soltara. Hasta que no pasaron dos horas, no se atrevió a soltarlo y a reírse”, explica. 

 

Clases a toda costa

Al margen de estas actuaciones, se calcula que, hasta la fecha, más de 7.000 menores han sido escolarizados en España. Previamente, algunos otros han intentado seguir las clases con Ucrania vía online, como los hijos de Tatiana Ivanova, que está alojada por Cruz Roja Zaragoza en un establecimiento hotelero, y ha expresado cómo uno de los pequeños procuraba conectarse siempre que podía para no perderse ninguna lección. Las clases, que abarcaban de 9 a 13h de la mañana, eso sí, se interrumpían cuando se oían las sirenas. 



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