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Brais Lorenzo: “Si no sientes y no empatizas con lo que tienes enfrente es imposible hacérselo llegar al espectador”
LA MIRADA DE
BRAIS LORENZO
“Si no sientes y no empatizas con lo que tienes enfrente es imposible hacérselo llegar al espectador”
BRAIS LORENZO
12/07/2021
ESCRIT PER:
ENTREVISTA PER:
Lucía Díaz Madurga
12/07/2021
ESCRIT PER:
ENTREVISTA PER:
Lucía Díaz Madurga
Fotoperiodista especializado en temática social

Brais Lorenzo, fotoperiodista ourensano especializado en temas de índole social y voluntario en el departamento de comunicación de Cruz Roja en Ourense, acaba de ser galardonado con el Premio Ortega y Gasset por su imagen Cumpleaños. Una fotografía, tomada en los momentos más duros y complicados del confinamiento domiciliario, que muestra la celebración del 98 cumpleaños de Elena Pérez en la residencia San Carlos de Celanova tras haber superado el coronavirus. 

Técnico Superior de Fotografía por la Escuela de Arte Superior y Diseño Antonio Faílde de Ourense y graduado en Geografía e Historia por la Universidad de Vigo, desde el año 2010 trabaja como colaborador de la Agencia EFE y del periódico El Faro de Vigo. También ha colaborado con otros medios de comunicación como El País, El Mundo, La Vanguardia, ABC, Público, La Marea, Nós Diario, Revista Luzes, The Guardian y agencias como AFP, AP y LOF, además de realizar diferentes trabajos para instituciones y organizaciones no gubernamentales.  

Algunos de sus trabajos han sido incluidos en exposiciones fotográficas que han recorrido el mundo. Etiopía, Portugal, Italia, Corea del Sur, además de España, han acogido algunas de sus fotografías. Su trabajo sobre la pandemia ha recibido otros premios internacionales y el premio “Carracedo” de la Diputación de Ourense. 

Fotoperiodista especializado en temática social

¿Se valora lo suficiente la labor del fotoperiodista? 

No vamos a entrar en la utopía de que con una imagen puedes cambiar las cosas, pero sí puedes ayudar a sensibilizar a la sociedad sobre determinadas problemáticas o, al menos, ponerlo encima de la mesa y que sea la sociedad la que pueda tomar algún tipo de decisión al respecto o se pueda movilizar. 

Hay ciertas imágenes que muestran determinadas realidades o acontecimientos y sí que valen para que la gente se posicione de algún modo. Sí que es cierto que, durante la pandemia, cuando la gente no podía salir de casa y no se sabía muy bien lo que pasaba, los fotoperiodistas y los trabajadores gráficos hemos sido los ojos de la sociedad. Hemos intentado transmitir lo que sucedía, a pesar de no ser demasiado fácil. Ha habido muchas trabas a la hora de informar y las administraciones, con la excusa sanitaria, nos han vetado el acceso a muchos lugares. Pero lo intentamos hacer de la mejor manera posible.  

Además, si siempre hay que actuar con gran responsabilidad, en un momento en el que eres los ojos de la sociedad, debes hacerlo con más cuidado todavía si cabe porque son momentos delicados. En estas situaciones de crisis ves lo mejor y lo peor del ser humano, desde la ayuda, la solidaridad y cómo la gente se apoya hasta cómo se señalan. Y nuestras imágenes, que mostraban lo que pasaba, debían ser hechas con ética, honestidad y responsabilidad. 

¿Le ha dejado huella, o secuelas, trabajar en primera línea durante la pandemia? 

Quiero creer que estamos preparados para esto. En mi caso, muchas veces la cámara hace de escudo, digamos que me protege. Cuando estoy trabajando intento estar centrado en lo que hago, pero sí que es cierto que todos vamos guardando cosas en la mochila que después hay que ir digiriendo y asimilando.  

La pandemia fue un momento de bastante incertidumbre, en el que no sabías a lo que te enfrentabas y, al llegar a casa, no sabías si estabas poniendo en peligro a la gente que estaba contigo. Yo creo que, igual que un médico está preparado para enfrentarse a situaciones de crisis y a tratar la muerte, los fotoperiodistas también tenemos que tratar de estar preparados para enfrentarnos a determinados momentos críticos con nuestro objetivo y ser capaces de abstraernos en la medida de lo posible. Obviamente, para transmitir algo -porque lo que yo siempre busco es transmitir sensaciones-, hay que sentir y si no sientes y no empatizas con lo que tienes enfrente es imposible hacérselo llegar al espectador. 

"LOS FOTOPERIODISTAS TENEMOS QUE TRATAR DE ESTAR PREPARADOS PARA ENFRENTARNOS A DETERMINADOS MOMENTOS CRÍTICOS CON NUESTRO OBJETIVO Y SER CAPACES DE ABSTRAERNOS EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE"
FotoCita

Ha demostrado que la figura del fotoperiodista también es necesaria en los lugares y las ciudades pequeña. 

Si la realidad no se ve, no existe. Yo reivindico que tiene que haber ojos en todos los sitios, porque estamos acostumbrados a poner el telediario y que salgan los sitios de siempre. Hay determinados lugares en el mundo que son el epicentro de la información, pero con la pandemia se ha puesto en valor que, al ser una crisis sanitaria, económica y social a nivel global, era tan importante lo que sucedía en Ourense como en cualquier otro lugar. Menciono Ourense porque es donde yo trabajo, pero en cualquier punto del mundo ha sido importante documentar lo que está pasando. Esto se ha puesto de relevancia con una pandemia, pero siempre es importante documentar a nivel local las historias que suceden. Debe haber ojos, taquígrafos, periodismo y fotoperiodismo en todas partes. 

Su imagen Cumpleaños también ha servido para eso, ¿no? 

Es una imagen de la que no esperaba el éxito que ha tenido, porque ha sido muy premiada en varios certámenes. Es una fotografía tomada en Ourense, la única provincia sin mar de Galicia y la que más olvidada ha estado, tanto por las administraciones públicas como por los medios de comunicación.  

Habitualmente, todas las noticias que llegan sobre Ourense son negativas, como incendios forestales o sucesos. Pero esta fotografía, que forma parte ya del relato de la historia de la pandemia en este país, ha puesto de relevancia que ha sido tomada en un territorio bastante olvidado. Ha estado al mismo nivel que las que se han tomado en grandes capitales demostrando lo importante que es mostrar lo que pasa. 

¿Por qué eligió Cumpleaños -reconocida con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo- para proponerla al certamen? 

Era una imagen que no valoraba demasiado. La escogí porque sabía que era un momento esperanzador. Es una fotografía que va ganando con el paso del tiempo y teniendo más relevancia por cómo se ha ido desarrollando todo, por las cifras de muertos y por cómo ha afectado esta enfermedad al colectivo de los mayores, los más vulnerables.  

Son las dos caras de una misma moneda.

Es una imagen que muestra los dos lados de la vida, lo bueno y lo malo. Porque dentro de esta crisis sanitaria, esta persona se había infectado de coronavirus y tuvo que celebrar su 98 cumpleaños de esta forma. Además, el cierto interés de esta imagen reside en la dificultad de acceder a ciertos lugares, como en este caso, a una residencia de mayores, de donde hay muy pocas imágenes. Al comienzo, yo no la valoraba lo suficiente, incluso no estaba entre las seleccionadas en la serie fotográfica de esa residencia, pero como fotografía individual sabía que tenía fuerza, de manera que la presenté en la categoría de Fotografías Individuales. 

Además, un año después, volvió a darle un regalo muy especial a la protagonista de la imagen (Elena Pérez, de 99 años).

Tuve la suerte de poder volver a la residencia de mayores San Carlos de Celanova y estar con Elena Pérez para celebrar su 99 cumpleaños. Le llevé la foto porque, además, a mí me encanta el periodismo de ida y vuelta. Fue un orgullo y un placer, ojalá el año que viene podamos celebrar el centenario, sería fantástico. 

¿Le dijo algo Elena sobre la foto? 

Ella está contenta y, sobre todo, su familia. Porque al haber sido una fotografía tan conocida, para mí era importante que ellos estuvieran contentos y cómodos con ello, porque Elena prácticamente se ha vuelto famosa y se ha convertido en el símbolo de la esperanza. 

Hace unos meses también estuvo en Ceuta, siendo los ojos de otra de las realidades que estamos viviendo: la crisis entre España y Marruecos 

Ha sido la primera vez que he cubierto una crisis migratoria, que es más diplomática que migratoria, porque al final la crisis migratoria se ve todos los días. Esto es un problema diplomático entre dos países y sus fronteras, con el tema de la externalización de las fronteras y ha pasado lo que ha pasado: niños pequeños en el agua y jóvenes jugándose la vida por cruzar. No entiendes nada, por parte de ninguno.  

Lo que veías allí era a los soldados esperando en la playa para interceptar a la gente y si podían devolverla “en caliente” lo hacían. Yo veo a todo el mundo culpable y un problema de que no hay capacidad o, más bien, voluntad para solucionar de una manera humanitaria. Cubriendo este tipo de historias te indignas y cubres escenas dantescas que vulneran los derechos humanos en las que los niños son los más afectados. 

"CUBRIENDO ESTE TIPO DE HISTORIAS TE INDIGNAS Y CUBRES ESCENAS DANTESCAS QUE VULNERAN LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS QUE LOS NIÑOS SON LOS MÁS AFECTADOS"
FotoCita

Y con una total impotencia.

Exacto. Cuando logras escuchar sus historias y te das cuenta de que son niños, menores de edad, que no tienen padres ni dinero para comer y que se juegan la vida para venir aquí a labrarse un futuro y nosotros lo que hacemos es ponerles todo tipo de impedimentos, se te cae el alma a los pies y no entiendes nada de cómo funciona el mundo. Incluso, te sientes un poco culpable por estar allí realizando tu trabajo y volver a casa, a tu zona de confort mientras ellos se quedan desamparados. Es gente que simplemente quiere vivir y tener el derecho a tener una vida mejor. Eso es lo que buscan. 

Es una situación similar a la de los jóvenes escondidos en el monte de Ceuta para evitar las deportaciones. 

Estos jóvenes tienen un instinto de supervivencia que ya nos gustaría a los del primer mundo. Tengo un hermano más pequeño y veo a la juventud en un proceso de aletargamiento muy grande con los móviles y los dispositivos electrónicos. Y a esta gente la ves con una gran capacidad de superación y de salir adelante en todo. Lo que hicieron fue irse al bosque y agruparse en pequeñas familias que se apoyan los unos a los otros y buscan sobrevivir sin ser coartados, buscando la oportunidad de dar el salto a la Península en cuanto puedan. 

En la actualidad colabora con el departamento de comunicación en Ourense de Cruz Roja. 

Llevo un año y poco colaborando con Cruz Roja Ourense, no es mucho tiempo, por lo que no me ha dado tiempo todavía a hacer muchas cosas. Mi trabajo como voluntariado es el de proporcionar mis imágenes al departamento de Comunicación para su difusión.  

Entré a colaborar en Cruz Roja porque conocía a la persona de comunicación. Hablando con ella, comentamos mi interés por hacer reportajes y coberturas con la organización y otras ONG de cooperación internacional. De esta forma, comencé por mi ciudad, por Ourense, acompañando a los voluntarios durante la pandemia en el reparto de alimentos, mantas y bebidas calientes a las personas sin techo, en esos momentos de la primera ola cuando todo el mundo estaba en su casa. También he hecho temas de recogida de alimentos y acompañamientos a familias necesitadas en sus viviendas. 

¿Cuál fue la historia que más le marcó? 

Durante lo más duro de la pandemia, hubo un momento en el que veías todas las calles vacías y las únicas personas que estaban en la calle eran las personas sin hogar. Era incoherente. Mandar a todo el mundo a casa en pleno estado de alarma y que hubiera personas que no tuvieran dónde ir. Hubo que buscarles albergues o espacios donde cobijarse porque no tenían dónde ir, fueron momentos que a mí me parecieron muy llamativos y de una labor muy necesaria con las personas más desfavorecidas. 

[Fotos: © Brais Lorenzo]

"DURANTE LO MÁS DURO DE LA PANDEMIA, HUBO UN MOMENTO EN EL QUE VEÍAS TODAS LAS CALLES VACÍAS Y LAS ÚNICAS PERSONAS QUE ESTABAN EN LA CALLE ERAN LAS PERSONAS SIN HOGAR."
FotoCita

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