Eduki publikatzailea

César Bordehore: Proteger la biodiversidad y la sostenibilidad de la producción pesquera en aguas internacionales
GONBIDATUTAKO SINADURA
PROTEGER LA BIODIVERSIDAD Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA PRODUCCIÓN PESQUERA EN AGUAS INTERNACIONALES
César Bordehore
PROTEGER LA BIODIVERSIDAD Y LA SOSTENIBILIDAD DE LA PRODUCCIÓN PESQUERA EN AGUAS INTERNACIONALES
Las aguas internacionales cubren cerca de la mitad de la superficie terrestre. Como norma general son todas aquellas aguas más allá de las 200 millas náuticas desde la costa. Un área enorme que no está bajo la soberanía de ningún país y que alberga tanto áreas de alta capacidad de producción pesquera como ecosistemas y especies únicas.

Son, además, áreas imprescindibles para la supervivencia de cetáceos, tiburones, tortugas, aves marinas y grandes peces pelágicos. Determinadas áreas de gran profundidad albergan especies únicas, surgidas tras millones de años de evolución en condiciones extremas, muchas de ellas todavía ni siquiera descritas, donde además se han configurado ecosistemas con una alta fragilidad, por lo que acusan cualquier impacto o modificación del hábitat, como la pesca de arrastre profundo. Estos impactos sobre el hábitat pueden reducir de manera significativa no sólo la biodiversidad sino la capacidad de producción pesquera durante un largo período de tiempo. 

Los hábitats de corales profundos son extremadamente frágiles y albergan una alta riqueza de especies únicas. La pesca de arrastre puede destruir este frágil equilibrio que tardaría centenares de años en recuperarse o incluso destruirlos para siempre si el impacto es recurrente.

Los hábitats de corales profundos son extremadamente frágiles y albergan una alta riqueza de especies únicas.

Paradójicamente, el derecho internacional no ha tratado convenientemente esta parte significativa del planeta, dejándola a merced de una explotación que no siempre busca la sostenibilidad a largo plazo en sus actividades, en especial la extracción pesquera, la preservación de la biodiversidad o la equidad en el reparto de los bienes comunes. El ejemplo utilizado por Garret Hardin en su artículo “La tragedia de los comunes” para ejemplificar por qué los bienes comunes que pertenecen a una colectividad -los recursos naturales- acaban siendo esquilmados en ausencia de una regulación adecuada cobra aquí toda su vigencia.

No obstante, en relación a las aguas internacionales existe una oportunidad para que esta situación de ausencia de regulación cambie. Durante este mes de agosto de 2021 se celebrarán en Naciones Unidas una nueva ronda para intentar aprobar un nuevo tratado internacional para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica en aguas fuera de las jurisdicciones nacionales. La web oficial de la ONU en relación a las negociaciones del tratado se puede consultar aquí

En relación a las aguas internacionales existe una oportunidad para que esta situación de ausencia de regulación cambie

Este nuevo instrumento jurídico internacional, si llegara a buen puerto, por un lado debería establecer grandes áreas protegidas como garantes de la preservación de puntos de elevada biodiversidad y producción pesquera, y por otro, debería dotar a todas las aguas internacionales de un mecanismo de ordenación de las actividades que asegure la equidad entre naciones, la sostenibilidad y racionalidad de la explotación y la ausencia de impactos negativos significativos sobre la biodiversidad y la capacidad pesquera. Además de la necesaria ordenación, se debería establecer un mecanismo de control de todos los usos y actividades -incluyendo instrumentos de sanción para infracciones-, desde la pesca a la extracción de minerales o las rutas comerciales, entre otras. 

Hay que tener en cuenta que en la actualidad menos del 1% de las aguas internacionales cuentan con alguna figura de protección, cuando las recomendaciones desde el mundo científico es que ese porcentaje se eleve al menos al 30%, y no sólo para las aguas internacionales, también para aguas nacionales las cuales también están protegidas muy por debajo de dicho porcentaje. Sin perjuicio de la necesidad de ahondar en el conocimiento de la distribución de los ecosistemas y especies de interés en alta mar, con la información actual se han identificado 10 grandes áreas por parte de diferentes estudios. En la imagen se puede ver las zonas identificadas como de alto valor para proteger.

En esta imagen se puede ver en azul las áreas de alta biodiversidad y producción pesquera que deberían preservarse para llegar al 30%. En rojo, áreas de interés pero que en la actualidad sufren de una alta presión pesquera y se excluyen de la propuesta de protección. La imagen es de PEW Charitable Trust “A Path to Creating the First Generation of High Seas Protected Areas”, disponible aquí

El establecimiento de zonas de “no pesca”, la preservación de ecosistemas frágiles, pero de gran importancia para el desarrollo de especies comerciales y la adecuada regulación del esfuerzo pesquero en base a criterios científicos, permite obtener el máximo rendimiento pesquero sostenible en el tiempo, sin agotar la capacidad de generar nuevos recursos. Esta es la única solución para evitar la sobreexplotación e incluso el colapso de los caladeros, desgraciadamente una situación bastante común en todo el mundo, tanto en aguas territoriales nacionales como en aguas internacionales.

Cada año que pasa sin la protección de zonas de alto valor en las aguas internacionales se alteran, generalmente de manera irreversible, ecosistemas únicos, que tardarán centenares de años en recuperarse, si es que logran hacerlo.

El pasado mes de junio, un grupo de 20 investigadores de diferentes países firmamos una carta conjunta donde se reclamaba que el tratado que actualmente está negociándose en la ONU para la protección del mar internacional sirva realmente para conservar la biodiversidad, promover un desarrollo sostenible y un uso equitativo de sus recursos, en especial para los países ribereños en vías de desarrollo. Además, este tratado debería proteger también de manera fehaciente los lugares de alta biodiversidad y aquellos que son capaces de sustentar una elevada producción pesquera e incorporar la necesidad de que las actividades humanas sean analizadas a nivel ambiental de manera rigurosa, objetiva, independiente y con transparencia. Para conseguirlo se reclamaba una coordinación adecuada entre gobiernos nacionales, supranacionales, organizaciones y la comunidad científica. 

Cada año que pasa sin la protección de zonas de alto valor en las aguas internacionales se alteran, generalmente de manera irreversible, ecosistemas únicos, que tardarán centenares de años en recuperarse, si es que logran hacerlo.

Este tratado es una oportunidad para conservar la biodiversidad y asegurar la capacidad pesquera del océano para ésta y para futuras generaciones. Por ello, reivindicamos un tratado ambicioso para nuestra generación y las futuras, y que sea capaz de proteger y gestionar adecuadamente la mitad del planeta.

Como parte de la iniciativa, se puede apoyar la protección de los océanos mediante el apoyo a la carta firmando en esta web.

[Foto de cabecera:  John Weller (Pew Charitable Trusts)]

 

* Las opiniones de los colaboradores y colaboradoras que se publican en AHORA corresponden únicamente a sus autores y podrían no coincidir con los valores y principios de Cruz Roja, que fomenta la participación, el debate y la libertad de expresión para contribuir a crear una sociedad plural e informada.

César Bordehore
César Bordehore
César Bordehore es profesor del Departamento de Ecología e investigador del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio ‘Ramon Margalef’ de la Universidad de Alicante. Es también el coordinador de la Estación Científica Montgó-Dénia, desde donde se impulsan diferentes estudios de investigación, tanto básicos como aplicados, relacionados con el medio marino y la modelización de poblaciones y ecosistemas. Atzealdeko Irudia

Eduki publikatzailea

INTERESGARRIA IZAN DAITEKE ZURETZAT

Banner paginas editoriales

IRAKURRI INTERESATZEN ZAIZUNA
Harpidetu gure newsletterra eta aurkitu milioi bat istorio txiki.