Defenderse para empoderarse - Ahora
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- Cruz Roja en Melilla está llevando a cabo un taller de defensa personal para mujeres en situación de violencia de género. El objetivo, además de brindarles herramientas y recursos para su autoprotección, es mejorar su bienestar y apoyarles en el fomento de su autoestima.
Reforzar su autoestima, sentirse fuertes y seguras, confiar en sus propias capacidades. Estos son algunos de los objetivos que persigue el taller de defensa personal enmarcado en el programa de Formación e Inserción con compromiso de contratación para mujeres víctimas de violencia de género o de trata y explotación sexual del Servicio Público de Empleo (SEPE) que lleva a cabo Cruz Roja en Melilla. Y es que recuperar la autonomía e independencia económica, emocional y personal resulta esencial para avanzar hacia delante.
Nazart Abdeslam, tutor de artes marciales y defensa personal y miembro del Club Kuro Obi, se ha encargado de impartir este taller. “Queremos transmitirles que pueden enfrentarse a situaciones de agresión, que no son el ‘sexo débil’. Durante la hora del curso lo van viendo y lo van poniendo en práctica, entre ellas, y también conmigo y con algún compañero”, apunta. Más allá de bloquear un golpe o un agarre, o cómo enfrentarse a una agresión desde el suelo (en una situación de mayor indefensión), el empoderamiento resulta clave para que estas mujeres puedan superar situaciones difíciles y complejas y encarar de frente una nueva vida.
“Antes de programar la actividad, se lo planteamos a ellas: si se iban a sentir cómodas. Al haber sido víctimas quizá iban a revivirlo todo demasiado, de forma intensa”, expone Mariví Domínguez, trabajadora social del Programa de Empleo de Cruz Roja en Melilla. Sin embargo, el resultado, según Nazart, no podría haber sido mejor. “Aunque les cuesta, se interesan mucho. Me quedo con su cara de satisfacción, cuando al final de la formación se dan cuenta de que sí pueden plantar cara”, incide.
"Trabajamos la recuperación, la mejora de las habilidades sociales, la gestión emocional, la resolución de conflictos…"
Además de lo anterior, en este programa se indagan también en otras cuestiones como la inserción en el mercado laboral. “Trabajamos la recuperación, la mejora de las habilidades sociales, la gestión emocional, la resolución de conflictos…”, puntualiza Domínguez, ya que “suelen tener un bagaje y contexto difícil”. “Las ayudamos en la búsqueda activa de empleo adaptado a un contexto cada vez más competitivo y digitalizado después de la fase de recuperación (‘yo puedo’, ‘soy capaz de’), les hablamos de los recursos sociolaborales que existen, sobre los derechos que tienen y cómo ejercerlos, les informamos sobre dónde hay trabajo, cómo y dónde buscarlo, los requisitos y demandas de las empresas, les acompañamos para que puedan definir, mover y defender su marca personal, les capacitamos para el desempeño de un oficio…”, añade.
Por eso mismo, también una prospectora se encarga de revisar los puestos de trabajo más demandados en cada momento en la ciudad con el objetivo de orientar a las mujeres del programa hacia ellos. “El primer grupo que tenemos, que ya está en la fase de itinerario formativo, están cursando servicios de limpieza con prácticas; el segundo grupo, que todavía está en esa fase inicial de ‘yo puedo’ y ‘soy capaz de’ (donde hacemos el taller de defensa personal) probablemente hará el itinerario de ayuda a domicilio”, menciona la trabajadora social de Cruz Roja.
Defenderse es solo una de las patas de este programa; seguir adelante con un trabajo estable y nuevas oportunidades en el horizonte, la finalidad última.
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