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Unos minutos con...

Adrián Piqueras

SUBTÍTULO - ADRIÁN PIQUERAS

“La animación tiene esa cualidad especial de romper con moldes y de explorar nuevas vías de contar historias”

CWB - ADRIÁN PIQUERAS

Adrián Piqueras, animador que ama animar lo inanimado


Seguro que alguna vez has pensado, frunciendo el ceño, cómo se hacen esas películas en las que los personajes son de plastilina, cómo pueden lograr que anden, bailen o realicen las más imposibles piruetas.

Otros, además de pensarlo, se ponían a ello, desde muy chiquitos. 

Adrián Piqueras es uno de ellos. Después de disfrutar de las series o películas de stop motion (animación fotograma a fotograma), él se encerraba en su cuarto moldeando trocitos de plastilina y grabándolo todo con una pequeña cámara.

Cruzrojero desde los 6 años, también lleva su mochila solidaria allá donde le llevan las producciones en las que participa. La última, el largometraje ‘Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas’, de los estudios Aardman.
 

CWB - ADRIAN PIQUERAS

Adrián, ¿qué te lleva a convertirte en animador de stop motion? ¿Cuándo y cómo surge esta ‘vocación’?

Para mí esta vocación surge desde que soy capaz de sostener un cámara de video. A pesar de ser un niño bastante activo al que le encantaba jugar fuera y dentro de casa e inventar sus propios universos, también fui ávido consumidor de dibujos animados los sábados por la mañana. Vivía fascinado por todos esos coloridos personajes e historias que muchas veces desafiaban a la lógica y los límites del humor y lo políticamente correcto.
Tuvimos la increíble suerte de contar con una cámara de vídeo en casa desde muy jovencito. A pesar de ser el cuarto de cinco hermanos, siempre que podía me escapaba por mi cuenta a mi habitación a modelar pegotes de plastilina y crear pequeños ‘sketches’ cómicos (o más bien sin sentido) de animación cuadro a cuadro. Para ello, simplemente tenía que arrancar y parar la grabación manualmente siempre que necesitaba cambiar ‘mágicamente’ de posición a mis protagonistas. Con el tiempo fui refinando y sofisticando mis historias, plagiando series y películas en clave de humor. Así surgió esta afición que me ha llevado a estar donde estoy a dia de hoy.

 

¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo?

Animar, modelar, dibujar y actuar (a veces debemos realizar nuestras propias referencias en vídeo a modo de referencia) son de las pocas que consigue hacer que me ancle al presente. La capacidad de concentración que desarrollo durante la ejecución de mi trabajo difícilmente la encuentro en otras actividades. Para mí la animación es una herramienta perfecta para expresar todo lo que me interesa y llevo dentro.

 

¿Cuál es tu próximo reto profesional en este ámbito?

Ahora que tendré unos meses de ‘pausa’ entre proyectos, me encantaría poder desarrollar proyectos personales con enfoque social. Mi pareja y yo tenemos entre manos un proyecto de libro de poesía antirracista en el que quiero colaborar con imágenes híbridas entre ilustración y fotografía. Para mí el reto será desarrollar el estilo del personaje protagonista y convertirlo en un personaje ‘posable’ que poder fotografiar, y si hay tiempo, realizar alguna pieza animada con él. Creo que la animación tiene esa cualidad especial de romper con moldes y de explorar nuevas vías de contar historias en las que otros medios como la acción real, el teatro, la literatura o la imagen fija, pueden verse más limitados a la hora de crear metáforas visuales y cautivar a su audiencia.

 

Una curiosidad. ¿Cuánto tiempo se tarda para hacer 5 segundos de una película de animación? ¿No es un poco una locura?

De media, en películas tardamos un día (8h) en realizar de 1 a 3 segundos de animación. Aquí el nivel de calidad y detalle de la animación es más exigente que en proyectos para series, donde por lo general se suelen rodar una media de 6 segundos al día. Aunque todo esto es siempre relativo dependiendo de la experiencia de quien anima y de la cantidad de personajes en plano, dialogo, acción etc.
Y sí, es bastante locura como podéis ver, pero nos encanta nuestro trabajo. De hecho, hay un homenaje muy bonito al final de la película ‘Boxtrolls’, del estudio Laika, en la que dos personajes hablan de lo loco que sería que alguien estuviera a cargo de tener que moverlos a cada segundo… A mí me brincó el corazoncito cuando la vi en el cine.


 

Vamos con tu 'vertiente' más solidaria. ¿Cuándo y por qué te haces voluntario de Cruz Roja?

Entré a formar parte de Cruz Roja juventud junto con mis hermanos a la tierna edad de 6 años. Imagino que mis padres buscaban tener un poco de espacio para ellos los domingos por la mañana y, si además era en un ambiente saludable en el que aprender valores solidarios a través del juego con otros niños y niñas del vecindario, ¡mejor que mejor!
Con los años fuimos creciendo en las actividades de Ocio y Tiempo Libre y campamentos de verano y a los 16 años mi hermana Laura y yo empezamos nuestro prevoluntariado, asistiendo a nuestros monitores en otras actividades de OTL, ludotecas, encuentros de atletismo con jóvenes con diversidad funcional. El tiempo fue pasando y conforme íbamos creciendo pasamos de ser monitores de OTL de nuestro municipio a formadores en la Escuela de Tiempo Libre de Cruz Roja Juventud, y miembros de nuestro consejo local como secretario y directora de Juventud de la asamblea local de Majadahonda-Las Rozas.

 

¿Alguna experiencia especialmente grata de esta etapa?

Además de todos y cada uno de los campamentos de verano y Escuales de Juventud en los que participé con mis amigos y mi hermana; un momento bastante increíble fue poder participar con ella en la ‘Fiaccolata’ de Solferino. Esto fue posible gracias a un cortometraje solidario que hicimos juntos.
Poder viajar a Italia y conocer a tanta gente maravillosa de distintas partes del mundo, gente con tus mismas ganas de crear un cambio y mejorar la vida de otras personas dando su tiempo, energía y habilidades por una buena causa. Nunca olvidaré la imagen de la ‘lengua de fuego’ creada por los cientos de personas voluntarias que caminamos para celebrar el origen de tan importante movimiento internacional.

 

¿Volverás a Cruz Roja de alguna forma?

Tuve que dejar la institución para poder centrarme en mis estudios y desarrollar mi perfil profesional en el mundo de la animación. Fue una decisión dura, y recuerdo con mucho cariño la genial fiesta de despedida que hicimos en mi asamblea local. Echo mucho de menos el voluntariado y la acción social directa y, si volviera, sin duda sería aplicando todo lo que he aprendido estos años tanto en el campo creativo como en el personal. El mundo del stop motion es bastante nómada, ya que debo desplazarme allí donde están los estudios que realizan las películas, lo que hace que sea un poco difícil tener tiempo libre entre mudanza y mudanza, pero sin duda, la idea del voluntariado sigue rondando mi cabeza a diario.

 

Adrián, ¿hay algo de Cruz Roja en el trabajo que llevas a cabo? ¿Crees que se plasma de alguna manera?

En Aardman (la empresa para la que trabajo desde 2016) he formado parte del Comité Social y del departamento de Igualdad, Diversidad e Inclusión, donde organizo actividades como el desfile del Orgullo y realizo talleres creativos para asociaciones que trabajan con jóvenes en riesgo de exclusión social.
El proyecto más loco consistió en formar parte de los ‘Aardriders’, un grupo ciclista aficionado que junto con la ONG de la empresa ‘The Grand Appeal’ realizamos un viaje en bicicleta de Londres a París en 5 días para recaudar fondos para el Hospital Infantil de Bristol. Para ello organizamos un montón de actividades sociales dentro y fuera del trabajo como ‘noches de micro abierto’, venta de pasteles, limpieza de coches, trivials, subastas de arte etc. Llegamos a recaudar en total la suma de más de 46.000 libras.

 

¿Cuándo una producción de stop motion a beneficio de Cruz Roja?

El caso es que, ya en su día, realicé algunas animaciones stop motion para promocionar Escuelas de Primavera y Otoño de la comunidad de Madrid. Aunque sin duda, mi obra más recordada por el voluntariado de mi ‘quinta’ fue mi parodia de cierta super producción de James Cameron para promocionar las elecciones de Cruz Roja Juventud Bajo el título ‘Avotar’.
¡Sería un sueño poder crear una pieza animada para Cruz Roja, sin duda!
Me encantaría participar en alguna campaña solidaria ahora que ya estoy un poco más establecido en la industria de la animación, pudiendo así aportar mi granito de arena (o de plastilina en este caso) para ayudar a otros y promover el cambio. ¿Cuándo empezamos?