En el post de hoy vamos a hablar de uno de los tratamientos a los que podemos optar si tenemos una práctica sexual de riesgo frente al VIH: la Profilaxis Post Exposición (PPE).

Consiste en la toma de fármacos antirretrovirales durante 28 días, después de una posible exposición al virus. Debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores y lo ideal sería hacerlo en las 6 primeras.

Es una medida excepcional que debe ser consensuada entre médica/o y paciente para evaluar riesgos y beneficios, no garantiza totalmente que la infección no ocurra y genera efectos secundarios para la salud.

Además de la Profilaxis Post Exposición Ocupacional existe la No Ocupacional (PPENO). De ambas os vamos a hablar ahora. El tratamiento es el mismo, lo único que cambia es el lugar y la situación en la que se produce el riesgo.

No ocupacional

Es la exposición que sucede fuera del ámbito laboral cuando:

• Se rompe el preservativo.

• No se utiliza el preservativo durante las relaciones sexuales.

• Se es víctima de una violación o abuso sexual.

• Nos pinchamos con una jeringa usada (accidentalmente o no).

• Si compartimos jeringas u otro equipo de inyección de drogas.

En la exposición no ocupacional la vía sexual es, con mayor diferencia, la más frecuente siempre que hablemos de relaciones consentidas.
Cuando se trata de prácticas sexuales no consentidas si se produce sangrado o hay menstruación aumenta bastante el riesgo de infectarse por laceraciones genitales y/o anales.

Ocupacional

La Profilaxis Post Exposición Ocupacional (también cabe llamarla laboral) se prescribe cuando alguien que trabaja en el ámbito sanitario sufre un accidente que pueda derivar en riesgo de infección de VIH. Se incluyen el personal médico, de enfermería, auxiliar y técnico, dentistas, higienistas dentales, celadores/as y farmacéuticos/as…  

Cualquiera que esté en contacto cotidiano con sangre y otros fluidos biológicos (tejidos, órganos, cultivos celulares), equipos o superficies que puedan estar contaminados con VIH) podría necesitar este tratamiento.

A pesar de todas las medidas que se han implementado para evitar estos accidentes sigue habiendo casos. Por eso, la vacunación contra la hepatitis B y los cuidados post exposición constituyen medidas fundamentales para la protección del personal sanitario.

Evaluación del riesgo

En España la Profilaxis Post Exposición No Ocupacional se solicita a través del médico/a de urgencias de un hospital público. Es quien deberá considerar los factores para recomendarla o no.

En los casos que el riesgo sea alto estaría recomendada, en los de bajo riesgo podría ser considerada y en los de riesgo mínimo no se recomendaría.

Efectos secundarios

La medicación que se toma durante la PPE comprende antirretrovirales que pueden causar efectos secundarios (generalmente leves) como malestar estomacal, mareos, dolores de cabeza, diarrea y cansancio. Si se diera la situación en que estos inconvenientes nos hicieran dejar de tomar los fármacos inmediatamente tenemos que ponernos en contacto con el médico que nos haya prescripto el tratamiento. No debemos olvidar que no podemos interrumpirlo sin el asesoramiento profesional.

Seguimiento

La profilaxis debe tener un seguimiento minucioso (clínico, analítico y de apoyo psicológico) a cargo de profesionales especializados en ITS y tampoco se debe utilizar en reemplazo de la prevención para evitar la infección por VIH (uso correcto del preservativo, no intercambiar ni compartir jeringuillas, etc.).

Aparte del VIH deben ser valorados VHB, VHC y otras ITS. En el momento inicial habrá que hacer una analítica general que incluya hemograma completo y bioquímica (perfil renal y hepático) y a las mujeres un test de embarazo.

Además, es prioritario tomar la medicación tal como nos lo indiquen y debemos abstenernos de donar sangre o semen hasta que se descarte definitivamente la posible infección.

En síntesis

Para finalizar el post de hoy, os recordamos que después de terminada la profilaxis es necesario hacerse una prueba de detección de VIH, respetando el periodo ventana que indique la misma.

La PPE no se aconseja a personas que tengan prácticas de riesgo repetidas. Pero no olvidéis que una adecuada prevención y relaciones sexuales protegidas son el mejor remedio para evitar cualquier tratamiento.

Esperamos que la información haya sido de vuestro agrado.