Un abrazo en medio del volcán - Ahora
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- Marcos, Juan y Giovanni. Esos son los tres nombres que protagonizan una de las imágenes más compartidas del momento: un abrazo en el tejado de una casa en La Palma, mientras el volcán escupe lava de fondo. Esta es su historia.
A Juan las imágenes del volcán estallando en La Palma le sobrecogieron. Unido a Cruz Roja desde que tenía 8 años (“en mi primer carnet pone 23 de mayo de 1984”, precisa), se ha enfrentado a otros muchos desastres de la mano de la Organización. Uno que le tocó especialmente de cerca fue el de Lorca, a unos 130 kilómetros de distancia de Jumilla (Murcia), donde nació y reside. En el camino, ha habido otras catástrofes. Las recuerda con claridad. Pese a todo, no dudó en utilizar sus 9 días de vacaciones para coger la maleta y poner rumbo a La Palma. Técnico en Emergencias Sanitarias y parte del ERIE (Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias) de la Comunidad de Murcia, se enteró de que necesitaban manos para ayudar. Y no dudó. “Mi afición es Cruz Roja”, reconoce.
Giovanni (en realidad Juan, aunque todos sus amistades utilizan su apelativo en italiano) recibe la llamada de AHORA de camino a una zona de La Palma. “Quizá se corte la llamada”, advierte. Él es parte de las Brigadas Forestales del Cabildo de Tenerife y cuando se enteró de que se requerían personas voluntarias, también pidió unos días de vacaciones para desplazarse. Hace dos semanas ya visitó La Palma y, cuando hablamos con él, nos cuenta que acaba de regresar para exprimir otros cinco días que ha solicitado. “Según cómo esté el día, hacemos limpieza, acompañamiento… también depende del tiempo, porque no siempre podemos entrar en ciertas zonas”, explica. El teléfono, como ya había previsto, pierde la cobertura en tres ocasiones.
Juan y Giovanni estaban limpiando el tejado de una casa en La Palma cuando Marcos inmortalizó un momento muy especial
Ambos, Juan y Giovanni, coincidieron limpiando el tejado de una vivienda con el volcán de Cumbre Vieja, temible, de fondo. Allí también se encontraba Marcos, bombero forestal en Tenerife y amante de la fotografía. En su caso, era la primera vez que hacía voluntariado, aunque admite que “me voy a quedar en él. Ha sido un tortazo de realidad y humildad para mí”. En un momento dado, mientras Marcos registraba lo que sucedía a través de su lente, Juan y Giovanni se fundieron en un abrazo, captando una imagen que se ha convertido en todo un icono de compañerismo. Un símbolo de esa unión que representa Cruz Roja y que ha saltado de pantalla en pantalla. Hoy, ya es parte de lo sucedido en la isla. “Esa foto representa lo que vivimos en La Palma”, señala Marcos.
Resistir, un verbo en plural colaborativo
Los tres atesoran momentos gratificantes y duros de su experiencia en La Palma. Si echa la vista atrás, Marcos puede señalar perfectamente el episodio que más le ha marcado: el que vivieron en el colegio de Mayantigo, situado en los llanos de Aridane. Allí se desplazaron para limpiar de cenizas el patio. “Los niños estaban dentro aplaudiendo. Fue bastante emocionante. Una de esas escenas que te pone los pelos de punta”, indica. Giovanni también expresa que ese momento le cautivó. “Los niños y niñas nos decían ‘gracias, gracias, gracias’. Es una de esas cosas que te llenan”, alega. Juan, por otro lado, agradece el acogimiento de la gente, en general, en todas las zonas de La Palma. “Encima que lo han perdido todo… están ahí para lo que les pidas. No tengo palabras”, dice.
Los momentos duros, precisamente, residen en esas conversaciones que han mantenido los tres con los y las habitantes de La Palma: aquellas personas que han perdido toda su vida. “En mi caso, tengo suerte porque luego vuelvo a la península, a mi casa, y todo sigue igual”, reflexiona Juan. “Pero no es así para ellos. Creo que ese va a ser el gran reto, el gran trabajo que tendremos que hacer: ver cómo reinsertar a la gente que lo ha perdido todo”, agrega. Y no es tarea fácil.
“Creo que ese va a ser el gran reto: ver cómo reinsertar a la gente que lo ha perdido todo”
Coincide con su testimonio Marcos. “Me impactó mucho lo que nos contaba la gente. Yo, personalmente, no estoy acostumbrado a hablar directamente con personas que lo han perdido todo. Se les bañaban los ojos contándonoslo. Realmente no sé de dónde están sacando la fuerza”, confiesa. Por todo ello, los tres protagonistas del abrazo de La Palma apuntan hacia el apoyo emocional como el principal sustento y refugio ante una situación de estas características.
Para Marcos no es demasiado nuevo: “Nosotros estamos acostumbrados a los incendios forestales, a jornadas de más de 10 o 12 horas”, matiza. Aun así, le sorprendió, para bien, el compañerismo. “El conocer gente de todas partes, cómo nos acoplamos, el buen rollo que había, estar juntos. Y lo que más me impresionó, que después del cansancio final al terminar la jornada, quedábamos para cenar. Eso me gustó mucho”, admite.
Para Giovanni también resulta esencial el respaldo: “Alguien se debilita por algo y las personas que se encuentran más fuertes de ánimos, le apoyan. A todos nos puede pasar. Así es cómo vamos superando el día a día”. La conclusión viene por parte de Juan. Su sentencia resulta definitiva para entender el abrazo de La Palma y todas las manos que, día a día, se esfuerzan por ayudar: “Si no hay apoyo emocional, no se puede”. Sin abrazos, sin compañerismo, todo sería peor.
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