Hay muchas situaciones en que las mujeres se pueden encontrar más vulnerables frente al VIH como son la violencia o la desigualdad de género. Debido a ello tienen menos recursos, derechos e información para acceder a las medidas preventivas necesarias.
Además, por sus características biológicas son más frágiles con respecto al VIH debido a que la vagina tiene una amplia superficie que puede estar expuesta y facilitar la infección.

En los casos de las mujeres que han contraído el VIH es más frecuente que surjan otras infecciones más duraderas y recidivas (que vuelven a aparecer) como la vaginosis bacteriana y la enfermedad pélvica severa. También pueden sufrir mayor riesgo de osteoporosis (pérdida de masa ósea) y cáncer de cuello de útero.

Embarazo

La posibilidad de infectar al bebé (trasmisión vertical) se puede dar si la madre ya tenía el VIH al quedarse embarazada, si la infección aguda ocurre durante el embarazo (mayor riesgo) y después de nacer a través de la leche materna.

Para evitar que la trasmisión vertical se produzca lo primero e imprescindible es saber que la madre tiene VIH para tratarla con antirretrovirales y que la infección no progrese durante el embarazo. En los primeros 15 días de nacer se puede saber si un/a bebé tiene el virus.

Al margen de que la infección se haya producido antes o durante el embarazo es importante el seguimiento médico ginecológico y de especialistas en el VIH.

Tratamiento

El tipo de tratamiento antirretroviral será diferente para las embarazadas con respecto a las que no lo están.

El inicio de la terapia va a ser similar en las embarazadas como en las que no lo están, lo que cambiará serán los tipos de fármacos a utilizar según la situación.

El futuro inmediato

En el ámbito mundial se calcula, según la ONU que, actualmente, dos de cada cinco mujeres de 15 a 49 años, y que están casadas o en pareja, no pueden tomar sus propias decisiones sobre sus relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y salud reproductiva. Esta es una realidad que se pretende cambiar.

Es indudable que las mujeres tienen características y necesidades diferentes frente al VIH y por eso es necesario establecer estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento adaptadas a ellas.

En España, como en otros países europeos, el porcentaje de mujeres con infección por VIH ha sido siempre inferior al de los hombres.
Entre los datos a destacar, obtenidos en 2018, el ministerio de Sanidad concluye en que el diagnóstico de VIH en las mujeres sigue siendo tardío y aunque han disminuido los casos, ese descenso es menos pronunciado.

Las acciones a seguir para lograr una mejor cobertura las podemos resumir en las siguientes:

1. Realizar a las mujeres la mayor cantidad posible de pruebas de VIH y demás ITS, concienciando sobre las prácticas de riesgo que en muchas ocasiones no se perciben como tales.

2. Considerar a la salud sexual como parte prioritaria de la atención médica para valorar de una forma más precisa el riesgo individual.

3. Promocionar la información y consejo sobre la infección por VIH y de otras ITS en los distintos ámbitos sanitarios y comunitarios, para llegar al mayor número posible de mujeres. 

Los 193 países que hace siete años se comprometieron a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (OSD) de la Agenda 2030 tienen claro que para terminar con las injusticias una de las metas es:

Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas, derribando barreras que impidan que haya mayor diversidad en puestos de responsabilidad o formando para enfrentar a los sesgos inconscientes.

Fuentes:

¿Cómo afecta el VIH a las mujeres? | NICHD Español (nih.gov)
El VIH y las mujeres | NIH
GUÍA PRÁCTICA SOBRE EMBARAZO E INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA (sanidad.gob.es)

Ministerio de Sanidad

InformeMujeres2018.pdf (sanidad.gob.es)