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30 años de ayuda incondicional a mujeres víctimas de violencia de género
INCLUSION SOCIAL
30 años de ayuda incondicional a mujeres víctimas de violencia de género
21/02/2022
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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Cruz Roja
  • En Melilla se encuentra la primera casa de acogida para víctimas de violencia de género de Cruz Roja. Mamen Andújar, responsable del departamento de mujeres de la Organización en Melilla, echa la vista atrás y recuerda esos difíciles inicios. 

Corría el año 1992, momento en que la violencia de género no se contemplaba con las mismas gafas violetas que llevamos puestas hoy. Lo recuerda bien Mamen Andújar, responsable del departamento de Mujeres de Cruz Roja Melilla, lugar donde se creó el primer piso de acogida para víctimas de violencia de género de toda España y que este año alcanza las tres décadas de funcionamiento. “Teníamos mucha demanda de mujeres víctimas de violencia de género, pero no existía ningún recurso o casa a donde pudieran acudir en caso de que corrieran peligro”, cuenta Andújar para explicar sus orígenes. Esta era una situación especialmente habitual cuando se interponía una contra el presunto agresor. Volver a casa, donde se convivía con el acusado, no era una opción. 

Poner en pie un hogar para brindar protección a estas mujeres no fue, sin embargo, sencillo. “Tenemos que contextualizar, porque la violencia de género en el año 1992 se consideraba una cuestión o asunto privado donde no debía meterse la sociedad ni nadie. Había mucha desprotección hacia las mujeres, y el número de sentencias en las que el presunto agresor salía absuelto eran altísimas”, expresa Mamen Andújar.  

 

“La violencia de género en el año 1992 se consideraba una cuestión o asunto privado” 

 

“Venían y nos insultaban. Veían cómo estábamos ayudando a las mujeres y se les escapaba el poder sobre ellas”, añade. Hasta que la sociedad y la legislación fueron avanzando, la responsable del departamento de Mujeres de Cruz Roja Melilla evidencia que fueron años “muy difíciles”. Pese a ello, no duda ni un momento en precisar que “valió la pena”. “Siempre digo que vale la pena, incluso aunque solo podamos sacar a una mujer del infierno de la violencia machista. Solo a una. Es un trabajo muy duro, pero también gratificante”, menciona. Y no solo lo es para las mujeres, las “supervivientes” que salen adelante, sino también para sus hijos e hijas, “también víctimas”, recuerda Andújar. 

30 años después de poner en marcha la primera casa de acogida para víctimas de violencia de género, Cruz Roja Melilla tiene también un segundo piso de acogida gracias a un convenio con la ciudad autónoma (el primero está ocupado actualmente por 13 personas, y el segundo por 9, entre mujeres y menores). En ambas casas, el objetivo sigue siendo el mismo que hace tres décadas: prestar protección. “Que puedan estar en un lugar donde se sientan seguras, y donde a través de una intervención integral (psicológica, jurídica, social...) podamos prepararlas para afrontar la vida con autonomía e independencia económica y personal”, señala Mamen Andújar.  

Es un camino largo y complejo, puesto que la gran mayoría de mujeres alojadas en estos pisos son de origen marroquí, con una media de dos hijos o hijas, y sin formación. Un camino lleno de retos. Con todo, el deseo de Mamen Andújar para el futuro es “seguir trabajando”. “Nuestro mayor deseo es seguir ayudando a mujeres y sus hijos e hijas a salir del infierno de la violencia machista”, concluye.   



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