Padre siciliano y madre andaluza. Juan Carlos Di Pane (Argentina, 1971), afincado en España desde 2002, siempre tuvo desde pequeño dos pulsiones que convergen en una única motivación, tratar de ayudar, sobre todo al que lo pasa especialmente mal, por diferentes motivos. 
Por ello ha bailado toda su vida entre la Psicología Clínica y el Arte, pero arte como forma también de cambiar las cosas: “no concibo el arte si no hay un porqué y un para qué”, apunta el argentino.
Di Pane expone estos días una de sus ilustraciones en la muestra ‘La Vida en Positivo’, que organiza la ONG CESIDA (Coordinadora estatal de VIH y sida) en el espacio cultural StudioRGF de Madrid (Calle Arriaza, 11) y que se puede visitar hasta el 14 de diciembre. La exposición colectiva reúne más de cien obras de artistas, ofreciendo una mirada inclusiva y comprometida en torno al VIH y la vida en positivo
Y, sobre VIH, Di Pane sabe un rato. De hecho, trabaja desde hace tiempo en el Servicio multicanal de información sobre VIH, otras Infecciones de Transmisión Sexual y Tuberculosis de Cruz Roja. Un servicio que ofrece información de forma anónima, confidencial y gratuita.

Charlamos unos minutos con Juan Carlos sobre VIH, arte, estigma, ignorancia, tratar de cambiar las cosas...
 

Juan Carlos, ¿cuándo empieza tu relación con Cruz Roja Española?

Comenzó en 2002, llego a España gracias a una beca docente y me hago voluntario de Cruz Roja Salamanca, incorporándome luego como técnico en el programa de Atención a Inmigrantes y Refugiados. Una experiencia preciosa, allí pude aplicar mis conocimientos sobre mediación intercultural.

 

Actualmente, ¿cuál es tu vinculación con Cruz Roja?

En agosto de 2019 me trasladé a Madrid y comencé a trabajar con Cruz Roja Juventud en su proyecto ‘Sobre Drogas’. Y, finalmente, me incorporé al equipo del Servicio multicanal de información sobre VIH, otras Infecciones de Transmisión Sexual y Tuberculosis de Cruz Roja en la sede central.

 

Este Servicio ofrece información de forma anónima, confidencial y gratuita a través de distintos canales. ¿Es eso lo más importante? ¿Quién lo integra?

Yo diría que, además de la información, que sigue siendo fundamental, una de las claves del servicio es la sensibilización. Lanzamos muchas campañas que tienen precisamente este fin, sensibilizar, sensibilizar para desmontar el estigma que siguen sufriendo las personas que viven con VIH. El equipo lo integramos siete personas, que nos apoyamos constantemente.

 

Estamos en 2024. ¿Crees que es necesario este servicio en relación al VIH, que todo el mundo conoce ya?

Completamente, se está bajando la guardia, y mucho, en la prevención de las ITS en general, hecho que afecta a toda la población. Y, sí, sigue existiendo además mucho desconocimiento sobre este virus, y mucho estigma.

 

¿Qué es lo mejor de tu trabajo en el Multicanal?

Sin duda alguna, el poder trabajar con las personas, con la gente.

 

Salimos de Cruz Roja Española. Allí encontramos a otro Juan Carlos, el artista.

Sí, desde muy pequeño me interesé por el arte y, de hecho, me formé en Argentina en un bachillerato de Artes Plásticas, en un centro de educación secundaria experimental, que me abrió los ojos. Allí fue donde tomé contacto con la psicología, que fue la carrera en la que terminé licenciándome. Digamos que, en casa, no apoyaron mucho mi vocación artística. Pero, tras un tiempo como psicólogo clínico, quise tomar distancia. Y empezaron los pequeños proyectos como ilustrador.

 

¿Qué pretendes con tus obras?

Simplemente, contar cosas. Para mí la ilustración es narrar a través del dibujo. Y no sólo eso, yo no concibo el arte si no hay un porqué y un para qué, ahí sale mi vena activista. Desde luego, también puede ser muy válido concebir el arte como entretenimiento, como disfrute.

 

Una de tus ilustraciones ha sido seleccionada para una muestra colectiva que organiza CESIDA, ‘La Vida en Positivo’ y que se puede visitar hasta el próximo 14 de diciembre en el espacio cultural StudioRGF, en la calle Arriaza 11 de Madrid. En tu ilustración, que impacta, se aprecia a una mujer, como la de los antiguos carteles de los hospitales, que manda callar y que tiene un escorpión en el hombro. ¿Qué hay ahí?

La obra la he llamado ‘R-EVOLUCIÓN’. El dedo sobre la boca de la mujer, sin ojos, es el silencio, la ignorancia, los intereses creados por un sistema que prefirió repartirse el pastel, fomentando la desconfianza, la discriminación, la marginación y el señalamiento de colectivos concretos como chivos expiatorios. El escorpión rojo es el símbolo casi secreto que, al comienzo de la pandemia, muchas personas con VIH se tatuaban para reconocerse entre ellas. Pero el fuego que destruye todo deja paso a manos, de colores, que muestran compromiso y distintas maneras de vencer el estigma, de acompañar, de dar y de pedir ayuda.

 

Juan Carlos, ¿tú crees que una ilustración o una imagen puede cambiar las cosas?

Sí, pero para bien o para mal, la Historia nos lo ha enseñado.