El proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario pretende incidir en el desecho de alimentos sin consumir, mejorando el aprovechamiento. 

Sin tener en cuenta la pérdida de alimentos previa, en los hogares españoles se desperdiciaron más de 1.300 millones de kilos/litros de alimentos en 2020.

En el proyecto, se contempla la necesidad de que todos los agentes de la cadena alimentaria tengan un plan de prevención del desperdicio, entre otras medidas se promueve la donación de alimentos mediante convenios con entidades receptoras o el aprovechamiento de los alimentos que no sean aptos para el consumo humano, transformándolos en alimentación animal.

Según la Ley, las administraciones públicas estarán obligadas a llevar a cabo campañas para la promoción del consumo responsable de alimentos y reducción de pérdida y desperdicio alimentario.

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