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Las huellas de Filomena

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LAS HUELLAS DE FILOMENA

Las huellas de Filomena
Hacía 50 años, desde 1971, que no se producía una borrasca similar en España que, además de dejar imágenes para el recuerdo, ha tenido graves consecuencias para las personas y comunidades que se han visto afectadas. Desde la Comunidad Valenciana a Aragón, pasando por las dos Castillas y Madrid, donde todo quedó paralizado. Un total de diez provincias han estado en máxima alerta, además de por las bajas temperaturas que trajo esta primera ola de frío del invierno, también por la amenaza de colapso.

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PARTE 0 las huellas de Filomena

El histórico temporal que ha marcado el inicio de 2021, bautizado con el nombre de Filomena, tardará tiempo en ser olvidado. A pesar de que los servicios meteorológicos ya advirtieron de la dureza con que la borrasca azotaría todo el país, las consecuencias del frío, el viento y la nieve superaron todas las previsiones. Carreteras cortadas y miles de vehículos atrapados, zonas incomunicadas, redes de transportes suspendidas y un sinfín de daños materiales que semanas después de remitir el temporal seguían contabilizándose. Aunque, sin duda, lo peor fueron las siete personas que perdieron la vida como consecuencia del temporal. 

Los equipos de Emergencias de Cruz Roja estaban en alerta días antes de que la borrasca irrumpiese en España. El viernes 8 de enero, las nevadas comenzaron a superar todas las estimaciones. El personal y los voluntarios y voluntarias de Cruz Roja se pusieron manos a la obra. Su actuación se dividió en dos fases: la de emergencia, marcada por la nieve, centrada en atender a los vehículos atrapados en las carreteras y en hacer llegar alimentos y medicamentos a las personas que se habían quedado incomunicadas; y una segunda fase de emergencia social que enfocó sus esfuerzos en atender a las personas más vulnerables, especialmente a las personas sin hogar, las personas mayores y las dependientes que viven solas y que no pudieron salir de casa. En total, fueron 13.251 asistencias, 1.469 personas movilizadas, 2.601 plazas ocupadas en albergues y 3.247 lotes de bienes entregados entre las provincias afectadas.

PARTE 1 Las huellas que Filomena ha dejado en Madrid

Las huellas que Filomena ha dejado en Madrid

La capital fue, posiblemente, la ciudad más afectada por el temporal en términos de daños materiales. Madrid, no solo se paralizó durante los cuatro días de nevadas, sino que colapsó por completo y hasta dos semanas más tarde no logró recuperar el ritmo habitual: se suspendieron los colegios y se instauró el teletrabajo.

Más de 30 horas seguidas nevando, sumado a las bajas temperaturas, terminaron con 50 centímetros de espesor de nieve, provocando el cierre del aeropuerto de Barajas, de las estaciones de tren y líneas de autobús, paralizando diversas líneas de metro y bloqueando decenas de vías que dejaron a más de 1.500 conductores atrapados. Fueron los primeros problemas que trajo Filomena, pero no los únicos.

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PARTE 2 Tomando las riendas

Tomando las riendas

Preparados para poder actuar y socorrer, los recursos de emergencia de Cruz Roja se desplegaron al completo en toda la comunidad madrileña con el fin de hacer frente a una de las peores nevadas de la historia. Su actividad se centró en prestar auxilio y asistencia en carreteras de la comunidad, además de facilitar ayuda a las personas más vulnerables y realizar los traslados de pacientes COVID. 

Con vehículos 4x4, y gracias a personas voluntarias, la Organización logró atender y llevar comida y mantas a conductores atrapados en las carreteras, así como acceder a albergues que habían quedado incomunicados por la nieve. Además, 

la activación inmediata del Convenio de Emergencias de Cruz Roja con Carrefour, permitió recoger y entregar 600 raciones de alimentos

la activación inmediata del Convenio de Emergencias de Cruz Roja con Carrefour, permitió recoger y entregar 600 raciones de alimentos en albergues a personas sin hogar y a transportistas atrapados en las carreteras.

A pesar del temporal y de la bonita estampa que dejaban las imágenes con la ciudad cubierta de blanco, la pandemia seguía presente. El desplazamiento de pacientes COVID y de personas con otras enfermedades se convirtió en una odisea. Para facilitar los traslados, Cruz Roja puso a disposición del SUMMA 112 una ambulancia 4x4, utilizada durante el temporal como UVI Móvil.
 

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PARTE 3 Pendientes de los más vulnerables

Pendientes de los más vulnerables

Más allá de las carreteras, el problema seguía en las calles. Como cada invierno, “habilitamos 80 plazas para apoyar la campaña de frío en toda la comunidad y que los servicios sociales pudieran derivar a las personas a estos servicios habitacionales”, explica David de Miguel, Director Autonómico del Área de Intervención Social y Empleo de Cruz Roja en Madrid. Una actuación que se suma al refuerzo realizado por parte de las personas voluntarias durante la borrasca Filomena: “Nuestros equipos de calle han estado atendiendo a las personas sin hogar, proporcionándoles abrigo e información sobre los recursos residenciales que tienen a su disposición”, añade.

Lo mismo ha sucedido en el resto de las provincias y comunidades autónomas por las que pasó la borrasca. “En Valencia, Alzira, Alicante y Alcoy se habilitaron cinco albergues con capacidad de algo más de 250 personas en cada uno de ellos, y se animó a que las personas que viven en pobreza extrema se trasladasen allí”, explica Arturo Valoria de Arana, responsable de comunicación de Cruz Roja en la Comunidad Valenciana. Finalmente, fueron 1.026 las plazas ocupadas en los albergues de la Comunidad Valenciana. En Aragón la mayor parte de los esfuerzos se centraron en la atención a personas sin hogar. Solo en Zaragoza, se atendió a 48 personas y 12 accedieron a pasar esos días de frío extremo en el albergue municipal. También, a lo largo del fin de semana, varios vehículos con personas voluntarias de Cruz Roja recorrieron Calatayud repartiendo alimentos y mantas e informando de las 30 camas disponibles en la residencia Claretianos.


Nuestros equipos de calle han estado atendiendo a las personas sin hogar, proporcionándoles abrigo e información sobre los recursos residenciales que tienen a su disposición


En Cataluña, el temporal de nieve no afectó en exceso, pero la ola de frío sí que golpeó: “Montamos varios albergues enfocados a personas sin hogar, pero salvo alguna intervención de emergencia vinculada a nevadas que se realizó en la comarca interior de Tarragona, todo lo que se hizo fue como acción preventiva”, apunta Òscar Velasco, responsable de comunicación de Cruz Roja en Cataluña.

En Madrid, a las consecuencias de la ola de frío se sumó el problema de que la nevada dejó numerosos domicilios sin agua, sin luz y sin calefacción. Los cortes de luz de la Cañada Real, sumados al temporal, complicaron la situación de los vecinos y vecinas de esta zona. Por eso, la Delegación de Protección Civil, a través del convenio de Cruz Roja con el Ministerio del Interior, solicitó apoyo para dar cobertura en el montaje de un albergue con 600 camas, mantas y kits de higiene en una antigua fábrica de muebles, así como en el polideportivo Cerro Almodóvar de Vallecas. Dos lugares preparados para que las personas más vulnerables pudieran instalarse durante el temporal y protegerse de la borrasca.

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PARTE 4 Las complicaciones en domicilios y carreteras

Las complicaciones en domicilios y carreteras

Entre todas las historias que rodearon la actuación de Cruz Roja frente a Filomena, las personas mayores han sido uno de los colectivos a los que más atención se ha prestado desde la Organización. 

Las dificultades para salir de casa a causa de la nieve acumulada provocaron que en la Comarca del Tajuña (Madrid), se pusiera en marcha el reparto de alimentos y medicamentos a domicilio para personas vulnerables. “Estas son zonas rurales, de chalets y casas bajas en donde las quitanieves no han podido pasar por todas las calles y hay muchísima nieve acumulada y hielo”, comenta Álvaro Junquera, Director Técnico de la asamblea de Cruz Roja Española Comarca del Tajuña. 

La actuación por parte de las Unidades de Respuesta Social Básica de Cruz Roja en diversos municipios ha sido de especial importancia para el cuidado de las personas en situación de vulnerabilidad. Es el caso María Dolores -que padece esclerosis múltiple- y Pepe, un matrimonio que vive en el Pico del Remedio (La Serranía, Valencia), completamente inaccesible a causa de las nevadas y que necesitaban una medicación que únicamente se facilita en el hospital y que Cruz Roja les hizo llegar. 

 

 

Pero no solo el reparto a domicilio ha sido fundamental, también la ayuda en carretera gracias a la que cientos de conductores y camioneros atrapados o embolsados en las carreteras nacionales y comarcales de las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Comunidad Valenciana lograron salir ilesos y sobrellevar las restricciones lo mejor posible, gracias al apoyo de los equipos de emergencias de Cruz Roja. Como la historia de Juan José, un camionero de León que se vio obligado a parar en su ruta por la A3 a causa del temporal y que contactó con Cruz Roja porque necesitaba recibir su medicación para la diabetes. O las de los más de 300 camioneros que se quedaron paralizados durante tres días en áreas de servicio de Calatayud (Aragón).

Sus historias recuerdan a las de decenas de coches que se quedaron atrapados en 2018 en el gran embolsamiento de la A-6 el día de Reyes. “Teníamos la lección aprendida de hace tres años. Fue una nevada en la que estaba todo impracticable, no se podía atender a los vehículos que estaban en mitad del trayecto, solo a los del principio y a los del final. Desde entonces se han creado 64 equipos con personas voluntarias provenientes de nuestras asambleas comarcales con el objetivo de dar una respuesta rápida y eficaz in situ desde pueblos como pueden ser Riaza, Arévalo o Cebreros, por poner algunos ejemplos”, explica Eva María Fernández, coordinadora autonómica de Cruz Roja Española en Castilla y León, apuntando que las provincias que se vieron menos afectadas como Valladolid y Burgos, estuvieron apoyando a los equipos del resto de comunidades.
 

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PARTE 5 Una historia (de tantas) de solidaridad

Una historia (de tantas) de solidaridad

Entre todas las dificultades que generó Filomena, hay historias de cooperación y humanidad; como lo que ocurrió en el Centro de Acogida Temporal San Blas de la Comunidad de Madrid. En los alrededores de este albergue de personas sin hogar de origen migrante, financiado por el Ayuntamiento y gestionado por Cruz Roja, vive una gran cantidad de personas mayores. Son edificios residenciales con patios interiores, laberínticos, hasta los que es completamente imposible el acceso con una máquina quitanieves.
 

 

La nieve ya se estaba convirtiendo en hielo cuando un vecino, que estaba despejando en solitario un camino para poder acceder de manera segura a las casas, le pidió a uno de los jóvenes del centro ayuda para poder retirar la nieve. Junto a Mohammed, así se llama el chico, se unieron cerca de 20 compañeros y compañeras que, viendo la situación de las calles y las dificultades de los vecinos y vecinas, decidieron colaborar para quitar la nieve y facilitar así sus movimientos.

“Calculamos que los chicos y chicas abrieron varios kilómetros de caminos en la zona, de cerca de un metro o metro y medio de ancho dotando de acceso a todos los portales, paradas de autobús, farmacia, etc. Me parece un gesto muy bonito por su parte”, explica Alejandro Mardomingo, Coordinador del centro. Si bien este no es el único gesto que han tenido este grupo de personas jóvenes, pues han respondido a las demandas de diversos particulares como la de una señora que, cuando los vio con la pala, les pidió si podían despejar una escalera que estaba bloqueada por la que necesitaba subir un vecino invidente con su perro guía. 
 

PARTE 6 Filomena en el resto de la Península

Filomena en el resto de la Península

Estas son solo unas pocas historias de colaboración que ha dejado Filomena tras de sí en las regiones más afectadas. Hubo otras, en La Rioja, Cataluña y algunas provincias de Castilla y León, en las que la aparición de la borrasca fue prácticamente testimonial. Lo explica Javier Alonso, responsable de comunicación de Cruz Roja en La Rioja: “Aquí se pre-alertaron todos los servicios de Cruz Roja por lo que pudiera pasar, pero Filomena llegó más tarde y no tan fuerte”. Y es que, aunque la borrasca no llegó a tener tanto impacto en algunas de estas provincias, sí que se pusieron en marcha servicios para ayudar a las regiones de los alrededores.

Sin embargo, cuando el temporal pasó, las necesidades no remitieron, sino que evolucionaron hacia la emergencia social y, a partir del 11 de enero, Cruz Roja siguió trabajando en varias comunidades autónomas para atender a las personas más vulnerables como las personas sin hogar o las personas mayores que viven solas. Desde el comienzo de Filomena y hasta que todas estas zonas volvieron a la normalidad -como Madrid, donde hasta el 20 de enero los colegios estuvieron cerrados-, Cruz Roja movilizó en todo el territorio a más de 1.450 personas y realizó más de 13.200 intervenciones -desde socorros en carretera, ayuda a personas sin hogar y personas mayores, hasta traslado de pacientes a hospitales o repartos de comida y medicamentos-. Además, habilitó más de 4.500 plazas de albergue en diferentes comunidades con el objetivo de asegurar que todo el mundo pudiera cobijarse del temporal. Se realizaron más de 3.000 llamadas a personas mayores para hacer seguimiento de sus necesidades y se entregaron más de 3.600 lotes de alimentos y 3.200 mantas con el fin de que todo el mundo pudiera cubrir sus necesidades básicas a pesar de la borrasca. 

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