"La soledad no deseada puede afectar a cualquier persona a cualquier edad" - Illes Balears
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Nuestra compañera Marta Mateu, licenciada en psicología, comenzó su trayectoria en Creu Roja a través del voluntariado realizando talleres de estimulación cognitiva para personas mayores. Tras siete años de dedicación a este programa, en 2022 decidió embarcarse en un nuevo reto como Técnica de Inclusión Social del Projecto CRECE en Balears.
¿En qué consiste el Proyecto CRECE?
CRECE es un proyecto de innovación y experimental que surge para contribuir a la transformación de los modelos de apoyo y cuidados de larga duración para prevenir la institucionalización y potenciar la desinstitucionalización de personas con dificultad social.
Partimos de tres ideas principales: estudiar la soledad no deseada para encontrar nuevas maneras de atenderla, visibilizar que es un fenómeno social (y no individual) complejo que puede afectarnos a todos y a todas y que debemos trabajar con la comunidad para potenciar los apoyos efectivos contra este problema.
¿Cómo se lleva a cabo?
Nuestro ámbito de trabajo es en Palma y en Marratxí, donde atendemos a cualquier persona solo, aunque trabajamos con tres grupos de población: personas sin hogar, mujeres en dificultad social y personas mayores. Promovemos la conexión de estas personas con otras personas y con su entorno.
En nuestro trabajo con las personas, nos enfocamos en ofrecer estrategias que les permitan sentirse más acompañadas. Realizamos actividades individuales, grupales (tanto dentro como fuera de Creu Roja) y comunitarias, con el objetivo de conectar a las personas entre ellas y con los recursos de su entorno más próximo. Organizamos salidas, actividades culturales y talleres para fomentar el empoderamiento de las personas y la conexión entre ellas.
En nuestro trabajo con la comunidad, colaboramos con las diferentes entidades y administraciones presentes en el territorio y con otras áreas de Cruz Roja para lograr abordar mejor el tema que nos ocupa.
¿A qué situaciones os soléis enfrentar?
Nos enfrentamos a situaciones difíciles, donde inicialmente resulta complicado que los participantes se abran. Es crucial construir un vínculo de confianza desde el principio, permitiendo que las personas reconozcan y compartan su sentimiento de soledad.
Inicialmente, abordamos la soledad a través de talleres específicos, pero notamos que era una situación difícil de aceptar y compartir sin haber establecido previamente un cierto clima de confianza. Por ello, empezamos con actividades atractivas en las que se pudieran crear vínculos, para luego poder llegar a abordar la soledad.
A partir de aquí, nos encontramos con algunas personas que han experimentado la soledad no deseada a lo largo de toda su vida, personas que han vivido situaciones traumáticas por diferentes factores, por ejemplo, al emigrar a un nuevo país, personas que escapan de situaciones de violencia o que se enfrentan a la pérdida de un ser querido. En definitiva, nos damos cuenta de que la soledad no deseada, puede afectar a cualquier persona en cualquier momento vital, sobre todo si está pasando por una situación complicada.
¿Cómo iniciamos el contacto con estas personas?
Empleamos todas las vías disponibles para facilitar el acceso de las personas al programa. Organizamos actividades para difundir el proyecto y sensibilizar a la comunidad, con la esperanza de llegar a aquellos que podrían beneficiarse. Además, recibimos derivaciones directas y colaboramos estrechamente con Creu Roja y con otras entidades para identificar a personas que se encuentren en esta situación.
¿Está creciendo el número de jóvenes que se sienten solos?
Cada día se hace más evidente que la soledad no deseada no es exclusiva de las personas mayores, desmintiendo así una creencia arraigada. De hecho, los últimos estudios muestran un preocupante aumento en los niveles de soledad en los jóvenes. Este fenómeno, en parte atribuido a la omnipresencia de internet y las redes sociales, revela una paradoja: aunque estén hiperconectados virtualmente, muchos jóvenes están perdiendo la conexión cara a cara.
¿Cómo está conformado el equipo en Balears?
Nuestro equipo está compuesto por cuatro trabajadoras. Contamos con dinamizadoras comunitarias distribuidas en diferentes territorios. En el distrito centro, contamos con Mireia Millet, trabajadora social; en el distrito norte de Palma, tenemos a Andrea Planas, pedagoga; mientras que, en Marratxí, contamos con Amanda Desmet, animadora sociocultural.
Tras casi dos años de actividad, ¿cuál es el resultado que estáis viendo?
Hasta el momento, hemos atendido a cerca de 250 personas. Hemos logrado abordar con ellas esta problemática tan compleja, pero aún queda mucho por hacer.
La soledad no deseada es un problema más social que individual, que va en aumento y conlleva un coste social significativo, ya que afecta tanto a la salud física como mental, además de implicar un estigma social. Este estigma puede dificultar que las personas compartan abiertamente su situación, ya que pueden ser juzgadas por ello.
Trabajamos también con los profesionales y la ciudadanía, ya que entendemos que todos y todas somos corresponsables ante la soledad no deseada.... ¡Hagamos Comunidad!
*CRECE está financiado por los fondos de Next Generation de la Unión Europea a través del del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.