Acogimiento Familiar: mucho más que una familia temporal - Ahora
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Johanna y Enoc, junto a sus hijos Samuel y Emma de 14 y 11 años, son una de las 330 familias de acogida que forman parte del programa Familias Acogedoras de la Xunta de Galicia que gestiona Cruz Roja. Llevan desde 2015 acogiendo y proporcionando un núcleo familiar estable a niños y niñas que por diversos motivos no pueden desarrollar su vida con su familia de origen. En este momento dos hermanos viven en la actualidad con Johana, Enoc, Samuel y Emma bajo esta modalidad de cuidado alternativo que prevé el sistema de protección a la infancia.
En ocasiones se hace complicado garantizar que grupos de hermanos puedan estar juntos en un sistema de acogida familiar alternativo. Por eso, la generosidad de esta familia gallega a la hora de acoger es todavía mayor. No es la primera vez que lo hacen. Ya tienen experiencia con dos mellizas de tres años que se quedaron con ellos hasta que cumplieron los cinco. Después llegó un bebé al que su madre había renunciado al dar a luz, al que cuidaron mientras se tramitaba su adopción. Hoy, tienen bajo su cuidado a dos hermanos, de 7 y 10 años. “Aunque cada caso es diferente y no tenemos con qué comparar, lo que se percibe, sobre todo, es que los hermanos se apoyan entre ellos”, cuenta Johanna. Un apoyo que puede ser de gran ayuda a la hora de favorecer la recuperación emocional de los niños y niñas ante la separación de los padres biológicos.
“Aunque cada caso es diferente y no tenemos con qué comparar, lo que se percibe, sobre todo, es que los hermanos se apoyan entre ellos”
Los niños y las niñas que entran en programas de familias de acogida lo hacen por muchos y muy diferentes motivos: “Puede que los padres no puedan cuidarlos de manera temporal y hayan pedido una guarda porque la situación de pobreza extrema hace insostenible poder encargarse de ellos, o porque se sospecha de alguna otra circunstancia -adicciones, casos en los que los familiares han dejado al niño al cuidado de terceras personas, negligencias…-.”, explica José.
En España hay casi 50.000 niños, niñas y adolescentes bajo el Sistema de Protección a la Infancia, 2.375 están en Galicia. De ese total, 21.000 se encuentran en recursos residenciales y buena parte de ellos buscan familia de acogida en estos momentos. Johanna y Enoc comenzaron a acoger hace seis años, pero sus respectivas familias ya participaban en estos programas cuando ellos eran pequeños en sus países de origen, según explica Johanna: “Somos de familias grandes y desde que nos casamos teníamos claro que queríamos acoger. Después de tener a nuestros dos hijos nos planteamos si tener otro o hacer acogimientos, y nos decantamos por la última opción”.
La importancia de que te cuiden
Las familias solidarias que acogen a niños, niñas y adolescentes, son esenciales en la educación, crecimiento y protección de los mismos hasta que pueden volver con su familia biológica o se determine otra forma de cuidado de carácter permanente. Son una alternativa de convivencia a los recursos residenciales de los que dispone el Estado a través de las Comunidades Autónomas. Una oportunidad para que estos niños y niñas que generalmente se han enfrentado a circunstancias difíciles crezcan en un entorno afectivo que compense las carencias afectivas o materiales vividas anteriormente. “Ser familia de acogida es abrir tu hogar a niños y niñas que lo necesitan. Les ofrecemos un entorno más familiar y más normalizado que un centro, al tiempo que están siempre con las mismas personas”, explica Enoc. “Si tienes gente que se ocupa de ti, tus necesidades básicas están cubiertas. El fin del acogimiento es brindar un hogar, dar una rutina, enseñar a tener valores, ayudar en el hogar... Pero también es dar la oportunidad para que su familia se reestructure o que se mejore si hay problemas de algún tipo”, añade.
Cuando una familia solidaria acoge, desde Cruz Roja se les brinda todo el apoyo, soporte y acompañamiento que puedan necesitar a lo largo del proceso: desde la entrevista informativa inicial en la que a las familias se les explica el proyecto, hasta la despedida de un niño o niña acogido, pasando por las fases de valoración, formación, preparación del acogimiento, seguimiento y finalización. En palabras de Enoc: “Cruz Roja siempre ha estado para orientarnos. Siempre están abiertos a cualquier dificultad para que les consultemos y están pendientes de nosotros. Nunca nos han dejado nada sin resolver”.
Posiblemente la parte más complicada es la despedida. “Con los niños más mayores es diferente porque desde el momento que le dices ‘yo no soy mamá’, le estás marcando una temporalidad de la relación. Nosotros les vamos preparando cuando va llegando la fecha mandando sus juguetes a casa en las últimas visitas y les hablamos sobre si les apetece volver con sus familias”, cuenta Johanna.
En la actualidad, el proyecto de Acogimiento Familiar de Cruz Roja atiende anualmente a más de 4.800 personas, de las que más de 2.800 son familias de acogida y más de 1.900 son niñas, niños y adolescentes en acogimiento. Además, el servicio multicanal SerAcogedorA, una plataforma online creada específicamente desde el proyecto de acogimiento familiar de Cruz Roja, permite que cualquier persona interesada pueda resolver sus dudas o buscar información de la mano de profesionales.
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