Nº 31 - Inseguridad Alimentaria - Cruz Roja
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En este estudio se han analizado los patrones alimentarios a partir del IASE (Encuesta de frecuencia de consumo de alimentación el índice de Alimentación Saludable) y el nivel de inseguridad alimentaria a partir del FIES (Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria) a las personas atendidas por el programa de extrema vulnerabilidad.
Al 70% de personas atendidas por Cruz Roja les preocupa no poder alimentar a su familia según el FIES.
Con la falta de ingresos, la inseguridad alimentaria aumenta, la dieta se hace menos variada y menos saludable. Además, dificulta la sustitución de alimentos en caso de intolerancias. Todo ello se refleja en un peor estado de salud.
El 80,5% de la muestra selecciona por precio los alimentos. La prioridad es comprar alimentos más baratos y saciantes, comer raciones más pequeñas o saltarse comidas. Las mujeres suelen ser las que más se privan a sí mismas, principalmente de alimentos más saludables que los destinan a los hijos e hijas.
Según el Índice de Alimentación Saludable (IASE) 70,6% presentan una alimentación poco saludable y el 63,6% de las personas que consideraba saludable su dieta necesita cambios, por lo que hay que desmontar las creencias erróneas.
El 30% de los hogares presentan enfermedades como obesidad, diabetes, colesterol alto, hipertensión o intolerancias y alergias, cuyo el factor de riesgo común son los hábitos alimentarios. La misma amuestra indica que la mayoría de los hogares tiene un consumo excesivo de alimentos poco saludables, como embutidos y fiambres (76,5%), dulces (66%) y refrescos azucarados (52,9%) y solo el 49,5% de los hogares consume frutas y el 42,6% verduras-hortalizas a diario.