Detección temprana en La Manchuela para evitar incendios forestales - Ahora
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- Cruz Roja en Albacete ha puesto en marcha una iniciativa para prevenir posibles incendios forestales. La vigilancia y la concienciación ambiental constituyen los principales pilares de las actuaciones.
La vigilancia del terreno forestal junto con la detección temprana de incendios se consideran fundamentales en cualquier programa de prevención. Lo demuestra de forma clara el proyecto pionero puesto en marcha por Cruz Roja en Albacete en la Manchuela, una zona que abarca el noreste de la provincia y que se considera de las de mayor riesgo de incendios por la fuerte presencia de cultivos.
Los objetivos principales del proyecto (auspiciado por las asambleas de Mahora, Villamalea y Casas Ibáñez) han sido intentar llevar al mínimo el número de incendios, localizarlos de forma temprana, concienciar a los usuarios del monte de la importancia de cuidar el entorno y el patrimonio forestal, vigilar zonas de gran afluencia de gente, conocer el territorio y los caminos de forma clara (para dar soporte en búsquedas de personas o accidentados en el monte) y mantener contacto directo con los paisanos de las huertas habitadas para ayudarles en caso de emergencia, entre otros. “El cambio climático es cada vez más notable y virulento, y la detección temprana es una de los principales pilares para que un pequeño conato no se convierta en un gran incendio forestal”, determina Carlos Gómez Peris, responsable del proyecto en Cruz Roja en Albacete. No en vano, la Manchuela Albaceteña cuenta con casi 50.000 hectáreas de terreno protegido que necesitan “protección y colaboración”, con especial hincapié en el valle del Cabriel (el río Cabriel constituye una de las mejores reservas fluviales de España) y el del Júcar.
"El cambio climático es cada vez más notable y virulento"
Quizá por ello, aunque el proyecto se ha puesto en marcha recientemente, la idea es que permanezca activo durante todo el año. “Los incendios no tienen fecha”, recuerda Gómez Peris. “En temporada estival el riesgo es muy elevado, pero en épocas donde ese riesgo pueda ser menor, el proyecto tiene que focalizarse en conocer el territorio”, evidencia.
A fecha de hoy, ya son en torno a 30 personas voluntarias las que están prestando su colaboración para desarrollar la iniciativa, que para el responsable del proyecto en Cruz Roja en Albacete resulta primordial si se mira hacia el horizonte de futuro. “En verano todo está más o menos cubierto, pero luego en invierno seguimos necesitando la colaboración de la gente porque los recursos se reducen”, insiste. “En invierno es, por ejemplo, la quema de podas, ahí hay que estar pendiente de los agricultores, qué día se puede quemar y qué día no… hay faena que se puede hacer. En invierno se pueden prevenir muchos incendios”, concluye Carlos Gómez Peris.
Los montes desempeñan un papel fundamental en el equilibrio de la naturaleza y en el bienestar de la sociedad, mientras que los bosques cubren el 30% de la superficie planetaria, albergan el 80% de la biodiversidad y cumplen funciones ecológicas esenciales, como proteger el suelo de la erosión hídrica y frente a las inundaciones, regular la disponibilidad de agua, disminuir los contrastes de temperatura, albergar y dar cobijo a las especies de fauna y flora, y ser fuentes de oxígeno. Por eso mismo, precisamente, proyectos pioneros como este cobran especial importancia en uno de los veranos con más incendios registrados en España.
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