Tuberculosis y perspectiva de género - Cruz Roja
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En el siglo XIX la tisis (como se le llamaba a la tuberculosis) en las mujeres tenía hasta un halo romántico que quedó plasmado en decenas de cuadros de la época y en la literatura.
Marie Duplessis de La Dama de las Camelias, Katerina Ivanova en Crimen y Castigo, Fantine de Los Miserables, son algunos de los casos de esta especie de sueño delirante hacia las mujeres que tenían esta enfermedad. También Giuseppe Verdi enalteció en La Traviata a una heroína que moría lentamente.
La delgadez, la piel pálida, los labios enrojecidos generaron una imagen de belleza en la mujer, hecho que subestimó la gravedad de una infección mortal que por aquellos tiempos no tenía cura.
En la actualidad la tuberculosis es prevenible y curable, aunque todavía está pendiente que el acceso al diagnóstico y al tratamiento sea igualitario.
En 2015 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Agenda 2030 que incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, destinados a mejorar la calidad de vida de toda la humanidad.
El número 5, referido a la Igualdad de Género, reconoce que las mujeres y las niñas son sujetos de discriminación y violencia en todos los lugares del mundo. Que requieren al igual que toda persona, la facilidad del acceso a la educación, al trabajo, a la atención médica y a las decisiones políticas y económicas.
En lo que respecta a la tuberculosis, el género tiene un fuerte impacto en la trasmisión, el acceso a los servicios médicos y al tratamiento, porque a la hora de recibir atención sanitaria las mujeres se deben enfrentar a más obstáculos que los hombres.
Estas limitaciones en muchos casos se deben a las normas culturales, a la percepción de la feminidad, a la explotación sexual o al maltrato, por citar algunas causas.
En relación con las mujeres y las niñas, los retrasos en el diagnóstico y la menor eficacia en la atención pueden deberse al aumento de la estigmatización asociada a la infección y a la falta de integración de los servicios de tuberculosis con otros de salud reproductiva, materna e infantil.
El desempleo también es otro de los factores que impide a las mujeres el acceso al tratamiento o si ya lo están tomando, que lo interrumpan, lo que, a su vez, puede generar tuberculosis multirresistente a los fármacos.
Si bien en edades más tempranas las mujeres tienen más posibilidad de infectarse de tuberculosis, en la edad adulta son los hombres los que más se infectan. En porcentajes totales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay más casos mundiales de tuberculosis en los hombres (64%, lo que equivale a que se infectan dos hombres por una mujer).
La Alianza Alto a la Tuberculosis tiene como objetivo investigar hasta qué punto las respuestas nacionales a la tuberculosis tienen en cuenta los aspectos críticos de la igualdad de género y los derechos humanos.
Lejos de ese halo romántico que tuvo está infección en las mujeres cuando aún se desconocía su gravedad lo cierto es que hoy se cuenta con todas las herramientas y medicamentos necesarios para erradicarla, simplemente hace falta la firme decisión de tirar abajo las barreras que lo impiden.