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Ucrania once meses después
UCRANIA ONCE MESES DESPUÉS
Cruz Roja
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Once meses después, la situación en Ucrania sigue siendo, por desgracia, de rabiosa actualidad. Más de 17 millones de personas afectadas por la crisis continúan necesitando ayuda humanitaria. El conflicto, que se inició en febrero de este mismo año, sigue acumulando víctimas civiles, destrucción de infraestructuras y desplazamientos de la población. Once meses después, y pese a la ayuda prestada por organizaciones como Cruz Roja, la situación en Ucrania duele y mucho.
El último informe de situación realizado por Cruz Roja sobre la crisis en Ucrania y otros países afectados arroja datos sobre el desarrollo y consecuencias del conflicto. Hasta noviembre de 2022, más de un millón de hogares ucranianos fueron dañados o destruidos (los mayores daños se concentran en las provincias de Donetsk, Lugansk, Jerson y Járkov). A ello se suma que hay un déficit de suministros médicos. Se estima, por otro lado, que 1,4 millones de personas no tienen suministro de agua y que 4,6 millones están en riesgo de perder el acceso al agua corriente.
Las condiciones de vida de la población afectada empeoran ante la llegada del invierno
Las condiciones de vida de la población afectada empeoran cada día, y lo hacen especialmente ante la llegada del invierno. En Ucrania, la temperatura puede descender hasta los 25 grados bajo cero en algunas partes del país, y todo apunta a que millones de personas que viven en condiciones deficientes, sin suficiente aislamiento personal o acceso a la calefacción sufrirán sus consecuencias. El invierno, este año, se presenta especialmente complejo.
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Ucrania ante la llegada del invierno
Illya Kletskovsky es subsecretario de la Cruz Roja Ucraniana, y sabe perfectamente cómo el invierno puede resultar demoledor para la población ucraniana: “La acción militar tiene como objetivo la infraestructura civil y energética, y es más difícil para las organizaciones que están actuando y para el gobierno prepararse para el invierno”, explica a AHORA. Pese al suministro de estufas, calderas y generadores; y la distribución de materiales de calefacción, las “dificultades siguen ahí”, apostilla el subsecretario de la Cruz Roja Ucraniana con los ojos clavados en el futuro.
La ayuda del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja es inestimable en este contexto, aunque Kletskovsky advierte de que el gran reto será “responder rápidamente” a las necesidades de la población ucraniana. “Habrá dificultades, y tenemos que estar preparados para responder lo antes posible cuando llegue el momento”, estima. Entre las previsiones que maneja la Cruz Roja Ucraniana, se calcula que se pueden producir entre medio millón y dos millones de desplazamientos dentro y fuera del país en los próximos meses.
“Estamos comprometidos a cubrir los costes de los suministros para los refugios más grandes, y a pagar los suministros de alojamiento que acogen a las personas desplazadas”, cuenta Illya Kletskovsky, que añade que “también estamos centrados en los territorios desocupados, ya que ahora mismo está habiendo una desocupación de territorios en Ucrania de forma continuada, e intentamos acceder en cuanto permiten las carreteras para distribuir ayuda humanitaria”. También se está entregando dinero en efectivo, “una modalidad interesante en estos momentos”, que contribuye a que la población pueda acceder a los mercados locales “cuando nada más funciona”.
"Tenemos que estar preparados para responder lo antes posible cuando llegue el momento"
En cuanto al cambio de situación en los últimos meses, Illya Kletskovsky recuerda que ni siquiera puede decir que se haya pasado “la fase de emergencia”. “Todos los días las emergencias y necesidades básicas siguen siendo las mismas. La economía ha sido gravemente afectada, y necesitamos pensar no solo en la emergencia en sí, sino al mismo tiempo en la recuperación, rehabilitación y reconstrucción de Ucrania”, resuelve. Las necesidades, por tanto, no han cambiado demasiado, aunque sí lo han hecho aspectos como, por ejemplo, el voluntariado.
“Hemos pasado de tener mucho voluntariado espontáneo a más voluntariado de carácter permanente. Hay rotación, pero también cierto valor que Cruz Roja aporta para que las personas puedan llevar a cabo un importante papel en el apoyo a Ucrania. Tenemos un número constante de personas uniéndose para ser voluntarias en Ucrania”, concluye.
Hasta noviembre de 2022, Cruz Roja ha atendido a 9,91 millones de personas ucranianas en 40 países. La ayuda se ha vertebrado a través de 1.810 oficinas locales, y se han entregado 9.730.834 artículos de primera necesidad, 2.389.097 artículos de higiene y 548.223 entregas en efectivo. También se han gestionado 460.206 trámites y procedimientos, 272.388 medios de transporte y evacuación, 165.000 alojamientos colectivos e individuales, 545.900 consultas de apoyo psicosocial, y 60.000 servicios de protección. Para ello, se han movilizado 94.564 personas voluntarias, y se han desplegado 376 puntos de servicio humanitario.
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De Ucrania a España y viceversa: un viaje de ida y vuelta
En España, Cruz Roja ha atendido a 118.019 personas (68% mujeres, 34% hombres) y ha acogido a 117.762. Además, la Organización ha dispuesto 28.928 puestos de alojamiento, ha ofrecido acompañamiento en 82.842 procedimientos y ha realizado 22.731 movilizaciones. Para ello, 8.501 personas voluntarias han dado un paso al frente, dispuestas a ayudar en todo lo que hiciera falta. En cuanto a los más pequeños y pequeñas, se ha atendido a 10.349 niños y niñas en actividades de ocio de la mano de Cruz Roja Juventud.
Iryna Ilychuk es una de las personas que sabe de primera mano cómo ha sido la acogida de la población ucraniana en España. Ella huyó del conflicto y recaló en el centro de acogida ubicado en el Hotel Palma Bay en Mallorca junto a su hija. Doctora universitaria, y profesora de chino, hace apenas unos meses que decidió volver a su ciudad Ivano-Frankivsk (situada en la parte occidental del país) para atender a su padre, que está enfermo, y mantenerse cerca de su familia. Pese a la difícil situación que vive todavía el país, ha abierto su propia academia de chino (su principal ilusión) y cuenta con cierta esperanza su día a día ahora en Ucrania.
“A finales de septiembre abrí mi propia academia, y tengo niños y adultos que quieren aprender chino y su cultura”, expresa Iryna por correo electrónico desde Ucrania. Desde el 10 de octubre, eso sí, “llegó de nuevo la pesadilla”, traducida en constantes sonidos de sirenas. “Tengo mi equipaje listo (agua, bocadillos, cargador, ropa de abrigo, etc.) y vamos al sótano de nuestro edificio (tenemos el refugio allí), donde podemos llegar a pasar varias horas. Los rusos intentan dejarnos sin calefacción y sin agua, se acerca el invierno y hace bastante frío”, alega Iryna, que también explica que se está ahorrando electricidad, por ejemplo prescindiendo de alumbrado público o de instalaciones domésticas, para reservar energía para el invierno.
"Amo mi trabajo, mi vida, incluso la aprecio ahora más que otras veces"
Aunque recientemente ha habido varias explosiones a 30 km de Ivano-Frankivsk, Iryna explica que siguen “estudiando, trabajando, y tratando de seguir adelante con sus vidas”. Es consciente, eso sí, de que no todo el mundo tiene la misma fuerza de voluntad. “La gente está cansada, se va al extranjero, o vuelve pero está harta”, dice. Algunas de sus amistades están en Zaporizhzhya, un “punto caliente” en estos momentos. “No hablan mucho, pero percibo que quieren volver a casa”, cuenta. “A veces me siento deprimida, con miedo y lástima por esos niños pobres que no han visto la belleza de este gran mundo y están sufriendo”, añade.
Contra ese pesimismo, Iryna se esfuerza en ser positiva. “Trabajo con niños y estudiantes, y tenemos que alentarles, darles ejemplo. Amo mi trabajo, mi vida, incluso la aprecio ahora más que otras veces. Me pregunto cuándo será el final de esta guerra, pero a pesar de todo estoy feliz de estar en mi casa. Toda la familia está junta, y eso es lo más importante”, dice.
Hacia Cruz Roja solo tiene palabras de agradecimiento. “En nombre de todos los ucranianos, gracias a Cruz Roja por todo lo que ha hecho y hace por nosotros. Nos ayuda no solo con la vivienda, la comida, la ropa o el apoyo médico, sino a nivel moral. Todas las personas que nos hemos encontrado de Cruz Roja han sido muy amables con nosotros, nos han ayudado en lo que han podido, e incluso en lo que no han podido. Sus sonrisas y su amabilidad siempre estarán en nuestros corazones”, escribe Iryna con emoción contenida, y sin poder evitar, pese al actual contexto, una invitación a visitar el país cuando termine la guerra. “Seréis bienvenidos”, termina su carta, y se despide con “un gran abrazo desde Ucrania”. Uno de esos abrazos que atraviesan la pantalla.
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Cruz Roja Española: llega la fase de recuperación
Después de la fase de acogida (Cruz Roja Española es una de las entidades gestoras del sistema de acogida a personas solicitantes de Protección Internacional coordinado por el Ministerio de Inclusión; sistema que se encarga de dar la acogida en nuestro país a las personas que han huido del conflicto en Ucrania), llega una segunda fase: la de preparación para la autonomía, que se pone en marcha solo cuando las personas han recibido una resolución favorable a su solicitud de Protección Internacional. Según datos recogidos hasta noviembre de 2022, más de 1.656 personas han abandonado los recursos de emergencia y/o acogida temporal y han pasado a esta fase.
Y es que, aunque las personas ucranianas que están en nuestro país hayan finalizado su estancia en el dispositivo de acogida, pueden seguir necesitando apoyo para la cobertura de sus necesidades básicas, para fortalecer sus competencias o para seguir adelante con sus procesos de integración socio-laboral. En lo relativo a la empleabilidad y el acceso al empleo, Cruz Roja Española ha realizado una encuesta para conocer la situación socioeconómica y laboral de las personas que han llegado, algo que ha permitido conocer más a fondo el perfil laboral en origen y, así, ajustarlo con las necesidades del mercado laboral y permitir la orientación e información laboral con una perspectiva intercultural. La encuesta también ha permitido saber las expectativas de las personas ucranianas en España y sus intenciones y motivaciones a corto plazo.
Oleksandr Husakov (conocido como Sasha) ejemplifica a la perfección esta segunda fase. Recorrió media Europa hasta llegar a Madrid escapando del conflicto, y tras cursar distintos talleres de información y orientación laboral sobre el mercado laboral en nuestro país, se ha convertido en una de las primeras personas ucranianas que ha logrado un empleo tras haber estado un tiempo en los dispositivos de acogida y alojamiento de Cruz Roja. Todo un “subidón moral”, contaba Sasha a Zona CREO hace unas semanas.
Más de 3.453 personas de diversos perfiles han acudido a Cruz Roja Española en estos meses
Como él, más de 3.453 personas de diversos perfiles han acudido a Cruz Roja Española en estos meses para contar con apoyo en gestiones administrativas necesarias para la búsqueda de empleo. Se les ha ayudado a obtener el número de la seguridad social o a inscribirse en el SEPE, y han podido, además, realizar talleres grupales de expectativas profesionales y formativas, o trámites de homologación de títulos y/o información sobre posibilidades formativas.
Illya Kletskovsky, subsecretario de la Cruz Roja Ucraniana, se deshace en halagos ante la actuación de Cruz Roja Española, que está además colaborando con ideas y estrategias para abordar cuestiones como el empleo, la recuperación económica, los medios de vida o la gestión de posibles desastres en Ucrania. Sin embargo, recuerda que el camino todavía es largo.
“Pediría a la sociedad española y a Cruz Roja Española que sigan apoyando a las personas ucranianas que están en España y necesitan esa ayuda. Y no será a corto plazo; la situación se alargará más de lo que habíamos previsto al principio”, sostiene. El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, y Cruz Roja Española, continuarán estando ahí.
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